La debacle en CVG Venalum añade capítulos a la historia del aluminio en Venezuela. El año pasado estatales como Alucasa, Cabelum y Rialca operaban por debajo de la mitad de su capacidad instalada por el bajo despacho, la desinversión y la calidad restringida en el producto ofrecido. El domingo la salida de otras 15 celdas en la reductora deja la producción en 30 por ciento de capacidad de diseño.
Otras 15 celdas salieron fuera de operaciones este domingo en CVG Venalum.
Hasta las 3:00 de la tarde de ayer, la estatal operaba con 273 celdas equivalentes a 30 por ciento de su capacidad instalada.
La inédita crisis de la reductora impactará con mayor fuerza en la industria transformadora nacional que, desde 2010 paga las consecuencias del recorte eléctrico aplicado por el Ejecutivo.
De acuerdo con la Memoria y Cuenta del Ministerio de Industrias 2011, las principales limitaciones de las transformadoras adscritas a esta cartera el año pasado fueron la escasez de materia prima y la desinversión.
Aluminios Carabobo (Alucasa), Conductores de Aluminio (Cabelum) y Centro de Producción de Rines de Aluminio (Rialca) operaron por debajo de la mitad de su capacidad instalada, a excepción de Aluminios Nacionales (Alunasa) -ubicada en Costa Rica- que utilizó 93 por ciento de su diseño.
Las estatales han bajado sus niveles de producción por el débil despacho de aluminio primario de las reductoras. La semana pasada, por ejemplo, el área de colada de CVG Cabelum se paró debido a la insuficiencia de metal.
Durante todo 2011 las operaciones de la productora de conductores eléctricos estuvo afectada por la coyuntura energética, “ocasionando una disminución de sus capacidades de producción”, explicó la gerencia en el documento.
“La restricción en la entrega del aluminio primario en calidad en cuanto a contenido de hierro por parte de la empresa CVG Venalum, afectó los niveles de inventario óptimos en cada una de las etapas del proceso operativo, ocasionando interrupciones en el ciclo de producción, impactando negativamente el programa de producción y comercialización”, destacó la productora de rines resaltó en su Memoria y Cuenta.
El despacho de aluminio no fue el único factor determinante en la caída de la industria, sino también la desinversión.
Alucasa precisó en la Memoria y Cuenta que la falta de inversión durante más de 20 años, está ocasionando “ineficiencia, poca confiabilidad y baja calidad del proceso productivo”.
Importación
Todo este escenario era previsible, de acuerdo con el diagnóstico del presidente de la Cámara de Industriales y Mineros de Guayana, Fernando Goyenechea, quien señaló que desde enero las empresas regionales no reciben aluminio P1020; un estándar de pureza que requieren para la fabricación de productos.
Venalum está en capacidad de producir aluminio primario en 90 por ciento de su capacidad instalada, mientras que Alcasa, la pionera del aluminio, en 70 por ciento.
Sin embargo, desde enero ambas operan al mínimo por el alto hierro con el que producen las dos reductoras del país.
Desde la Alianza Empresarial de Guayana, indicó, están solicitando desde hace dos años una compensación para las empresas del aluminio y acero, por el sacrificio que hicieron durante el racionamiento eléctrico.
“Recordemos que, aunque Guayana representa el cinco por ciento de la población del país, aportó 620 megavatios (al Sistema Eléctrico Nacional), un 50 por ciento del racionamiento del país”, rememoró el dirigente.
Goyenechea refirió que han solicitado al Ejecutivo, a través de la Corporación Venezolana de Guayana, la importación de aluminio para tener un resultado positivo en las empresas. Si no se recurre a la importación, dijo, “se van a parar todas las empresas”.
266 mil toneladas de aluminio primario produjo CVG Venalum al cierre de 2011, 62 por ciento de su capacidad instalada.
153% aumentaron las pérdidas de Venalum en 2011 con respecto a 2010, según la Memoria y Cuenta del Ministerio de Industrias.
Historial de escasez
Desde diciembre de 2011 los técnicos manejaban la posibilidad de una masiva desincorporación de celdas, debido a la intermitencia en el suministro de las principales materias primas, insumos y repuestos para equipos móviles.
Para entonces los trabajadores alertaron sobre la desincorporación de 100 celdas para contrarrestar la crisis de insumos.
Empero, la escasez de inventario ya tenía consecuencias irreversibles en las líneas de reducción.
A pesar de las advertencias, el presidente de la estatal, Rada Gamluch, descartó, el 16 de diciembre de 2011, una nueva desincorporación de celdas.
“Hemos logrado mantener estable las celdas (…) llegamos a tener 570 y por los ‘paros sabotajes’ se redujeron a 540. Todos los días se desincorporan entre 10 celdas y se incorporan 20 mensualmente para mantener un balance positivo. Eso es algo normal, no está previsto romper el balance”, dijo Gamluch.
En enero, en un informe intergerencial de planta, los técnicos alertaron sobre un “alto riesgo de desincorporación masiva de celdas”.
Correo del Caroní
16-04-2012
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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