Sin discriminar si es mañana, tarde o noche, cada cierto tiempo bocanadas de polvo de sílice se escapan de la planta de concreto que está ubicada en lo que antes se conocía como el campamento del Parque Miranda, en Santa Eduvigis. Hasta 2009 ese era un área en la que había un centenar de árboles con más de 30 años de antigüedad, pero fueron talados y ya poco o nada queda de ese paisaje; en cambio, los vecinos observan desde las ventanas de sus apartamentos el ir y venir de los camiones que distribuyen el cemento y el movimiento constante de maquinaria.
Al polvo de sílice, que expone a los seres humanos a enfermedades pulmonares incluyendo una afección mortal conocida como silicosis−, se suman la contaminación ambiental y sónica. "Esas plantas generan elementos tóxicos y contaminantes que atentan contra humanos, animales y vegetales. Su implantación es totalmente ilegal, pues viola la zonificación del área, que está clasificada como un parque y en su lugar funciona una industria que, además, es tóxica", afirmó María Isabel Peña, directora del Instituto de Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela.
El ministro para la Transformación de la Gran Caracas, Francisco Sesto, anunció el miércoles que una segunda planta de concreto se instalará en la zona este de la Base Aérea de La Carlota, que funcionará como un centro logístico de distribución de materiales para las obras de construcción del Parque Bolívar. "La ciudad lo resiente, no tienen porqué colocar esas mezcladoras allí, cuando hay lugares baldíos en los cuáles podrían instalarse, en los que no estarían afectando la salud de las personas y el ecosistema", subrayó Peña.
Violación de normativas. A la Alcaldía del Municipio Sucre le correspondía otorgar los permisos para la instalación de las plantas. No obstante, Luis Comella, director general de ese organismo, informó que en ninguno de los dos casos "la alcaldía intervino para nada".
La instalación de las fábricas en áreas residenciales o que han sido zonificadas como parque constituyen una violación a las regulaciones en materia ambiental, municipal y de planificación urbana, advirtió María Graciela Flores, coordinadora de la Maestría de Diseño Urbano de la Universidad Metropolitana.
La planta de Santa Eduvigis está controlada por la compañía brasileña Odebrecht, que produce allí el cemento utilizado para los trabajos en ejecución del Metro de Caracas.
Además de la tala de árboles, la concretera originó una migración importante de la fauna que habitaba en el Parque Miranda, especialmente de aves, pérdida de la capa vegetal, polvo y ruido.
"No se justifica la instalación de esas plantas", agregó Flores.
Los vecinos tampoco han recibido de parte de la empresa los estudios de impacto ambiental necesarios para permitir la ubicación de la fábrica ni los estudios de base.
Preocupación. La instalación de una planta de concreto en la base aérea preocupa a la comunidad, especialmente porque conocen lo que han vivido quienes residen de Santa Eduvigis.
"El polvillo generado por esa industria nos va a afectar. Exigiremos que no la instalen y que nos enseñen el proyecto del parque, que no ha sido consultado con la comunidad", dijo Luis Badolato, presidente de Asochuao.
Mariela Álvarez, vocera del Consejo Comunal de Sebucán, sostiene que no pueden permitir la instalación de la planta en La Carlota: "En el caso de Santa Eduvigis nos dimos cuenta muy tarde. Ahora que tenemos la oportunidad de oponernos debemos hacerlo", enfatizó.
EMILY AVENDAÑO
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El Nacional
09-03-2012
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