Las 150 familias afectadas por las lluvias de finales de 2010 en Terrazas de la Vega lograron ser trasladadas a otros urbanismos. Ellas ya iniciaron su vida y ya crearon su rutina en otros apartamentos, pero las noventa familias que estaban esperando por la finalización de los edificios 43, 44 y 45 siguen esperando que alguien tome la decisión de reiniciar las obras que fueron paralizadas tras la intervención de la Promotora Parque La Vega en febrero del año pasado.
El problema es que ni la Junta Administradora, ni los representantes de la promotora, ni el Tribunal Supremo de Justicia termina de dar la respuesta que tanto esperan los propietarios de esos apartamentos.
A finales de mayo, con el apoyo del abogado César Romero, los afectados decidieron enviar un petitorio a los miembros de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, con la intención de ser reconocidos dentro del proceso. Romero asegura que en todo este tiempo los propietarios de estos edificios han sido ignorados de cualquier documento legal referente al proceso de intervención de la constructora.
"Solo falta voluntad política para reconocer la existencia de estos afectados", dice el abogado, quien solicitó en el escrito entregado al TSJ la realización de un plano topográfico de los terrenos de los tres edificios, la ejecución de un estudio de suelo que verifique la estabilidad de los mismos, la realización de una experticia en las estructuras que quedaron a medias, además de la entrega de los permisos que otorgó la Alcaldía de Libertador para la construcción de dichos apartamentos.
Según el representante legal los apartamentos de este sector no corren riesgo de inundación o deslizamiento. Lo que sí han sufrido son amenazas de invasión. Las estructuras ya tienen 80% de avance.
"Ya hemos tenido cinco amenazas de invasión, sobre todo en las épocas vacacionales y no podemos permitir que otras personas nos quiten nuestros apartamentos", cuenta José Chirinos, uno de los afectados.
Chirinos, como el resto de las 90 familias, inició la adquisición de su apartamento en 2009. Se supone que estaría listo en octubre de 2011.
La espera cada vez es más larga y ni siquiera se sabe cuándo culminará, mientras tanto Chirinos vive compartiendo el apartamento de sus papás, ubicado en Catia.
"Yo pagué la inicial y me quedé esperando. Ahora estoy desempleado y los problemas constantes me trajeron problemas con mi esposa, de quien me separé", lamenta Chirinos.
Joubeth Rojas, propietaria, cree que los funcionarios están jugando al desgaste de los vecinos. "Cada vez que buscamos una respuesta la información que nos dan es nula, nadie nos dice qué va a pasar", dice.
Rojas, junto a su esposo, vive en un apartamento alquilado. Dice que afortunadamente el monto que pagan no es tan elevado, pues se los alquila un familiar, pero el dinero que habrían invertido en la adecuación de su apartamento, lo han gastado en este alquiler.
"Vivimos en un estado de desesperación constante, estamos sometidos a un desgaste moral y psicológico muy intenso. A nosotros no nos interesa quién se encargue de construir lo que falta, lo que nos interesa es que se haga", comenta Rojas.
El abandono de la estructura ya está dejando huellas en la edificación. Algunos edificios quedaron sin techo y ya han aparecido varias grietas en las paredes, por eso esperan que se retomen las obras cuanto antes.
BEATRIZ CRUZ SALAZAR
El Universal
11-06-2012
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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