La construcción del Museo de Arquitectura ha sido objetada, porque impide que se aprecie el Nuevo Circo | Omar Veliz
Los edificios en Caracas están juntos y se solapan. Esa cercanía afecta la contemplación de lugares con valor histórico que, además, son característicos de la ciudad. Proyectos recientes han repetido esa tendencia. La historia queda, así, disminuida frente a nuevas construcciones.
Al pasar por la avenida Bolívar no se puede observar con facilidad la estructura del Nuevo Circo. El Museo Nacional de Arquitectura, que comenzó a construirse en 2009 y cuya culminación está prevista para este año, impide la apreciación de la fachada de la obra. Detrás del nuevo edificio de tres pisos se esconde un monumento histórico nacional declarado en 1984, que fue inaugurado en 1919 como centro de espectáculos, y restaurado a partir de 2006.
Este no es el único lugar de la ciudad que se ve minimizado por obras nuevas. Otro caso es el de las escaleras de El Calvario: al pasar desde la avenida Sucre hacia el centro, un conjunto residencial en construcción impide la vista de los escalones. Los bloques tendrán 62 viviendas y 3 pisos 2 de ellos ya están avanzados. El parque El Calvario es un bien con valor histórico, construido con reminiscencias francesas por orden del presidente Antonio Guzmán Blanco, que lo inauguró en 1883.
También Guzmán Blanco decretó, en 1874, la transformación de la iglesia de la Santísima Trinidad en Panteón Nacional. La cara norte de esta obra quedará arropada por el Mausoleo de Bolívar, una estructura de 52 metros de altura, actualmente en construcción, que albergará los restos del Libertador.
Algo similar ocurre con el monumento que se erigió para la conmemoración del bicentenario del 19 de Abril de 1810. La obra afecta la plaza San Jacinto, que diseñaron en 1967 Carlos Guinand Sandoz y José Tomás Sanabria.
En sus alrededores están la Casa Natal del Libertador y el Museo Bolivariano. El emblemático reloj de sol que se encuentra allí se ve minimizado por la estructura vertical, de líneas negras y rojas, que alcanza los 47 metros de altura.
Raíces invisibles. La Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural establece específicamente que debe evitarse que las nuevas construcciones restrinjan la visibilidad de las anteriores.
Carlos Sierra, voca l del Colegio de Arquitectos de Venezuela, seña la que la minimización de sitios patrimoniales es una actitud irrespetuosa. Recalca que las construcciones históricas deben mantenerse despejadas: "Hay ciertas cosas que son símbolos de la ciudad, que tienen características de una época o son puntos de referencia. Si se empieza a taparlas, se ocultan raíces, sitios de orientación. Se desmejora la exaltación de los monumentos".
El Colegio de Arquitectos de Venezuela emitió un comunicado para denunciar la construcción del Museo Nacional de Arquitectura que, paradójicamente, afecta una estructura de valor arquitectónico. Señalan que una obra de esta envergadura no puede construirse sin considerar el entorno.
Iris Rangel miembro de la Asociación para el Rescate del Patrimonio Histórico de Venezuela, dice que se trata de una distorsión. "Desde hace mucho tiempo hay una destrucción patrimonial. ¿Por qué minimizar lo poco que nos queda?", pregunta. Agrega que el turismo histórico puede verse afectado por esta situación y que hay que evitar la edificación de otras obras que obstaculicen la contemplación de la historia.
El Nacional
09-10-2011
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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