Ejecución del Plan Vargas no llegó a Carmen de Uria
NADESKA NORIEGA ÁVILA
La Guaira.- Una cerca metálica y un efectivo militar dan ahora la bienvenida a quienes visitan Carmen de Uria, el poblado varguense ubicado en la carretera hacia Naiguatá y que tras días de lluvia incesante fue arrasado del mapa entre el 15 y 16 de diciembre del año 1999.
El pueblo -famoso por sus heladitos de vaso con los más diversos e insospechados sabores, por los pozos en la montaña y las olas para los surfistas, donde habitaban poco más de 2.500 personas- es catorce años después sede de la Segunda Compañía del Batallón de Policía Naval, y da cobijo a unas 80 familias, a los restos de la iglesia recuperada por los vecinos en 2009, a una fábrica de lanchas, a un deposito de vehículos destartalados bajo custodia de los Tribunales y, lo más relevante, a un botadoro de escombros de la Misión Vivienda.
"Tras la tragedia y una fuerte lucha por volver, entendimos que nuestra realidad, la realidad de Uria, nunca sería la misma y que por razones de seguridad no podíamos regresar. Entonces surgió la idea de convertirlo en camposanto, en un lugar de reflexión, en un gran parque verde, que atrajera otra vez la vida. Aquí sigo esperando por ese proyecto. De Uria se acuerdan para botar escombros o poner estacionamientos de chatarra, pero nunca para hacer un homenaje a los sobrevivientes", explica Julio Díaz, de la organización "El Corazón de Uria aún palpita", quien pinta la capilla del Cristo del Brazo Partido, para que esté presentable para la visita que recibirá el lunes, durante la misa de acción de gracias que acostumbran a realizar en estas fechas.
Díaz indica que los lugareños soñaron con ver su pueblo transformado en un parque, una propuesta que borrara el amargo recuerdo, más sin embargo los casi tres lustros no parecen haber sido suficientes. "A Vargas le hace falta un espacio de recreación. Este es idóneo. Parece que no se han querido dar cuenta".
La propuesta de parque que menciona Díaz fue ofertada para Carmen de Uria dentro del Plan Vargas y Plan Vargas II. También lo dijo el entonces presidente Chávez en por lo menos cuatro alocuciones. Lo que se ejecutó fue una presa aguas arriba y un puente elevado que permite atravesar el río si es que llueve con fuerza.
Los efectivos militares que viven en el lugar no dudan que de ser convertido en parque el espacio sea visitado. "Vienen muchos estudiantes de bachillerato o de la universidad a hacer proyectos a la zona. Es difícil creer que aquí había casas y calles. Otros visitan los pozos en la montaña. El lugar tiene su encanto, su misterio y una brisa que da como paz, aunque a muchos policías navales no les gusta hacer guardia nocturna porque dicen que se escuchan voces", cuenta un efectivo que no desea ser identificado, por no estar autorizado para declarar.
La tragedia por dentro
"Uria es un reflejo de las huellas de la tragedia catorce años después. Se invirtió, se recogieron escombros, se han recuperado espacios. Pero no así la calidad de vida, no así servicios fundamentales como el sistema de drenajes de aguas servidas. Por la vía principal todo luce muy bien, pero la procesión va por dentro. Basta con subir a Los Corales en Caraballeda, a La Veguita o a El Cojo en Macuto, ver las casas a las riberas del río Osorio en La Guaira, los embaulamientos inconclusos y sin ningún anuncio al respecto", explica el dirigente comunitario Carlos Teixeira. Asegura que de acuerdo a su investigación la ejecución del Plan Vargas alcanzó poco más de 50% y el Plan Vargas II fue "la gran mentira" que nunca se ejecutó.
El Universal
15-12-2013
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