Exigen acelerar obras de edificio tras intento frustrado de invasión

Los invasores llegaron de madrugada al edificio de la Misión Vivienda, Libertador II, ubicado entre esa avenida y la esquina Negrín en La Florida, que está en obras hace más de año y medio. En las ventanas de la fachada, como una suerte de aval, colgaron pancartas con mensajes que daban la bienvenida al presidente Chávez: "Gracias por regresar Presidente, te necesitamos". "Que viva Chávez, somos tu pueblo, te necesitamos".

Los residentes del edificio aledaño Jabillo I (que ya fue adjudicado) alertaron de la invasión a los damnificados de cinco refugios que aguardan por esta estructura.

"Somos los refugiados asignados a esta obra. Tenemos dos años y tres meses esperando por estas viviendas para que ahora vengan otros a invadirlas", denunciaba una damnificada de la Torre El Chorro.

"Esas familias que invadieron no vienen de refugios porque a los damnificados nos tienen avisados que si invadimos perdemos todos los derechos", explicó una mujer del albergue La Esperanza, en el Helicoide, que fue a ejercer presión para que se concretera el desalojo.

El edificio de la avenida Libertador, que tiene 192 apartamentos, también está destinado a familias de los refugios Catedral, Argimiro Gabaldón y hotel Berna. Los obreros de las contratistas a cargo de la obra reconocieron a algunos de sus compañeros entre el grupo de los invasores. Ellos habrían facilitado el ingreso a la estructura de las 130 familias, provenientes en su mayoría de Petare y Charallave. Pasadas las 11 a.m. las personas desalojaron de manera pacífica el edificio luego de la mediación de varios fiscales del Ministerio Público y la presencia de más de treinta funcionarios de la Policía Nacional y de Caracas.

Un autobús blanco estacionado a las afueras del edificio y siete patrullas de la Policía Nacional trasladaron a los tomistas hacia su zona (Petare). Algunos temieron subirse a los carros de la policía y arrastrando maletas y colchonetas optaron por irse en el Metro y hasta en taxi. Una mujer, con sus cuatro hijos y un perro chihuahua, abordó una de las patrullas. "Todo la vida he vivido alquilada en San José en Petare y soy madre de cuatro chamos", dijo para justificar su decisión de invadir. "Se vinieron preparados para vivir aquí por un mes", decían los damnificados en alusión al abultado equipaje que cargaban los invasores.



Demoras

Mientras se realizaba el desalojo, las familias damnificadas se quejaron de los retrasos en la construcción del edificio.

"Si lo hubieran hecho bien ya estuviésemos viviendo aquí. La obra se ha parado mucho porque se ejecutaron mal los trabajos, hay retrasos en los pagos de los obreros y faltan materiales", dijo una damnificada.

Darwin Marín, uno de los contratistas de la obra, dijo que la estructura no está apta para ser habitada. "No tiene electricidad, ni agua potable, ni servida". Piensa que en dos meses, si llegan los materiales oportunamente, podrían terminar los trabajos.

Varios obreros dijeron que hay suficiente mano de obra porque son 120 trabajadores, pero las obras se han paralizado muchas veces porque no hay cemento, bloques y arena.

"Todavía nos quedan otros seis meses de trabajo como mínimo. En los últimos pisos todavía no se ha terminado de vaciar el concreto. En noviembre, cuando el edificio ya estaba casi listo, tuvimos que demoler varios pisos porque el trabajo estaba mal hecho, tumbamos paredes y las volvimos a frisar, algunos pisos estaban fofos, se desmontaron las tuberías de gas porque las habían montado al revés", dijo un obrero.

Katiuska, del refugio La Esperanza en el Helicoide, pide reubicación urgente. "El albergue tiene muchos problemas, el más grave es que no hay agua".

El Universal
19-02-2013

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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