Fahim Dib, comerciante de Sabana Grande, opina que el control de alquileres será bueno mientras se ajuste al mercado. "El Estado debe preocuparse más por la inseguridad", dijo ENIO PERDOMO
El año bisiesto llegó con una agenda parlamentaria que prevé regular el alquiler de inmuebles destinados al comercio en la ciudad. Esa visión, adelantada por el diputado oficialista de la Asamblea Nacional, Algencio Monasterio, atenta contra la libre competencia en Caracas, donde se cuentan alrededor de 150 mil comercios, destaca Ramón Serrano, vocero de los comerciantes del centro.
Serrano afirma que el nuevo ataque al que serán sometidos propietarios y arrendatarios de locales comerciales mermará las ganancias y, en consecuencia, generará más desempleo en un rubro golpeado tras la eliminación de la publicidad, la imposición de santamarías microperforadas y los arreglos de fachadas sin ayuda del Estado.
"Vivimos en un país que se desarrolla y ofrece empleo a caraqueños que trabajan en tiendas, locales de comida y centros comerciales para pagar sus estudios o mantener a sus familias. Al imponer controles inconsultos el mercado se cerrará, como ocurrió con la Ley de Arrendamiento de Viviendas, y habrá más pobreza", resalta.
Voceros de la Asociación de Comerciantes de Sabana Grande aseguran por su parte que la regulación de alquileres en oficinas y locales generará un mercado negro donde se evitarán los controles del Estado.
"Entendemos que hay dueños que especulan. Pero no somos todos. En Caracas el mercado es variado y competitivo y eso debe prevalecer. El Estado puede frenar los abusos con cierres de los locales que especulan. Si quieren ayudar a personas de bajos recursos para que se integren al comercio formal se pueden plantear iniciativas de ayuda y construcciones de edificaciones dignas para ellos", indica Raúl Tovar, comerciante de Sabana Grande.
Carlos Fernández, presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), indica que en el país las políticas públicas no deben ser realizadas desde el punto de vista punitivo. "Medidas tan drásticas y mayores controles traen como consecuencia el aumento de precios y un mercado informal en la relación comercial porque la gente trata de salirse de los controles del Gobierno", enfatiza.
Fernández cree que la economía del país, con inflación de dos dígitos, no se resuelve con controles. "Disminuye la oferta del bien o del servicio porque nadie los ofrecerá a pérdida".
Hilda Castillejo, comerciante del Centro Comercial Sambil de Chacao, piensa que para ejecutar ese tipo de medidas debe haber una consulta pública con los comerciantes, sin tinte político. "Pagamos alquiler dependiendo de las ventas en un país en crisis que no prospera. No hemos tenido problemas con los alquileres, y por eso la regulación es incomprensible".
Fernández adelanta que la conflictividad legal en los comercios es muy baja, lo que indica que hay buenos acuerdos y una relación muy fluida.
Fahim Dib, comerciante de Sabana Grande, considera que una regulación de alquileres será buena en la medida que se ajuste al mercado. "El Estado debe preocuparse más por la inseguridad en el bulevar". A pocos metros, Milco Yansel, encargado de una zapatería, afirma, en cambio, que hay que regular los alquileres porque algunos dueños de locales cobran más de Bs 50 mil, mientras que en Catia y El Cementerio una parte del gremio asegura que esa postura afectará a vecinos de bajos recursos, porque no habrá quien les alquile un comercio y "volverán a las calles".
El Universal
14-01-2012
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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