martes, 1 de octubre de 2013

ENTORNO URBANO: El Hatillo amerita un plan más allá de las condiciones para urbanizar y edificar

VICTOR ARTIS |  EL UNIVERSAL

Planes urbanos

La Comisión Nacional de Urbanismo inició en 1945 el desarrollo de la metodología y de instrumentos para conducir el crecimiento de las ciudades, sistema que perdura, como es evidente en el Plan propuesto para el Municipio El Hatillo. Todos los planes producidos, son imágenes estáticas de un futuro, sin plantear prioridades, etapas ni recursos para ejecutarlos. Como es costumbre que las municipalidades carezcan de oficinas estables dedicadas a planificar y programar actuaciones, no hay seguimiento ni evaluación de la ejecución, tarea que se reservan celosamente las autoridades de turno, quienes por actuar al ritmo de las crisis, ignoran lo planificado e improvisan, lo que abre cauces a la corrupción. No es extraño que nuestras ciudades sean deficientes, condición en cuyo origen puede pesar el hecho de que en lugar de planificar solo hacemos mapas que definen las condiciones a cumplir al urbanizar y edificar.

Para guiar el crecimiento y mejoría de las ciudades convendría tener tres instrumentos. Primero la visión a largo plazo (saber hacia donde ir) en función del potencial económico del cual se deducen el empleo y la población posibles y sus características, la estructura urbana general y las prioridades. Segundo, la estrategia en base a prioridades y etapas, lo que permite anticipar y comprometer los recursos necesarios, gestión que sí se implantara conduciría a establecer continuidad administrativa. El tercer instrumento es el más simple y deseado por consistir en definir las condiciones para urbanizar terrenos y construir en parcelas.

El Plan para el Hatillo hace una mezcolanza de la visión a largo plazo con las condiciones para urbanizar y edificar y no plantea prioridades ni compromisos financieros para ejecutarlas, lo cual no debe sorprender por ser la característica común de todos los planes elaborados desde 1945. Nunca se ha partido de una base económica para estimar población, empleo, etapas y recursos, aspectos que se intenta suplantar a partir de 1985 con los denominados Programas de Actuación, que en realidad son listas de compras o de deseos; no acuerdos formales o seguros.

Parece que la metodología y el conocimiento están anquilosados y esto no debería ser así porque la autoría del Plan se ha confiado a la Universidad Simón Bolívar. Entre los objetivos de las Universidades están acopiar conocimientos, enriquecerlos (investigación) y difundirlos. El Hatillo, por ser la frontera de más crecimiento en la capital, amerita un plan que vaya más allá de establecer las condiciones para urbanizar y edificar. Los documentos conocidos del PDUL no incluyen prioridades, ni etapas imbricadas con recursos, ni estímulos para obtener espacios para vialidad, infraestructuras y equipamientos. Desarrollar metodología sobre este tema sería un aporte al avance del conocimiento, así como identificar causas de la deficiencia de nuestras ciudades y evaluar si los planes hasta ahora elaborados son apropiados para conducir la evolución urbana previsible.

vartis@cantv.net

EL Universal
28-09-2013

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Administrador del Grupo Yahoo Corredor_Inmobiliario
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
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