Irlanda está optando por los bulldozers en vez de por los bancos para empezar a hacer "limpieza urbanística".
La Agencia Nacional de Gestión de Activos del país (Nama) conocida como banco malo ha comenzado a demoler proyectos urbanísticos sin acabar tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008 que, al igual que en España, llevó al colapso económico y al posterior rescate del país.
En el paisaje gaélico se recorta el perfil de al menos 1.850 complejos residenciales en desarrollo, de acuerdo con las cifras gubernamentales.
Según publica la agencia Bloomberg, esta misma semana el organismo público creado en 2009 para liberar a los bancos de sus créditos minusvalorados ha comenzado, por primera vez, el derrumbe de un bloque de apartamentos semiconstruidos.
"Hay algunos lugares donde la decisión más correcta es la demolición", señaló el pasado 10 de julio el ministro de Vivienda irlandés, Jan O’Sullivan. "Si nadie quiere vivir en esas viviendas, la solución más práctica es derribarlas".
Matar fantasmas
Las llamadas ‘ciudades fantasma’, que se pueden ver en Irlanda, al igual en en otros países, como España, se han convertido en un símbolo del peor ‘crash’ inmobiliario de la historia de Europa Occidental, que llevó a Irlanda a pedir un rescate financiero siguiendo los pasos de Grecia.
El 15% de los hogares irlandeses están vacantes, según las estadísticas oficiales, y la muerte de un niño de dos años en febrero que deambulaba por una de estas urbanizaciones sin acabar sobrecogió a la opinión pública y puso de manifiesto el riesgo para las personas que suponen estos complejos semivacíos.
Otro edificio de Longford, en la parte central de la isla, fue demolido el pasado 18 de julio por criterios de seguridad después de una explosión registrada en una de sus viviendas a comienzos de año. "La gente que compró un sueño despertó en una pesadilla", señala a Bloomberg Peggy Nolan, una funcionaria local.
Un lazo al cuello
En Irlanda se construyeron más de medio millón de casas en el transcurso de sólo 10 años hasta 2005 en un país donde viven unos 4,5 millones de personas: el ritmo de la construcción de viviendas se dobló respecto a la media europea. Ahora están vacíos unas 294.000 viviendas y los precios se han desplomado a la mitad desde sus máximos.
En la capital, Dublín, los precios de los pisos han llegado a caer un 64% desde 2007, según los datos de la agencia estatal Lisney. "No hubo planes de urbanismo, ni control apropiado, ni una regulación apropiada de las instituciones financieras para otorgar préstamos", se lamenta el ministro de Vivienda, que asumió su cargo el pasado mes de diciembre. "Nos hemos dado a nosotros mismos una dura lección".
El ‘banco malo’ irlandés, Nama, gestiona el 10% de estas urbanizaciones. El bloque derruido esta semana tenía 12 apartamentos, situado a unos 72 kilómetros de Dublín. En esta zona se proyectó la construcción de 220 casas unifamiliares y tres bloques de pisos, pero sólo se terminaron 90 casas y una parte de un edificio. Para uno de sus propietarios, Alan Hogan, su hipoteca se ha convertido en un "lazo al cuello" del que no se puede desprender.
El Gobierno irlandés y el ‘banco malo’ Nama han destinado unos 8 millones de euros a afrontar a las necesidades de seguridad más acuciantes y se han priorizado 128 desarrollos urbanísticos. Los que están en las últimas fases de construcción se terminarán y se destinarán a ventas a particulares o vivienda social, según los planes de 0’Sullivan.
Pero muchos otros serán demolidos y los terrenos se destinarán a lo que fueron en principio: fincas rústicas destinadas a la ganadería y la agricultura. Así lo ha anunciado muy gráficamente la ministra: "queremos quitar esta mancha de nuestro paisaje y nuestras comunidades".
La equiparación a España, inevitable
El Nama irlandés es equivalente a la sociedad que se creará en España para que las entidades financieras receptoras de ayudas puedan transferir sus activos tóxicos -fundamentalmente, inmobiliarios-.
La situación de la industria inmobiliaria, las expectativas del mercado y la existencia de ciudades fantasma nos es muy familiar. Para Fernando Encinar, jefe de estudios de Idealista.com, "es sólo una cuestión de tiempo que estas demoliciones sean una realidad en España".
"A medio plazo encontraremos promociones de viviendas que cuentan con demanda y se revaloricen, otras que aún tendrán que seguir haciendo rebajas importantes de precio y un tercer tipo de inmuebles que serán absolutamente invendibles. Veremos cómo estas promociones son derribadas para devolver el suelo a la naturaleza", señala en su web.
Expansión.com
22-08-2012
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
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