El paseo de las promesas rotas

El paseo de las promesas rotas
Desde 2003 se han ideado tres proyectos de recuperación para el bulevar Anauco

Inaugurado en la década del setenta como un corredor peatonal

JAVIER BRASSESCO
Un cadáver en descomposición abandonado en sus espacios volvió a poner sobre el tapete el tema del Paseo Anauco, un bulevar peatonal desierto de peatones y lleno de indigentes, basura y graffitis.

Desde el año 2003 se han elaborado tres planes para rescatar este lugar, todos a cargo de una institución distinta. La alcaldía Metropolitana de Alfredo Peña primero, el Ministerio de Ambiente que dirigía Jacqueline Faría después, y los propios consejos comunales de la zona han diseñado y a veces hasta empezado programas de recuperación del Paseo Anauco, que hoy atraviesa tal vez el peor momento de su historia.

Caminar sobre la quebrada

A finales de la década del setenta, durante el gobierno de Luis Herrera Campíns, se decidió embaular el extremo sur de la quebrada Anauco (el resto del embaulamiento, así como aquel plan de hacer una estación de teleférico en su extremo norte, siguen pendientes hasta el sol de hoy) y construir un paseo peatonal de poco más de un kilómetro que enlazaría la avenida Panteón con la avenida México.

El desbordamiento de la quebrada Anauco en diciembre de 1999 marcó un antes y después para este paseo, que más nunca volvería a levantar cabeza con todo y que desde entonces se diseñaron tres planes para rescatarlo.

En enero de 2000 se terminó de recoger el barro y los escombros que allí dejaron los eventos que pasaron a la historia como "la tragedia de Vargas", y cinco meses después la alcaldía de Libertador emprendió una limpieza integral de sus espacios y sustitución de sus luminarias.

Pero la falta de vigilancia policial hizo que en este paseo se multiplicaran los atracos, al tiempo que sus cuatro puentes servían de refugio nocturno a cada vez más indigentes.

Ante las quejas vecinales por el abandono de este espacio, la Alcaldía Metropolitana anunció en 2003 su rescate, aunque lo único que quedó de esa iniciativa fueron dos policías metropolitanos que durante seis meses se encargaron de hacer rondas entre ocho de la mañana y dos de la madrugada.

En el marco del proyecto de rescate del río Guaire, anunciado por el Ministerio de Ambiente en 2006, se comenzó ese mismo año un trabajo de reconducción de las aguas negras de los edificios adyacentes. Las obras se extendieron por un año, pero quedaron inconclusas.

A mediados de 2008 le tocó el turno a los consejos comunales de la zona, que elaboraron un proyecto que incluso contemplaba la construcción de un café, una venta de flores y artesanía, un club de la tercera edad y hasta un museo. De aquella iniciativa lo único que quedó fue un mal llamado "Parque skate", que en realidad consiste en dos feas rampas de metal atravesadas en el medio.

Desde entonces nada de nada, ni siquiera proyectos. Apenas operativos esporádicos de recolección de desechos. Ya nadie trota por aquí en dirección a Los Caobos, y pocos se atreven a pasear su perro. De noche duermen más de cien indigentes bajo sus puentes, y de día reina la soledad y el paisaje es basura, aguas negras y grafitis. Y ahora hasta cadáveres.

HASTA QUE LA MUERTE LO MARCÓ

Indigentes que duermen en el Paseo Anauco fueron quienes hallaron el cadáver de una mujer el sábado en la mañana.

Debajo del puente de San Bernardino, vieron un cuerpo con las manos atadas. Cuando se corrió la voz, pues la dama no era conocida y se hallaba en estado de descomposición, llegaron funcionarios del cuerpo de bomberos del Distrito Capital.

La mujer no tenía documentos y tampoco se le veían heridas de bala o de arma blanca. Tenía aproximadamente tres días de haber fallecido.

Efectivos del Cicpc llevaron el cadáver hasta la morgue de Bello Monte para realizarle las pruebas forenses correspondientes e identificarlo. Sin embargo, esperaban por algún familiar.

Hasta ayer, no había aparecido nadie y tampoco se ha logrado identificarla, según se conoció por fuentes del Cicpc de la medicatura forense capitalina.

Lo cierto es que la dama, según dijeron los funcionarios que levantaron el cuerpo, no tenía aspecto de haber vivido en la indigencia.

Por lo tanto, presumen que el cadáver haya sido llevado hasta el lugar y liberado allí, a sabiendas de que el abandono y el deterioro del Paseo Anauco se prestan para cometer delitos. Quienes allí habitan de noche, manifestaron no haberse dado cuenta de ninguna irregularidad. El olor delató la presencia del cadáver. DR

El Universal
08-11-2012

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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