jueves, 21 de febrero de 2013

Hotel Humboldt: Historia, lujo y abandono martes 12 de febrero de 2013


Sabrina Machado / panored@panodi.com
   
 Graciela Blum recuerda con placer las celebraciones que disfrutó en lo alto del cerro El Ávila, en los amplios salones del Hotel Humboldt, durante su etapa de juventud. A sus 86 años de todavía se impresiona por el lujo de las instalaciones y la belleza del lugar. Recuerda con gusto lo fácil que era acceder a estas celebraciones y lo económico que resultaba viajar en el teleférico, que para esa oportunidad comunicaba a Caracas con el Litoral central, creando en el medio del trayecto un lujoso espacio para disfrutar.


El hotel Humboldt fue creado como parte principal de un gran proyecto de transporte, que tenía como propósito fundamental comunicar a la ciudad capital con la costa norte del país. Para algunos historiadores este plan respondía a una estrategia militar: garantizar una rápida movilización de tropas en caso de ser realmente necesario. La obra fue emprendida por el general Marcos Pérez Jiménez y en nueve meses se logró la construcción de todo el sistema teleférico y del majestuoso hotel, que brillaba radiante desde lo alto del cerro El Ávila. El año nuevo de 1957 se celebró la apertura bajo la intensa neblina que proporcionan dos mil 140 metros de altura.


Entre los espacios favoritos de Graciela se encontraba la piscina cubierta y climatizada, rincón obligatorio de las instalaciones y que llamaba la atención de todos los visitantes. Se constituyó en la primera del país con estas características, poseía un sistema de calefacción que permitía burlar la intensidad del frío de montaña. Cada detalle del edificio fue cuidado minuciosamente por sus creadores. En el caso de la piscina se dispusieron de 20 bombillos, dispuestos a los lados; además, usaron el mecanismo ideado de la recirculación del agua para mantener una temperatura cálida. De las bombas a las calderas y luego era bombeada nuevamente a la piscina.


También se emplearon dos radiadores de calefacción o intercambiadores de calor que estaban ubicados en la parte superior del área, en los laterales, que a su vez servían como extractores, que aspiraban el aire para evitar que el vapor en el ambiente empañara los vidrios.


El general Marcos Pérez Jiménez le entregó el diseño arquitectónico a Tomás José Sanabria, joven caraqueño quien para el momento contaba con 34 años. A su regreso de Estados Unidos, donde cursó estudios en la Universidad de Harvard, se convirtió en el primer director de la facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela. Entre sus grandes obras destaca Foro Libertador de Caracas, el edificio del Banco Central de Venezuela, el de la Electricidad de Caracas, y la sede del INCE, en la avenida Nueva Granada, de la ciudad capital.


Sus estudios en la conocida casa de estudios le permitieron entrar en contacto con las últimas tendencias en diseño. Así se pudo compenetrar con los valores humanos de la arquitectura, con el respeto de las condiciones ambientales para lograr el confort cotidiano de los usuarios, y la indispensable articulación entre arquitectura y naturaleza o entre arquitectura y ciudad.
Estas teorías se ven representadas claramente en el hotel y destacan en sus grandes ventanales de cristal, con borde de aluminio, que permitían mantener la edificación caliente con los rayos solares, produciendo un efecto invernadero, ya que el cristal evitaba que el frío penetrase las instalaciones y, al mismo tiempo, reflejaba los rayos solares hacia el interior del edificio.
En la creación no se escatimó el más mínimo recurso, es una edificación de 14 pisos, que albergaban 70 habitaciones, cada una de ellas con una extensión promedio de 29 metros cuadrados y que permitían una vista hacia las ciudades de Caracas y Macuto. Los pisos de mosaico de jaspe verde fueron traído expresamente de Guayana; lucía un gran mural de cerámica vidriada, chimeneas de cobre; griferías de bronce y pisos de mármol.


La belleza era inigualable en cada uno de sus espacios. Disponía de comedor, un mirador, una discoteca con una pista de baile giratoria, que se elevaba 60 centímetros, unas estructuras adosadas donde se encontraban las áreas sociales del hotel, el salón principal y dependencias administrativas.


Además de penthouse con un mirador que ofrecía una panorámica de casi 360 grados, ya que la planta del hotel fue diseñada de forma giratoria, para ofrecer a los presentes una vista amplia y completa de El Ávila y de las costas del norte del país.
El hotel, inaugurado el mismo día del cumpleaños de la esposa del general Marcos Pérez Jiménez, abrió las puertas al público el 29 de diciembre de 1956 y, pocos días antes, entró en funcionamiento el sistema teleférico.

Estas instalaciones funcionaban más como escenario de famosas fiestas y eventos sociales, que reunían a lo más selecto de la sociedad de la época, que como lugar para albergar a turistas, y quizás en esta condición se sembró su perpetua crisis, que a 57 años de su creación está lejos de sortear.
Según reseñan los historiadores, Sanabria le propuso a Pérez Jiménez crear un casino en el interior de las instalaciones, para que hiciera más rentable su sostenibilidad, pero el general no era amigo de los juegos de invite y azar.
Luego de disfrutar años de placer, de grandes fiestas donde no se escatimaba ningún tipo de bebidas y alimentos, donde la presencia militar era una constante, según recuerda Graciela, quien señala —entre risas— que en una ocasión debió salir corriendo del hotel, porque un militar se molestó, ya que ella no le hizo caso “a sus coqueterías”, vino una época gris.
Entre los distintos intentos para salvar la instalación, a mediados de la década de los 60 se le entregó en concesión a la cadena hotelera Sheraton, quien ya regentaba el Macuto Sheraton en el estado Vargas. Sin embargo, este intento resultó otro fracaso. Al año ya quedaba otra vez a la deriva. Todos los alimentos debían ser trasladados desde la ciudad de Caracas hasta lo alto de El Ávila, lo que no hacía rentable el negocio. No se disponía de actividades recreativas que impulsaran el turismo de la zona. El plan de cuatro noches en la costa y tres noches en la montaña fue insuficiente para salvar el hotel, que ya presentaba graves fallas en su infraestructura, al extremo que de las 70 habitaciones sólo estaban aptas 18, y de las áreas comunes solo servía la discoteca.
Otro intento por rescatar la edificación fue convertirlo en una escuela hotelera; sin embargo, una falla del sistema teleférico dejó en total abandono la estructura, dando espacios a cuentos de apariciones sobrenaturales, que hacían aún más fascinante la historia del hotel construido por Marcos Pérez Jiménez.


Durante el gobierno del presidente Rafael Caldera, el 23 de marzo de 1998, el Fondo de Inversiones de Venezuela, conjuntamente con Corpoturismo se le concedió por 30 años la concesión al Consorcio Inversora Turística Caracas, (Inverturca), empresa conformada por el consorcio Mezherane y el Fondo de Valores Inmobiliarios. Con esta privatización se le otorgaba a dicha empresa la explotación del sistema teleférico y el hotel Humboldt, con todas las instalaciones conexas, incluyendo el desarrollo de servicios de turismo y esparcimiento relacionados con tal complejo.


A partir de este momento comenzó la construcción de Ávila Mágica, complejo de esparcimiento que sirve de antesala para el hotel. Se edificaron restaurantes, quioscos de comida, una pista de hielo, y se recuperó el teleférico hasta el Ávila. Seguía en deuda la recuperación del hotel.


En 2007 el gobierno del presidente Hugo Chávez rescindió la concesión al consorcio del empresario Mezerhane, y reguló los precios del teleférico y anunció un proyecto de recuperación del hotel que reina en la cima de la montaña caraqueña mas fastuosa.


Hasta los momentos se ha abierto para eventos muy específicos, festivales gastronómicos, de artesanías, fiestas en el salón principal. Las autoridades han rehabilitado los dos primeros pisos para estas actividades.


No obstante, a partir del año pasado se encuentra cerrado este espacio, custodiado por efectivos de la Guardia Nacional, mientras un grupo de trabajadores lleva a cabo las remodelaciones. Obreros informaron que el trabajo no avanza a un ritmo acelerado, ya que los recursos se están destinando primordialmente a la Gran misión vivienda. Se espera que en un lapso de tres años el Humboldt logre su esplendor de los primeros años.


En un balance publicado por la Asamblea Nacional se informó que “la infraestructura presenta problemas de asentamiento por fallas geológicas a nivel de los taludes que conforman el perímetro del edificio y la caminería, siendo el área de mayor afectación el de la piscina, donde se evidencia la presencia de grietas. La alta concentración de humedad produce daños severos y evita la conservación de los elementos estructurales de concreto armado”.


Para culminar su restauración se dispone de un crédito adicional de 397 millones de bolívares, transferidos a Venetur. Los caraqueños esperan con ansias la recuperación plena de esta edificación, considerada como una de las joyas arquitectónicas del país.

Panorama
12-02-2013

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Administrador del Grupo Yahoo Corredor_Inmobiliario
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
twitter: @Henry_Medina
hmedina30@yahoo.es
Linkedin: http://ve.linkedin.com/pub/henry-medina/21/59b/59b

http://es.groups.yahoo.com/group/corredor_inmobiliario/

No hay comentarios:

Publicar un comentario