Comunidad logró recuperar un espacio de la parroquia Santa María Goretti
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DELIA MENESES
Muchos vecinos de Altavista evitan dar su nombre a la prensa pero, sin alardear, celebran el reciente logro de la comunidad organizada: haber recuperado un espacio de la parroquia Santa María Goretti para sus programas sociales y conseguir el traslado del módulo de Barrio Adentro que funcionaba en uno de los salones parroquiales desde hace tres años.
El párroco Pedro González prestó el lugar por tres meses en un momento de emergencia pues el módulo estaba ubicado en San Isidro, un sector que colapsó con las fuertes lluvias de 2010. La estadía del centro asistencial en las áreas de la parroquia se prolongó más de lo previsto y desde hace meses la comunidad católica comenzó a ejercer presión, recogieron firmas y a principios de septiembre reunieron en dos horas a 300 vecinos, muchos de la tercera edad, en una asamblea ciudadana para rechazar las acciones violentas de colectivos de la zona que se negaban a abandonar el salón parroquial.
"Personas armadas dañaron el portón del estacionamiento de la iglesia y entraron a la residencia del padre, se lo querían llevar", recuerda María Gampietro, los sucesos que ocurrieron hace tres semanas. Días después (el 13 de septiembre) esta vecina, quien hace vida en Altavista hace 52 años, tuvo que presenciar como miembros del mismo colectivo que ingresaron violentamente a la iglesia, intentaron invadir la casa de su hermano, que temporalmente estaba vacía.
"Los vecinos nos avisaron que estaban rompiendo las puertas. No nos atrevíamos a venir pues eran muchos y estaban armados. Al final vino Polinacional, hubo intercambio de disparos y se frustró la invasión", cuenta Gampietro, quien escuchó atónita cuando una funcionaria de la Defensoría de la Víctima le dijo que buscara una manera de usar su casa "pues en tiempos de extrema necesidad, las cosas no son de quien las tiene sino de quien las necesita". Anteayer, su hermano José Gampietro reforzaba la reja de la casa donde él tiene su taller de tornero.
Ese mismo día miembros del colectivo mudaron el mobiliario del módulo de Barrio Adentro a un edificio donde funcionaba un refugio, el Regina, a 50 metros de la iglesia, donde tendrán más espacio para prestar sus servicios asistenciales.
Mariangela González, vecina de la zona hace 35 años, recordó que la comunidad de Altavista colaboró con sus donaciones para comprar los terrenos donde se construyó la iglesia hace 51 años. En los espacios parroquiales se quiere instalar un ropero para las personas más necesitadas de la zona, y desde hace más de 30 años se preparan bolsas de comida para familias de escasos recursos.
El Universal
19-09-2013
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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