viernes, 9 de noviembre de 2012

¡Exprópienlo!


Expropiar es quitar una propiedad a su dueño por motivos de utilidad pública y a cambio ofrecerle una indemnización. Para considerarlo así es imprescindible la calificación previa de utilidad pública y que se proceda a la contraparte monetaria, de lo contrario apoderarse de un bien ajeno empleando la fuerza, violencia o intimidación no pasa de ser un robo o un hurto, según sea la conducta asumida cuando se realizaba el acto con cual se maltrataron los derechos del legítimo propietario.

Quisiera compartir con ustedes dos historias una referida por una sobrina, que siendo niña la presenció y la segunda vivida públicamente en el país.

Me recordaba mi sobrina que en Venezuela hay leyes que amparan a los inquilinos de una propiedad rentada aun cuando estos puedan estar faltando en sus pagos. Cuando estudiante había una casa subiendo hacia el colegio, donde una mañana encontraron una marcha de 5 personas con pancartas, querían que se fueran los inquilinos que no pagaban y tampoco se salían...  En el transcurso de 1 año pasaron de una marcha de 5 a toda la familia parada frente a la casa.  No los dejaban entrar ni salir, aunque les dolió mucho pintaron con spray las paredes exteriores de la casa con mensajes de presión, tiraban piedras a las ventanas para romperlas, dejaban bolsas de basura y las tiraban por encima de la cerca...  En pocas palabras, le hicieron la vida de cuadritos a los de adentro...  Mientras ellos hacían esto, también ahorraban para repararla, hacían planes de renovación, y de reconstrucción y no sabían si podrían volver a vivir en ella, después de todas las cosas horribles que habían hecho para sacar a esta gente que pretendía robarles la casa...  Las memorias eran horribles. La gente que estaba ahí sin pagar, terminó yéndose.  Un día ya no estaban...  Pero también supo que los dueños de esa casa tampoco pudieron quedarse mucho tiempo... Cada acción que con tanto esfuerzo tomaron fue tan radical para ellos, que los marcaron, los recuerdos los perseguían.  Renovaron la casa hasta que fue tan hermosa como una vez lo habían soñado.  Luego tuvieron que venderla.

La segunda historia es mucho más trágica y la leímos con titulares como este: "Muere el primer venezolano en huelga de hambre contra Chávez".

Franklin Brito llevó la protesta por la injusta expropiación de sus tierras hasta las últimas consecuencias.

Productor agropecuario de 49 años, que medía 1,90 metros, pesaba menos de 35 kilos cuando falleció en el Hospital Militar de Caracas, donde se encontraba retenido a la fuerza. Su corazón dejo de latir después de 4 meses de ayuno y luego de haber protagonizado 5 huelgas de hambre, convirtiéndose en el primer huelguista venezolano que llevó su protesta hasta las últimas consecuencias.

Había sido despojado de sus tierras y sus reclamos nunca fueron atendidos. Fue un mártir de la propiedad privada, a quien le robaron sus tierras pero no su condición de hombre digno.

¿Cómo no expresar nuestra solidaridad con estas familias?, ¿cómo no sentir en la conciencia estas tragedias?

Lejos de mi afirmar que la institución de la expropiación es injusta "per se", o que la protección al inquilino no sea necesaria, lo que deseo denunciar es que se violen los derechos amparados por la Constitución porque soy el más fuerte. Nunca podemos hacer justicia si para ello violamos los derechos de los otros ciudadanos.

Estas historias nos recuerdan la actual Venezuela, me decía mi sobrina, "yo quisiera renovar y quedarme para siempre. No tener recuerdos horribles que me hagan desear no volver".  ¡Qué no daría Ángela Brito por  tener su papá vivo a su lado!

La Venezuela moderna tiene necesariamente que brindar un futuro estable a las nuevas generaciones, recuperar la legalidad y la defensa de los derechos de todos sus ciudadanos, Deberá escoger entre vivir como en la Cuba de Castro o volver a ser la Venezuela donde se invierte, se crea trabajo y se protege el producto de nuestro esfuerzo.

El venezolano debe retomar el camino correcto, con acciones que nos dejan recuerdos de orgullo, de honestidad, de tolerancia.  De trabajo mutuo y de frutos que tarde o temprano veremos.

Tenemos que concentrarnos en lo positivo y en mantener los espacios que garanticen la supervivencia del modelo democrático.
NELSON CASTELLANO HERNÁNDEZ
nelsoncastellano@hotmail.com

Excónsul de Venezuela en París

Presidente de Venezuela-Futura, Francia

El Universal
08-11-2012

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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