Los cubanos menos solventes económicamente podrán beneficiarse con el otorgamiento de subsidios para adquirir materiales de construcción y pagar mano de obra para la ejecución y conservación de viviendas por esfuerzo propio.
La medida, aprobada el 13 de diciembre de 2011 por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, dispone esas ayudas para familias afectadas por catástrofes y casos sociales críticos.
Consiste en una donación monetaria del Gobierno, libre de costo o devolución, por lo que solo se hará efectiva para los ciudadanos y ciudadanas sin solvencia económica, que vivan en condiciones habitacionales vulnerables.
También beneficia a quienes carezcan de vivienda o estén necesitados de construir, ampliar, reparar o conservar ésta, siempre y cuando sea por esfuerzo propio.
La decisión gubernamental fue puesta en marcha el pasado15 de enero. Solo en el primer día de vigencia más de cuatro mil personas se interesaron por la posibilidad de recibir tal ayuda.
En la primera jornada del total de solicitudes se les aceptó el trámite a mil 339 ciudadanos, según informó la directora Económica del Instituto Nacional de la Vivienda, Loyda Obregón González.
Algunas personas, precisó, acudieron a las oficinas habilitadas para dichas gestiones sin la documentación requerida, otras basaron su petición en una situación socioeconómica que no responde a la agudeza de la que presentan aquellos que sí necesitan la ayuda del Estado.
Al respecto la directora de Seguridad Social del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Yusimí Campo, explicó que quienes reciban este subsidio podrán o no ser beneficiarios de la asistencia social, pues el procedimiento para otorgarlo es diferente. Quienes reciban la ayuda podrán adquirir los materiales de construcción y pagar mano de obra para ejecutar, reparar o conservar sus viviendas.
Un máximo de 80 mil pesos cubanos será la cifra asignada, con lo que se calcula pueda financiarse una célula básica habitacional de 25 metros cuadrados, con baño y cocina.
En ello estará incluido el pago de la mano de obra, que puede requerir de hasta el 30 por ciento del total.
Esta constituye la primera medida de subsidio a personas naturales y no a productos, afirmó recientemente el miembro del Grupo de otros asuntos globales de la Economía de la Comisión Permanente de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, Miguel Lima.
Enfatizó que "es un financiamiento otorgado para acciones constructivas de un objeto de obra específico y que implica un alto nivel de responsabilidad".
Se regula -subrayó- por medio de una relación contractual, donde hay obligaciones para el Estado y para el ciudadano beneficiado.
Por tanto, "la persona que se acoja al subsidio tiene la obligación de cumplir con lo pactado y participar de manera activa como individuo o grupo familiar en la solución de los problemas de su vivienda", apuntó Lima.
La fuente de esos subsidios son los impuestos sobre las ventas de materiales de construcción a precios no subsidiados, cuyo 40 por ciento será entregado a los gobiernos provinciales y otro 8,5 a la reserva central del Estado, que tendrá la facultad de decidir casos puntuales.
La decisión, enfatizó el funcionario, "habla del carácter socialista del Estado cubano y manifiesta que nuestro gobierno, en el proceso de perfeccionamiento económico y social en que está inmerso el país, mantiene el principio de que nadie quedará desamparado".
Lima dejó claro que este es un paso más para contribuir a la solución del déficit habitacional, apoyando a las personas de menos ingresos a enfrentar la solución a sus problemas de vivienda.
Obedece, además, a la implementación de dos de los lineamientos aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.
Uno de ellos va dirigido a "eliminar gratuidades indebidas y subsidios excesivos, bajo el principio de compensar a las personas necesitadas y no subsidiar productos de manera general".
El otro dispone que "los materiales de la construcción con destino a la conservación, rehabilitación y construcción de viviendas se venderán a precios no subsidiados".
En los casos que se requiera, apunta, se aplicará el subsidio a las personas, parcial o totalmente, dentro de los límites planificados.
No se trata de una medida aislada. Forma parte de una estrategia que comenzó con la venta liberada de materiales de construcción a precios no subsidiados, seguida por la incorporación de otros productos, como el cemento y el acero.
Luego se anunció la rebaja de precios a más de 120 de esos surtidos, y más tarde la posibilidad de acceder a créditos bancarios para construcciones y reparaciones de inmuebles.
Tales medidas impulsarán las acciones constructivas, las cuales en las últimas décadas han tenido un comportamiento desigual ante la situación económica del país, agudizada por el impacto de la crisis mundial y el bloqueo económico y financiero impuesto por los Estados Unidos.
Según el Anuario Estadístico de Cuba del 2010, en ese año se construyeron en total 33 mil 901 viviendas, la mayoría estatales (21 mil 687), mientras que 11 mil 433 correspondieron a la población y el resto a unidades básicas y cooperativas de producción agropecuaria o de servicios.
El informe, publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas en el 2011, refleja que, de los últimos 15 años, el 2006 fue el que registró mayor número de viviendas fabricadas por la población, con 77 mil 840, mientras que el 2004 mostró la cifra menor, apenas seis mil 761.
Las medidas en práctica plantean un reto a la industria de materiales de construcción nacional y localmente, la que deberá asumir con eficiencia e iniciativas la creciente demanda de la población.
Por Lourdes Pérez Navarro
prensa-latina.cu
31-01-2012
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