lunes, 3 de octubre de 2011

China: China: ¿Estallará la burbuja inmobiliaria?

Algunos analistas confían en que el endurecimiento monetario en China y las restricciones a la compra en algunos municipios provocarán, a la larga, que bajen los precios inmobiliarios. Pero el riesgo de enfriamiento económico mundial puede obligar al Gobierno del país a parar el proceso de caída de los precios.

Con el peligro de una nueva recesión a la vuelta de la esquina, muchos analistas están vigilando lo que sucede en China. En el mapa, está a miles de kilómetros de distancia, pero en lo económico, la repercusión de sus políticas es tan mastodóntica como su territorio. En 2008, su inyección de 586.000 millones de dólares fue uno de los más importantes granitos de arena que impidió que la Gran Recesión se convirtiera en una Gran Depresión.

Uno de los indicadores que podemos emplear para medir el grado de enfriamiento de la ya segunda economía mundial es el mercado inmobiliario. Y el gráfico de la evolución del precio de la vivienda estaba a finales de 2010 comenzando a imitar al que tuvo lugar entre finales de 2008 y principios de 2009. Aunque en esta ocasión es un efecto buscado, porque los dirigentes del país han estado endureciendo la política monetaria para frenar el crecimiento de la burbuja. Por ejemplo, limitando la compra de viviendas. O encareciendo el crédito con subidas de los tipos de interés, o aumentando las reservas de los bancos.

Algunos promotores chinos ya huelen la amenaza de las bajadas de precios. Creen que éstas se pueden producir en algunas partes del país en los próximos doce o dieciocho meses, porque las medidas restrictivas se mantendrán a largo plazo, según comentan algunos consejeros del Banco Popular de China. El propio primer ministro chino, Wen Jiabao, afirmó mostró esta misma semana su preocupación por la subida de los precios y afirmar que el Gobierno continuará tomando medidas para contenerlos.

El enfriamiento tendrá que esperar

Según las previsiones de los consejeros de la autoridad monetaria del país, el mercado inmobiliario chino comenzará a enfriarse en dos o tres años. Pero el principal objetivo del ejecutivo del país en estos momentos es revertir la tendencia de la subida de los precios en las ciudades pequeñas y medianas.

Sin embargo, hay muchos gobiernos locales que se resisten a establecer más medidas restrictivas. Así, en julio, sólo dos ayuntamientos escucharon al Gobierno central y tomaron medidas para enfriar el mercado inmobiliario, con lo que ya son 40 los municipios los que están intentando, poco a poco, desinflar el mercado inmobiliario. Pero no es suficiente. El paulatino enfriamiento que parecía estar instalándose en el mercado inmobiliario chino se ha dado la vuelta sobre la evolución de los precios de la vivienda de segunda mano en Pekín: desde abril, vuelven a repuntar. Y más grave todavía: en agosto, por primera vez en lo que llevamos de ejercicio, el precio de la vivienda subió en lectura interanual en todas y cada una de las setenta ciudades cuya evolución se suele seguir. Aunque, en general, el precio de la vivienda es demasiado alto en todo el país según más del 75 por ciento de los economistas encuestados por la autoridad monetaria.

Pero hay analistas que no descartan que en algún momento del próximo año, especialmente en el primer tramo, las autoridades monetarias chinas opten por relajar la política monetaria, en caso de que la ralentización de la economía mundial sea superior a la que descarta el mercado. De hecho, hay economistas que consideran que también China puede ver ralentizado su ritmo de crecimiento. Y que en ello tendrá que ver el enfriamiento de su mercado inmobiliario. Al mundo le preocupa que China se recaliente, pero también que se enfríe demasiado. Los mandatarios chinos deben estar, entonces, en una complicada disyuntiva.

El equipo de analistas liderado por Li Huiyong cree que en abril del año que viene, la inflación se habrá relajado hasta el 4 por ciento. Y también describe el modo en que se realizaría la progresiva relajación monetaria: en primer lugar, el Gobierno reduciría las reservas que los bancos pequeños y medianos han de mantener y, a continuación, aumentaría la inversión para cambiar la estructura del crecimiento económico del país.

Por lo pronto, en el mercado inmobiliario chino ya se observa, según los analistas de Crédit Suisse, cómo hay cada vez más compradores que retrasan sus decisiones de compra porque esperan bajadas de precios. Y ése es un síntoma inequívoco de la tendencia futura del mercado inmobiliario chino.

Finanzas.com
28-09-2011

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
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