Ciertos sectores de la capital quieren demostrar que organizados pueden conseguir hacer de la ciudad un mejor lugar para vivir, algo así como dice el viejo refrán: "vecinos unidos, jamás serán vencidos", y todo ello gracias a la planificación y organización vecinal.
Buscan optimizar las políticas públicas que conduzcan a una mejor distribución de los recursos y satisfacción de sus necesidades de acuerdo a las características específicas de sus comunidades ¿cómo? Creando nuevos municipios.
Tal es el caso de Catia, que desempolvó sus aspiraciones muy sonadas en el año 2005, y a lo cual se suma el incipiente movimiento de la parroquia El Recreo, la cual también en ese año estuvo a punto de lograr independizarse de Libertador.
En ambos sectores, los vecinos y promotores sociales aseguran que tienen la historia, cultura, población, y recursos económicos como para gerenciarse y atender sus propias necesidades.
En muchas barriadas y urbanizaciones ya comenzó una actividad dirigida a rescatar la zona del Norte de Caracas, y aunque Catia no se ubica en este eje geográfico, coinciden en ese objetivo, tal como lo señala el dirigente vecinal Saverio Vivas: "Catia quiere ser municipio".
A la fecha, el vasto territorio que abarca Libertador, congrega, según el portal de consulta Wikipedia, 22 parroquias que cubren desde los alrededores de la Colonia Tovar en el estado Aragua, hasta limitar con Vargas y el estado Miranda.
Mientras que Chacao, por ejemplo, es un municipio de una sola parroquia, 13 km cuadrados de extensión y menos de 80 mil habitantes, y por supuesto, está considerado de lo más ricos de Venezuela según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
¿Municipio El Recreo? ¿Municipio Catia? "El Recreo genera la mitad de los impuestos que van al municipio Libertador y apenas si llegan al 0,5% en beneficios y atención para el sector", afirma Conan Quintana, representante del Frente Norte de Caracas, organización vecinal que se encuentra actualmente trabajando en pro de la recuperación de zonas tan hermosas y deprimidas hoy día como La Florida, San Bernardino y La Candelaria.
Limita con Chacao, San Pedro y San Agustín e incluye los sectores Alta Florida, El Pedregal, La Florida, parte del Country Club y de El Bosque, un sector de El Rosal, Las Delicias, Las Palmas, La Colina, Maripérez, Pinto Salinas y Santa Rosa, tiene atractivos turísticos, históricos, comerciales y recreacionales, bulevares, museos, parques y centros comerciales.
Allí, como en otras zonas del norte caraqueño, consideran que reúnen todos los requisitos necesarios para ser municipio, y generar su propia gerencia, sostiene Quintana.
La Candelaria se proyecta como un eje turístico−gastronómico que perfectamente podría estar a la altura de la famosa zona rosa de Bogotá, basada en sus excelentes y tradicionales restaurantes, especialmente los especializados en comida española.
San Bernardino no se queda atrás, al proyectarse como una zona turística−cultural, con museos y casonas antiguas como la Quinta Anauco y Anauco Arriba, verdaderos íconos de la época Colonial en Venezuela, de rica historia propia.
Promotores sociales de esta parroquia se preparan para hacer este planteamiento ante los organismos correspondientes, pero antes esperan dar solución a los múltiples problemas por los que están atravesando sus urbanizaciones, especialmente con las invasiones y la anarquía e inseguridad que ha generado este problema.
En el caso de Catia, las ventajas son también indudables y están a la vista: sus instalaciones industriales y comerciales, sin olvidar que también posee sitios históricos y turísticos; la parroquia Sucre, a la cual pertenece, es la más extensa territorialmente hablando, y la de mayor población, con ingresos bastante elevados que perfectamente le permitirían convertirse en municipio.
"¿Cómo van a distribuir en partes iguales los recursos en todo Libertador, si las necesidades de Catia no son nunca las mismas que puedan tener los habitantes de Coche, por ejemplo?, plantea Marco Aurelio Orta, residente del sector por más de 40 años.
Los vecinos andan pilas; orden, planificación, y mucho trabajo pueden gestionar profundos cambios en las comunidades comprometidas con su bienestar y progreso, para así recobrar la belleza de la fiel Sultana del Ávila.
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17-08-2012
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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