En la AGIP aseguran que para establecer los nuevos valores se hizo un “estudio técnico a partir de un relevamiento casa por casa”.
Lejos del prometido 66 por ciento de aumento promedio, las boletas contemplan incrementos superiores al 300 por ciento.
Aunque fue anunciado una y otra vez, el aumento del ABL porteño no resultó menos doloroso al momento de llegar las boletas a los usuarios. Se había dicho que los incrementos alcanzarían el trescientos por ciento, con un promedio de 66 por ciento. Pero los números indican otra cosa. Las boletas que comenzaron a llegar la semana pasada a los hogares porteños dan cuenta de un piso del ciento por ciento de aumento y hasta un quinientos por ciento o más en los que tenían valores más bajos. Esto surge porque se estableció un piso anual de 600 pesos para la contribución, por lo que los más afectados por el incremento son aquellos que pagaban valores más bajos. “El aumento es abusivo, pero no es ilegal, porque lo votó la Legislatura. Estamos estudiando qué podemos hacer para defender a los usuarios”, dijo a Página/12 la titular de la Asociación de Defensa de Consumidores (Adecua). Si bien el ajuste impositivo fue rechazado por casi toda la oposición en la votación del 25 de noviembre, sólo seis legisladores votaron contra el proyecto de Presupuesto que incubaba el anunciado aumento.
Voceros de la Agencia Gubernamental de Ingresos Públicos (AGIP) defienden el incremento, al que califican de “equitativo” y “progresivo”, ya que ajusta la tasa a la cotización de las propiedades. Y aseguran que para establecer los valores se hizo un “estudio técnico a partir de un relevamiento casa por casa”. Para ese estudio, admiten, no se hicieron visitas domiciliarias, sino que se realizaron “cálculos a partir de datos de catastro, de fotografías aéreas y de información del mercado inmobiliario”.
El senador Daniel Filmus (Frente para la Victoria) cuestionó el aumento al expresar que al jefe de Gobierno, Mauricio Macri, “sólo le interesa aumentar las tarifas, no hacerse cargo de los servicios públicos”. El legislador cuestionó que “en todos estos años de gobierno de Macri se vienen sufriendo aumentos indiscriminados e ine-quitativos, que no se reflejan en mejoras de los servicios públicos, ni en salud, ni en vivienda, ni en educación, ni en transporte”. “La ineficiencia del Gobierno de la Ciudad, que al mismo tiempo que aplica tarifazos subejecuta el Presupuesto, impide que los mayores recursos se transformen en mejoras de la calidad de vida”, evaluó.
El titular del bloque Buenos Aires para Todos y miembro de la Comisión de Presupuesto en la Legislatura porteña, Fabio Basteiro, manifestó su preocupación por “la arbitrariedad y la falta de criterio con que el macrismo está efectuando este aumento”. “El año pasado hemos votado en contra del aumento de ABL, porque advertíamos una escalada impositiva por parte del gobierno de Macri, que busca subir la recaudación a cualquier costo, sin discutir criterios, como los diferentes valores de las propiedades”, afirmó Basteiro. El legislador advirtió que las boletas “ocultan la verdadera intención, que es seguir aumentando la recaudación para destinar al pago de contratistas y no a la inversión en promoción social, vivienda e infraestructura educativa y sanitaria”.
En los cálculos del Ministerio de Hacienda, el aumento de ABL incrementaría la recaudación en 924 millones de pesos para todo el año, lo que representaría un 66 por ciento más que lo recaudado en 2011: alrededor de 1300 millones de pesos (ver nota aparte). Por eso se tomó esa cifra del 66 por ciento como un promedio de los aumentos. Lo cual no resultó más que una estimación: si hay aumentos del trescientos por ciento o más, para llegar a ese promedio debería haber una importante masa de contribuyentes con aumento cero o de muy bajos porcentajes, cosa que hasta ayer no se había detectado.
Para colmo, la nueva facturación que recibirán todos los contribuyentes es retroactiva, es decir que se aplica a partir del 1º de enero. Por lo tanto, quien creyó haber pagado el año adelantado ahora deberá afrontar el ajuste, con el correspondiente descuento de lo ya pagado. Las cuotas ya pagadas también serán ajustadas.
Uno de los casos tipo de los aumentos recibidos es el de un PH del barrio de Caballito: el propietario de un departamento de tres ambientes que pagaba 99,70 pesos anuales deberá abonar este año 600 pesos. La tasa se multiplicó por seis, es decir, sufrió un quinientos por ciento de aumento. En una situación similar –con mayor o menor porcentaje de aumento– se encuentra la mitad de los 1.770.000 contribuyentes, que pagaban por debajo del piso de 600 pesos anuales.
Eso sí: quien opte por abonar en forma adelantada todo el impuesto anual, tendrá un descuento del 20 por ciento. El resto, ya no pagará en cuotas bimestrales, como hasta ahora, sino todos los meses y sin descuento. El nuevo gravamen, además, ya no es sólo por los servicios de alumbrado, barrido y limpieza, como hasta ahora, sino que se le suma el impuesto inmobiliario.
¿Cómo se calcula el nuevo ABL? Desde la AGIP aseguran que se trata de una fórmula “transparente y objetiva” que, en realidad, resulta bastante compleja y difícil de entender. El cálculo se realiza a partir de la Valuación Fiscal Homogénea, un valor que se obtiene en base a información del barrio y la calle donde está ubicada la vivienda, así como de algunas características de la construcción y que en cualquier caso no debe superar el 20 por ciento del valor de mercado de la vivienda. Esa cifra se multiplica por la denominada Unidad de Sustentabilidad Contributiva, fijada en 4. Y sobre este resultado se aplican las alícuotas: una del 0,5 por ciento por la tasa de servicios, y otra de entre el 0,4 y el 0,7 por ciento por el impuesto inmobiliario, que varía de acuerdo con las zonas de la ciudad.
Desde la AGIP aseguran que el monto total a pagar nunca podrá superar el uno por ciento del valor real de mercado del inmueble y el VFH tampoco puede ser mayor al 20 por ciento del valor de mercado. Si se dan algunas de estas dos situaciones, el usuario puede iniciar un reclamo en la Dirección de Rentas o en el sitio web de la AGIP.
La ley votada por la Legislatura no contempla otras excepciones que la de los jubilados con haber mínimo. En total, suman 115.000 partidas. No toma en cuenta los casos de personas desocupadas, madres solteras a cargo de familias numerosas o jubilados y trabajadores con ingresos bajos que pueden tener dificultades para afrontar los aumentos. “Esto podría hacer que –según estimó Sandra González, de Adecua– muchas personas no puedan hacer frente a los aumentos.”
El presupuesto 2012 fue aprobado con 50 votos positivos en general y sólo fue rechazada por el bloque Proyecto Sur y BA para Todos, el 25 de noviembre último. En la votación en particular del aumento del ABL, se sumaron al rechazo kirchneristas, ibarristas y Nuevo Encuentro.
Ayer, la diputada María José Lubertino (Frente para la Victoria) cuestionó el ajuste: “La ciudad necesita de la construcción de un sistema impositivo progresivo en el que paguen más los que más tienen y en el que los sectores más postergados paguen menos”. “Los últimos años han sido testigos solamente de erráticas y aisladas modificaciones impositivas, con el único objetivo de incrementar la masa de recaudación”, agregó.
Por su parte, Francisco Nenna, del mismo bloque, sostuvo que Macri, que “está al frente de la ciudad con el PBI más alto, aumenta impuestos, pero elude toda responsabilidad política” en el manejo del transporte.
Por Eduardo Videla
pagina12.com.ar
05-04-2012
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Lic. Henry Medina
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