En las 28 torres que fueron entregadas el pasado sábado quedan por hacer ajustes en el servicio de agua y gas FOTOS VENANCIO ALCÁZARES
Fue el azar lo que hizo que la de María Lourdes Medina fuese una de las 17 familias que salieron del estadio Brígido Iriarte a ocupar uno de los 602 apartamentos en la Ciudad Socialista Caribia. El proyecto, prometido en 2007 por el presidente Hugo Chávez, tras cuatro años de obras recibió a los otrora damnificados de Federico Quirós, Blandín, Nueva Tacagua y del estado Vargas.
"Fue una sorpresa para nosotros. Hicieron un sorteo y nos seleccionaron", dice Medina quien ocupa un apartamento en la torre 12 y vive con sus dos hijos. "No he podido traer a mi esposo porque está enfermo".
Ainara Useche salió del Hotel Metrópoli y esta semana también recibió apartamento. Está contenta dentro del complejo, construido por el Ministerio de Vivienda y Hábitat y la empresa cubano-venezolana Alba Bolivariana, y en su casa ya instaló una bodega para vender refrescos y chucherías.
No ignora que ayer amaneció sin agua, que no tiene gas y que la lluvia se cuela por debajo de su puerta. "Poco a poco lo irán acomodando todo", dice.
Cerca de su edificio, el número 10 de un total de 28, está un parque infantil y la escuela básica; mientras que el Simoncito en el que espera inscribir a su hijo está un poco más abajo. Será el 18 de septiembre, según le dijeron, cuando arranquen las actividades escolares.
Para Mirgelis Díaz, quien salió de Sambil Candelaria y proviene de Blandín, el apartamento de 72 m2 y tres habitaciones, es "una oportunidad para vivir" con cuatro niños y su cuñada. Tampoco tiene agua ni gas, y aunque hay electricidad, en su casa ayer esperaban los bombillos.
En una esquina de su edificio se acumula la basura y la imagen se repite en todos los demás, pero Díaz no se preocupa. "Nos dijeron que la pusiéramos afuera y ellos la recogen cuando pase el aseo". No hay contenedores en los alrededores.
No ha salido desde que llegó pero no olvida que el desarrollo está ubicado a 2,4 kilómetros al oeste del viaducto N° 2 de la Autopista Caracas-La Guaira.
Si bien está proyectada la construcción de un distribuidor de acceso, en la actualidad quienes vienen de Caracas deben llegar hasta Maiquetía y retornar; mientras quienes van al Litoral deben llegar al viaducto 1 para dar la vuelta.
Para transporte público se dispusieron 11 jeeps de la ruta comunal que, por Bs. 4, llevan a los residentes hasta el metro de Gato Negro (Catia).
Los trabajos viales permitirán conectar las 20 mil viviendas que el Gobierno tiene previstas entregar en 2018, todas construidas en seis mil hectáreas de una zona, decretada en 1972, como protectora del Área Metropolitana de Caracas.
En Ciudad Caribia lo que sí dependerá exclusivamente de la gente será la convivencia ciudadana. Ayer la música de un apartamento podía escucharse en toda una torre y la Policía Nacional Bolivariana, garante del orden en la zona, solicitó en tres oportunidades a un residente que moviera su motocicleta del área peatonal. "La gente tiene que poner de su parte. Si ya tienen casas ahora cuídenlas", dijo un funcionario.
El Universal
01-09-2011
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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