martes, 3 de julio de 2012

El comercio informal arrebata espacios a los ciudadanos

Aceras y calles se congestionan por la proliferación de comerciantes informales, quienes para justificar su presencia en esos espacios argumentan el derecho al trabajo.
Las aceras y estacionamientos de la ciudad se han convertido en especie de bazares o ferias informales, de venta. En ellos se pueden encontrar comerciantes ofreciendo una gran variedad de productos que van desde un desayuno o cualquier comida, dependiendo la hora del día.

Lo cierto es que las aceras han dejado de cumplir su principal función, la de ser la vía de acceso peatonal, para convertirse en el lugar de trabajo de comerciantes informales, quienes improvisan puestos de ventas para obtener beneficios económicos.

Los últimos años, esta modalidad ha tomado auge ante el desempleo. Personas que no tienen trabajo formal optan por instalar un toldo en las esquinas o aceras de las principales vías de la ciudad.

Mientras estas personas resuelven medianamente su problema económico, el resto de los ciudadanos o peatones que utilizan las aceras para caminar ven sus espacios limitados. En ocasiones deben caminar por la calle, irrumpiendo las normas de tránsito.

En Alta Vista, Unare, Castillito, Villa Colombia, Villa Alianza y La Churuata se observan las orillas y estacionamientos repletos de buhoneros. Tienen años ubicados en esos sitios y han pasado a ser “algo normal”.

De todo y para todos

Los vendedores ofrecen de todo y para todos. En la avenida Guaripache de Unare I, hay una hilera de comerciantes adueñados de las orillas; a partir de las 6:00 de la mañana ya hay kioscos instalados.

Ofrecen pastelitos, café, confitería, sopas, almuerzos y hasta películas. En algunos casos, los kioscos no son atendidos por sus dueños, sino que tienen varios puestos en diferentes puntos de la ciudad y contratan a terceros para que atiendan el negocio.

Yolanda Cáceres vende pastelitos en ese lugar. Comenta que el negocio de comida tiene dos años, pero ella no es la propietaria, sólo cocina desde las 6:00 de la mañana hasta el mediodía.

Igual ocurre con María Rodríguez, quien es la encargada de un puesto de alquileres de teléfonos y venta de dulces; está en la misma fila y tiene siete años instalado en el lugar. El dueño tiene otro puesto similar unas cuadras antes en la misma avenida de Unare I.

“Yo trabajo desde las 6:00 de la mañana hasta las 2:00 de la tarde, gano bien porque me pagan 2 mil bolívares mensuales”, expresa.

Las frutas son otro atractivo para exponer en los estacionamientos; en el Centro Comercial La Churuata, en el estacionamiento externo, dos vendedores informales ofrecen verduras y frutas a los vecinos de los conjuntos residenciales aledaños.

Hendrycks Garnier es uno de los comerciantes. Se traslada desde el asentamiento campesino El Platanal a vender lechosas, y señala que sus suegros le aconsejaron que se ubicara en ese lugar, pues ellos trabajaron durante muchos años vendiendo masa para preparar cachapas y obtuvieron buenas ganancias.

“Yo tengo como un mes vendiendo aquí, pero mis suegros sí duraron años trabajando con una máquina de moler maíz. Vendían masa y ellos me dieron la idea”, comenta.

Años de trabajo

En la entrada de Villa Alianza, está la frutería La Calidad. Este comercio, que empezó como informal hace 12 años, actualmente tiene la estructura de un local formal.

Roberto González, dueño del local, relata que cuando empezó tenía sólo dos cestas de frutas para vender. Para ese entonces, vivía en Villa Colombia y por eso se instaló ahí.

Actualmente, tiene una estructura de dos niveles. Abajo funciona la frutería y arriba edificó su vivienda. Al lado está ampliando la frutería con otra sede.

Los vecinos de Villa Alianza se quejan, temen que otros comerciantes informales invadan la misma esquina y creen una especie de feria en la entrada de la urbanización.

“Yo entiendo a los vecinos, su posición es válida, pero hay otros que me apoyan. Yo mantengo los jardines, tengo esto siempre organizado y limpio, para no crear molestias a los vecinos de Villa Alianza”, argumenta.

Cuentas saldadas

Rodríguez informa que cancela el impuesto de aseo urbano exigido por la Alcaldía. Afirma que paga 30 bolívares mensuales por estar en el lugar, más el resto de los servicios.

El resto de los comerciantes informales aseguran que cancelan el impuesto exigido por la Dirección de Economía Informal de Alsobocaroní.

María Palma, vendedora de comida frente a la Plaza Barsanti, en Alta Vista, asegura que paga una unidad tributaria mensual.

La directora de Economía Informal de Alsobocaroní, Anakali Rojas, explica que ese departamento está actualizando la base de comercios informales en el municipio.

Indica que las licencias de economía informal se vencieron el 31 de diciembre de 2011, y que el proceso es para actualizar los datos y verificar quiénes ejercen o no en la actualidad.

“La idea es depurar el registro. Hemos adelantado bastante en Unare I, Alta Vista y el Centro de San Félix, pero aún nos faltan vendedores por registrar”, señala.

Comercios formales también

No sólo los buhoneros se adueñan de las aceras de la ciudad: los negocios formales también las utilizan para exhibir la mercancía, e incluso algunos usan parte de la misma calle.

Un ejemplo está en la avenida Guarapiche: donde los propietarios de las ferreterías sacan sus productos y lo colocan en las aceras.

En Villa Alianza también ocurre lo mismo: algunos negocios ubicados en el sector utilizan la orilla y parte de la vía para colocar su mercancía, lo que genera incomodidad en peatones y conductores.

En Castillito también ocurre lo mismo, pues no se respetan las áreas de uso común con la instalación de toldos para exhibir productos.

Correo del Caroní / Ciudad Guayana
29-06-2012

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
04166220453
twitter: @Henry_Medina
PIN 31E5A7B4
hmedina30@yahoo.es
Linkedin: http://ve.linkedin.com/pub/henry-medina/21/59b/59b

http://es.groups.yahoo.com/group/corredor_inmobiliario/

No hay comentarios:

Publicar un comentario