Analistas señalan que las medidas adoptadas hasta ahora han sido aisladas y muchas de ellas inapropiadas
Critican la ausencia de un plan antiinflación
Dicen que el BCV tiene un rol importante para controlar la inflación a través de la liquidez monetaria
Ahiana Figueroa.- Un plan antiinflacionario para estabilizar los precios en el mercado interno luce inexistente, luego de observarse un importante incremento de este índice durante los últimos meses.
El Gobierno, más que trabajar en un programa integral para atacar cada uno de los factores que aumentan las presiones inflacionarias, solo se ha limitado a resolver el problema cambiario. Analistas consultados coinciden en señalar cuál es el causante principal del alza constante de precios: la alta liquidez monetaria, que no ha sido atendida por el Banco Central de Venezuela (BCV).
El economista Ramiro Molina afirma que el verdadero combustible de la inflación es que el Gobierno no está atendiendo la emisión monetaria en bolívares.
"No hay forma de que se envíen tantos bolívares a la calle -con una igual o menor oferta de dólares y una menor o igual oferta de bienes y servicios- y los precios no tengan que ajustarse. Ha habido desdén y negligencia reiteradas en el tema monetario", dijo.
Esta apreciación coincide con la del expresidente de la Academia de Ciencias Económicas Pedro Palma, quien señala que al BCV le quitaron todo nivel de autonomía y lo han obligado a transformarse en un banco de financiamiento de desarrollo.
"Se ha convertido en el principal financiador del gasto público deficitario, es el que cubre las necesidades financieras de las empresas del Estado, comenzando por Pdvsa . Es decir, el BCV es la antítesis de lo que debe ser un banco central, el cual debe buscar combatir la inflación , establecer metas y tratar de alcanzarlas", apuntó.
Molina resalta que hace 28 meses la economía se manejaba con 292.000 millones de bolívares; ahora, con un tamaño similar en la actividad económica y el mismo número de personas, se tiene tres veces más cantidad de bolívares para menos dólares.
Indicó que a finales de 2011 se pasó de una tasa de crecimiento interanual en la liquidez de 20% a 30% a una tasa de 50% a 60%. "Por 18 meses crecimos a una tasa anual de 60%, eso es una barbaridad. Esto no nos había ocurrido nunca. Ante esa desproporción, no hay precio que aguante.
El principal enemigo les está pasando por las narices y están nadando contra la corriente", afirmó Molina.
Reiteran los consultados que cualquier programa económico que apunte a combatir las presiones inflacionarias será infructuoso sin el compromiso del BCV.
Insiste Molina en que el ente emisor, al no atender el problema monetario que se estuvo gestando de manera acumulada, generó las condiciones propicias para que haya una sobredemanda de dólares y de bienes y servicios.
"Ellos creen que el ritmo de emisión monetaria tan acelerado no está en el mapa del problema, cuando está en el corazón".
Palma espera que las modificaciones en la política económica que algunos funcionarios dicen que deben ejecutarse lleguen a un restablecimiento de las funciones del ente emisor.
"Lejos de estar el BCV actuando con autonomía e independencia y haciendo las cosas que debe hacer, pues es muy poco lo que hace. Al contrario, lo que está generando son mayores presiones inflacionarias", reiteró.
Sin plan
Durante 2012 el Gobierno requirió mejorar sus cifras macroeconómicas ante las elecciones presidenciales. Se puso en marcha un programa que tenía como pieza fundamental reducir la inflación . A diferencia de otros planes, se inició sin mayores anuncios.
De las 10 acciones a ejecutar, dos estaban relacionadas con la actuación del BCV en la liquidez monetaria y la promesa del Gobierno de gastar menos. Ambas se incumplieron.
En 2013 el Ejecutivo se ha enfocado en mejorar la situación cambiaria. "La política antiinflacionaria que se aplica es muy pobre, el Gobierno se está concentrando básicamente en controles de precios, los cuales no van a dar los resultados esperados y están tratando de solventar los problemas de divisas de una manera tímida, sin tomar las decisiones que deben tomarse", asegura Palma.
Sostiene que aún no se observan pasos efectivos ni en la política monetaria , ni en lo fiscal ni en lo relativo al estímulo de la oferta por la vía de inversión orientada a expandir la producción. "La inflación no se combate con una acción aislada, sino con una política muy bien estructurada y con múltiples componentes".
A juicio de Molina, "si hay un plan, no vemos que reaccione con algún tipo de lógica. El error es que están insistiendo en más de lo mismo. Por un lado, más controles y, por el otro, más cohesión".
Destaca que las mesas técnicas entre el sector privado y representantes de los distintos ministerios generaron expectativas, mas no se observa una mayor entrega de divisas. "Eso creo que les resultó, ya que contribuyó a controlar ese otro elemento en la inflación que son las expectativas. Todo han sido medidas aisladas y muchas de ellas inapropiadas".
Señala el economista que en mayo se vivió un punto crucial. "Estuvimos al borde de entrar a una fase de aceleración inflacionaria que pudo llevarnos a un problema mayor que a una inflación de dos dígitos. Todavía estamos caminando sobre ese borde. Hay que evitar los procesos de hiperinflación porque esto produce anarquía", advirtió.
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Los programas
El gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez ejecutó cuatro paquetes de medidas en un plazo de cinco años y dos planes dirigidos solo a estabilizar los precios.
En febrero de 2007 se aplicó el primer plan antiinflacionario
que consistió en revisar los precios de los alimentos, subsidiar ciertos rubros, bajar el gasto público , trasladar depósitos de la banca privada a la pública y aumentar la entrega de divisas hacia sectores prioritarios. Ese año la inflación fue de 22,5%.
La eliminación de los tres ceros a la moneda en 2008 hizo que la inflación fuera de 30,9%, la más alta de los 12 años de gestión.
En 2009 se llevó a cabo el plan anticrisis o plan de reimpulso económico con 54 medidas. Sus objetivos eran frenar la inflación , aumentar el empleo y bajar el diferencial entre el dólar oficial y el permuta. En 2009 los precios aumentaron 29,1% y el Gobierno tuvo que reconsiderar su meta en tres ocasiones.
El Mundo
12-08-2013
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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