La actual tendencia de producción de la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro (Sidor), aleja la posibilidad de alcanzar la meta que se fijó la compañía para el cierre de este año de unos 3,5 millones de toneladas de acero líquido. Las cifras mensuales que oscilan entre 133.000 a 188.000 toneladas, podrían arrojar un volumen de producción año de no más de 1,8 millones de toneladas.
Cifras de la compañía muestran que la producción promedio de los últimos cinco meses dan una media de 153.000 toneladas métricas de acero líquido, siendo el mayor volumen alcanzado, 188.000 toneladas, las del mes de marzo, sin embargo, para abril, retrocede a 133.000 toneladas, mientras que repunta a 177.000 en mayo, según cifras preliminares de la siderúrgica.
De alcanzar los 1,8 millones de toneladas al cierre de este año, la producción estaría retrocediendo a los niveles del año 2010, llegando, según fuentes de la acería, en el mejor de los casos a 2,2 millones de toneladas, el mismo nivel alcanzado al cierre de 2011.
Fuentes de la compañía sostienen que el cuadro "aterrador" que se vive en la siderúrgica, mantiene preocupación en la directiva, que de manera disimulada debió sincerar una nueva meta de producción estimada en 2,8 millones de toneladas de acero líquido, todavía de difícil logró, comentó la fuente.
"Llegar a 3,5 millones de toneladas luce en extremo cuesta arriba, puesto que el cúmulo de obstáculos y bemoles que se han presentado no son de fácil solución y requieren de voluntad política.", dijo un sindicalista que prefirió anonimato.
Destacó que la capacidad ociosa de la acería ha aumentado dramáticamente, al tiempo que ya existen hasta dudas de que la instalada, que gira en torno a 5 millones de toneladas (según la Memoría y Cuenta de Sidor 2011), pueda ser del todo operativa.
Poco a poco
Sidor, desde su reestatización, comenzó a mostrar una contracción inmediata en sus estadísticas, atribuibles en un principio a problemas de tipo sindical, al punto que el volumen producido el mismo año de la estatización se contrajo a 3,5 millones de toneladas métricas de acero líquido, cuando venía de un año récord de 4,3 millones de toneladas en 2007, aún bajo la gerencia de la compañía argentina Ternium.
Sin embargo, de la mano de los conflictos laborales, comenzó un período de desinversión que ha sumido a la empresa en una producción contraída que no termina de levantar, y que no supera 2,2 millones de toneladas, llegando en el 2010 a un mínimo de 1,8 millones de toneladas desde 1996, endilgadas a la crisis eléctrica, que redujo la operatividad de Sidor en 50%, que hasta hoy sigue repercutiendo en los obstáculos para elevar su volumen.
Obstáculos
Las inversiones represadas, y la poca disposición a bajar los recursos, dicen dirigentes, ha empeorado la situación, pues la obsolescencia de equipos, la falta de nueva tecnología y las paradas previstas no efectuadas a tiempo, han dado al traste con las posibilidades reales de llegar en el corto, e incluso mediando plazo, a retomar el ritmo de producción preestatización.
Según el presidente de la Cámara de Industriales de Guayana, Fernando Goyenechea, la siderúrgica sufre su peor momento, su crisis estructural requiere de agresivas medidas en tecnología e inversiones efectivas.
El tema de los potcarrier (grandes maquinarias fundamentales en la producción), está en su obsolescencia. Canibalizadas unas con otras han logrado mantener la escueta producción actual. Según ha señalado la dirigencia de Sutiss, se espera la llegada de al menos dos de ellos para apalancar la meta.
Goyenechea es de la tesis que es un "perfecto simplismo" culpar del estado de Sidor a una maquinaria que forma parte de un todo en franco deterioro.
La caída del techo de la acería de planchones, en diciembre pasado, originó una contracción importante de la producción, sobre todo en períodos de lluvia, la cual ha sido reparada en solo 50%.
El tema de personal es otro de los bemoles. Según fuentes de la industria, dos terceras partes del personal existente, cerca de 11.000, está de más. El ingreso de los casi 6.000 tercerizados generó además una enorme carga de nómina y una bajísima eficiencia.
Los conflictos laborales que se avecinan, adobarán mucho más el terreno para no alcanzar la meta. Un contrato colectivo vencido desde hace dos años, presiona a la gerencia de la siderúrgica; mientras, los trabajadores protestan por la intención del Ejecutivo de no discutir la convención, aludiendo que las decaídas finanzas de la empresa no soportan una convención colectiva.
Erika Hidalgo López
ehidalgo@cadena−capriles.com
El Mundo
05-06-2012
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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