Por varias etapas ha pasado este valle después del anuncio de ocupación de tierras por parte del Gobierno nacional en el año 2006, desde registrarse un gran porcentaje en la baja de producción de la caña de azúcar hasta observar la siembra de flores en destiempo y en tierras no aptas para tales cosechas.
Al pasar por la Intercomunal Cabudare–Barquisimeto se puede observar cómo se perdió toda la siembra de girasoles, que hace semanas distraía la vista de los larenses.
Si bien es cierto que el estado Lara, en especial Barquisimeto se encuentra entre las 12 ciudades del mundo que tiene el privilegio de contar con un valle como el del Turbio en sus cercanías, es notable como el gobierno ha desaprovechado tales virtudes, no sólo por la belleza que lo enmarca sino por los grandes beneficios económicos que su producción puede generar.
Se responsabiliza hoy al Gobierno nacional, ya que como lo han dicho en reiteradas oportunidades ingenieros agrónomos y productores de la zona, cuando el Valle del Turbio se encontraba bajo la administración de los mismos cañicultores y demás trabajadores de la tierra, el estado Lara llegó a posicionarse entre las entidades con mayor producción de caña de azúcar, situación que ha disminuido notablemente en los últimos seis años.
Si recordamos algunos de los motivos que emitió el Presidente para la toma del Valle del Turbio es que estas tierras pertenecían al pueblo y por lo tanto no debían tener amo, y ordenó la intervención de ocho mil hectáreas de las 12 mil que calificadas como zonas productivas.
En el año 2009 el Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierra llevó a cabo lo que denominaron “el rescate del Valle del Turbio”. Afirmaban que habían comprobado que el 90% de las tierras estaban ociosas. Para esa fecha el Ministerio se encontraba a cargo del hoy vicepresidente, Elías Jaua, quien señaló el rescate de más de dos mil hectáreas por supuesta improductividad.
Durante la vista al estado Lara afirmó, “se comenzará a sembrar 140 hectáreas de caraotas para semillas, 653 hectáreas para caraotas de consumo, 193 hectáreas de quinchoncho, 193 hectáreas de maíz, 71 hectáreas para hortalizas y tubérculos, se van a recuperar 116 hectáreas de pasto y 508 hectáreas serán reforestadas”. Esa cosecha seria destinada a la producción social y a la distribución de Mercal, Pdval y las comunidades cercanas de escasos recursos.
Sin embargo, un estudio realizado por los ingenieros Miguel Nucete y Manuel Enrique Ron indica que la mayor parte de las tierras del valle, desde el punto de vista de su capacidad de uso con fines de riego, son de Clase III, con medianos a grandes problemas de drenaje interno y salinidad de las aguas tanto superficiales como subterráneas, lo cual limita la posibilidad de sembrar cultivos que no se adapten a esas condiciones de drenaje y que no sean tolerantes a la sales.
Tales resultados permiten aclarar los rumores de que el Valle del Turbio estaba apto para sembrar cualquier rubro.
Se pierde siembra de girasol
Los girasoles que fueron sembrados tampoco generaron gran producción de aceite, según los ingenieros agrónomos, esto se notaba por su tamaño.
En los últimos meses se observó varias zonas del Valle del Turbio con la siembra de girasol, grato para la vista de quien pasaba por el lugar. Aunque para el ingeniero agrónomo y ex Presidente de Fudeco, Manuel Cols, ha sido un “total fracaso, nos adornaron la vista, se vio muy hermoso, pero la realidad es todo lo contrario”.
Recordó que los estados que se han caracterizado por contar con terrenos aptos para la siembra de girasol han sido únicamente Portuguesa y Barinas, realizando el proceso de la siembra al final del periodo de lluvia, y no como lo hicieron en el Turbio, totalmente a destiempo.
La humedad perjudica los girasoles, impide su fecundación y comienzan a podrirse las cabezas, presentando hongos y demás daños. Afirma Cols que se están ignorando las normas agronómicas y es ilógico que sea precisamente el Estado que caiga en ese error.
Otro motivo que expuso el mandatario nacional para la toma de las tierras era que el cultivo de caña de azúcar contaminaba la tierra y el agua por la utilización de los agroquímicos, así como el aire por la quema de los desechos.
A esto, Cols señala que actualmente se está realizando una agricultura contaminante, se habla de la agricultura ecológica o sin agroquímicos, pero hay zonas donde el gobierno aplicó herbicida con la intensión de mostrar los girasoles.
“Se está despilfarrando el dinero, un millón de bolívares aproximadamente se perdió sólo en las 480 mil hectáreas de girasol, sin contar todos los recursos que han sido aprobados y que hasta la fecha no se ha visto resultado”.
También acotó que en varias zonas se perdieron posibilidades de riego, ya que el propio estado ha deteriorado el valle, y la muestra fue la construcción de La Ribereña, cuando un saque de arena ocasionó que las tomas de agua del río turbio mermaran considerablemente y no se pudiera seguir regando una parte de las tierras.
Por esa misma vía se observa un parque infantil que fue construido por el gobierno, obra muy criticada por considerar que se hizo en una zona no acorde para el disfrute de los niños, no sólo porque se encuentra retirada de urbanizaciones sino también el peligro que implica acudir al lugar.
Continúa la deuda
Para el productor Julio Anzola, el gobierno sigue violando la Constitución de la República, ya que hasta la fecha a las personas que les intervinieron sus tierras y bienes no se les ha pagado absolutamente nada.
Considera que cada vez que el gobierno se apodera de unas tierras productivas lo hace con la escusa de que serán para beneficio de los más necesitados, pero esto se convierte en sólo promesas, realmente no ha logrado nada.
“En estos 14 años se han perdido casi 200 mil empleos en el sector agrícola, el gobierno no tomó en cuenta a los trabajadores de las fincas que ha ocupado arbitrariamente y estos fueron botados”. Existen denuncias por productores sobre el abandono de las tierras después de las confiscaciones.
En los últimos años se observado la caída en la producción, incluso se habla de tres millones de toneladas. La siembra de girasoles ha promovido la conformación de 230 puestos de trabajos y la caña de azúcar generaba mil 500 empleos.
En 1998 la zafra generó casi 360 mil toneladas d caña y en el 2011 apenas se alcanzaron un poco más de 94 mil.
El latifundio es sólo cuento
Para ambos ingenieros no existió ningún latifundio en el Valle del Turbio, todas las fincas son pequeñas, muchas no llegan ni a las cien hectáreas, poniendo en evidencia las falsas escusas del gobierno, que dejó a muchos hogares sin su principal fuente de ingreso económico.
La mayoría de estas tierras se encontraban productivas y mantenían el total abastecimiento del azúcar. Según los especialistas, una hectárea de caña producía alrededor de ocho mil kilos de azúcar y una hectárea de girasol apenas produce 400 kg, equivalente a 100 litros de aceite, demostrando que las decisiones del Ejecutivo en el Valle del Turbio han sido incorrectas.
70 millones de inversión
Recientemente el presidente de la Corporación Venezolana de Alimentos, Henry Silva, visitó el estado Lara para realizar un recorrido por las tierras del Valle del Turbio y constatar la producción que se está generando en los espacios, ratificó que existe 480 mil hectáreas sembradas de girasoles, la cual se llevó a cabo con una inversión de 70 millones de bolívares.
Según Silva, esta producción será entregada a la planta de industria Diana en Turen, estado Portuguesa, para la extracción del aceite donde empezarán a alcanzar las 600 toneladas de girasoles.
6to Poder
13-09-2012
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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