La mudanza a un apartamento de 71 metros cuadrados, con 3 habitaciones, 2 baños y línea blanca, pudo ser motivo de alegría para algunos en Baruta, pero para otros el sentimiento fue muy diferente.
Hoy, a más de un año de que el Gobierno entregó viviendas a damnificados en La Limonera, vecinos de Manzanares se quejan de que la inseguridad se incrementó.
La comunidad de Manzanares propone la construcción de un muro de concreto de 3 metros de alto y 80 de largo, que separe definitivamente los dos conjuntos residenciales.
Actualmente, al final de la redoma de Manzanares Este, en Loma Redonda, hay una malla ciclón que demarca el carácter privado de la urbanización. Al bajar por un inclinado terreno se localizan los edificios de La Limonera.
Jesús Arias, vigila la residencia Chamonix. Dice haber presenciado tres atracos en lo que va de año. Félix Carmona, habitante de la zona, cuenta que algunas noches se escuchan tiroteos en las residencias vecinas.
Asegura que la peligrosidad en La Limonera es tal que los habitantes de dos bloques se mudaron para no vivir atemorizados. "Aquí se acabó la paz", sentenció.
Para la comunidad de La Limonera, la realidad es diferente. Carmen Ortega, que vive en la torre 41 de la terraza 1, asegura que el lugar es tranquilo, limpio, muy urbanizado y se cumplen normas.
"Cuando nos mudamos no queríamos que metieran a personas de mala conducta, pero entendimos que esto no es una academia militar y que para perfecto, Dios", dijo.
Dice que sólo ha oído cuentos porque si le hubiera sucedido un hecho irregular no tendría reparo en denunciarlo.
El director de la Policía de Baruta, José Gregorio Castañeda, desmiente el incremento de delitos en el sector. "Este año sólo han ocurrido dos delitos en Manzanares: un robo de vehículos y un hurto. En La Limonera registramos un homicidio desde que fue creado el urbanismo", aseguró.
El funcionario aclaró que no se ha creado una unidad especial para custodiar La Limonera, como se ha rumorado.
Los proyectos
El director de Infraestructura de Baruta, Ruperto Calatrava, indicó que no cuentan con recursos para construir el muro. Aseguró que la obra no resolverá los problemas de inseguridad: "¿De qué ciudad estamos hablando, de Berlín?".
Coincide con esa opinión la directora general del municipio, Carmen Elisa Hernández, quien enfatizó que las políticas del alcalde Gerardo Blyde buscan integrar y no dividir a los ciudadanos. "Cuando celebramos el Día del Niño pautamos paseos desde las zonas populares hasta la plaza Alfredo Sadel, de Las Mercedes. Queremos la integración", dijo.
Vencer el miedo
El psicólogo social Leoncio Barrios explicó que el antiguo léxico sociodemográfico del venezolano planteaba una división entre las categorías barrio y urbanización, para explicar la clase o nivel social de quienes allí vivían. Cree que la instalación de los nuevos urbanismos obliga a los ciudadanos a convivir con personas de estilos y patrones distintos, sin entrar a calificar que sean mejores o peores.
La propuesta del muro es simbólica, dice Barrios, porque no resolverá el problema.
Recomienda el acercamiento entre los vecinos y la ejecución de programas preventivos para disminuir la delincuencia. "El miedo se vence enfrentando a los fantasmas, porque son productos de la irracionalidad, los prejuicios y los estereotipos. Lo racional es acercarse y ver qué tenemos en común. Probablemente el querer vivir mejor sea la partida".
De no hacerlo, acota Barrios, el muro podría estimular el resentimiento y, paradójicamente, la violencia.
El Nacional
14-06-2012
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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