El "resuelve" alcanza a caraqueños con empleos porque los sueldos no suben
Cinco millones y medio de personas trabajan por cuenta propia en el país y, estudiosos de la economía aseguran que buena parte se ubica en el Área Metropolitana
ANYIMAR COVA LUGO
Mariana Andrade es contadora pública en una compañía de insumos médicos, donde trabaja con horario fijo de 8:30 a.m. a 5:30 p.m. de lunes a viernes, pero los martes y jueves, al salir de la oficina, incorpora horas a su rutina laboral. Ya en la comodidad de su casa se dedica a batir mezclas de postres y hornear. Ya saben sus compañeros de trabajo que un miércoles les ofrecerá tortas de vainilla o chocolate y que los viernes habrá ponquecitos, roles de canela o pie de limón.
Pertenece ella a los 13 millones de personas que conforman la población económicamente activa del país, también a los cuatro millones empleados por el sector privado pero no ha sido contabilizada dentro de los 5 millones y medio que labora dentro de la informalidad.
"Yo no me ve como una buhonera, simplemente hago algo que me gusta y genero dinero extra. Es una manera de redondear mi sueldo que es de 4.700 bolívares", precisa Andrade, madre de una niña en edad escolar y esposa de un ferretero. Con la venta de dulces gana al mes entre 300 y 600 bolívares adicionales. "No soy la única de la oficina que vende", acota.
Como informal se conoce a ese sector que comprende a las empresas constituidas legalmente con menos de cinco personas y a los trabajadores por cuenta propia (cuentapropistas) que unilateralmente se procuran algún ingreso; explica el economista y profesor universitario Luis Brusco.
"En Venezuela el sector informal es el colchón del mercado laboral y abarca aproximadamente el 42% de la población económicamente activa (...) El poco empleo formal y que dentro de la formalidad el poder adquisitivo del salario es muy bajo son los grandes alimentos de este sector", precisa Brusco.
Para Andrade "los beneficios de ley" son el mayor vínculo con la empresa, los cuales no obtendría si se dedica por completo a la repostería.
También hay casos como el de Graciela Méndez, una industriólogo de 28 años que no tiene trabajo. Por cinco meses ha sobrepasado el lapso de tres meses que se considera como de desempleo transitorio (promedio para trasladarse de una empresa a otra) y a cambio ha optado por vender bisutería y ropa que, con ayuda de su mamá, compra a mayoristas. "He metido varios currículos pero no me han llamado. De algo tengo que vivir mientras y con esto me va bien", dice quien espera próximamente ampliar el ramo de productos que vende.
Isabel Pereira, directora del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice) advierte que el mayor problema del informal es la ausencia de todo tipo de coberturas de ingresos sociales y la variabilidad de la cantidad de dinero que se gana. "Cuando eres informal te queda lo que haces en el día y recurrir a los servicios públicos que en Venezuela están en el suelo", dice.
Pero eso no detuvo a Daniel, un mototaxista de 46 años que desde hace tres renunció a su trabajo como mensajero en una cadena de comida rápida. Allí ganaba salario mínimo y tenía los beneficios de ley pero no alcanzaba a cubrir sus compromisos como cabeza de una familia de cuatro personas.
"En las condiciones en las que están la empresas no quiero volver. Yo me gano entre 6 mil y 8 mil bolívares al mes", dice.
"La liquidez monetaria ha crecido extraordinariamente y no es difícil desenvolverse en lo informal pero es un sector muy poco productivo. Para resolverlo necesitamos una política económica que promueva sectores generadores de bienes y servicios en lo formal como el manufacturero y el| agrícola pero eso no se está haciendo", precisa Brusco sobre cómo frenar un fenómeno que, a juicio de Pereira, es ignorado en las políticas públicas pese a su desmedido crecimiento.
HAY DE TODO
Alimentos y productos. Entran expendedores de alimentos, chucherías y bebidas; también manteleros que comercian ropa, calzado, productos para el cuidado personal y el hogar.
Servicios. Taxistas, mototaxistas, masajistas, limpiadores de baños, peluqueros de calle, rentadores de sillas, parqueros, cantaparadas, instaladores de braquets, depositarios y empleadas de limpieza.
Matraca. La pagan a los policías la mayoría de quienes trabajan en la calle. El pago de Bs 150 en promedio se realiza diariamente.
Con beneficios, sin liquidez. Tienen trabajo formal pero requieren ingresos extra para costear gastos. Comprende a quienes venden en sus lugares de trabajo y fuera de ellos alimentos y bebidas; ropa, zapatos y accesorios; productos por catálogo o tecnológicos y tarjetas telefónicas.
El Universal
04-04-2013
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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