Durante seis años ininterrumpidos, el productor agropecuario Franklin Brito luchó para que el gobierno le devolviera sus tierras en el estado Bolívar. En varias oportunidades las autoridades trataron de acallarlo dándole dinero pero no pudieron quebrar su dignidad. Franklin Brito murió esperando que el presidente Chávez resolviera su caso.
¿Quién era este hombre? Franklin Brito nació en Irapa, estado Sucre, el 5 de septiembre de 1960. Cursó la carrera de Biología en la UCV y para obtener la licenciatura sólo le faltó elaborar la tesis de grado. Hacia sus 30 años puso sus ahorros en un lote de 290 hectáreas en Bolívar, estado que constituía una buena oportunidad para prosperar por las bondades de su tierra. Del terreno en total sólo 80 hectáreas eran aprovechables para el cultivo. La vocación de agricultor de Franklin Brito nació de sus faenas en la finca de su suegro.
1.- Para el Estado venezolano las extrañas condiciones en las que ocurrió la muerte de Franklin Brito, bajo su tutela en el Hospital Militar, no tienen relevancia jurídica y ni siquiera merecen una investigación. Así lo ha dejado claro la última sentencia de la Sala de Casación Penal del TSJ, la cual puso fin en el derecho interno a la acción interpuesta por Elena de Brito ante la Fiscalía General el 31 de mayo de 2011.
Esta nulidad procesal, según explicó el abogado penalista Alberto Arteaga Sánchez, además de impedir cualquier otra acción en el país, marca un precedente importante en la actuación judicial pues puede permitir que cualquier otra causa incómoda sea desestimada en su totalidad sin indagación alguna.
2.- Condenado por tener la razón. Cuando Brito propuso un proyecto de utilización de semillas de una variedad resistente a cierta especie de hongo para combatir la plaga que azotó los cultivos de la localidad en 1999, no sabía que su desventura estaba por iniciarse: la iniciativa de Brito se oponía a las medidas del alcalde Juan Carlos Figarella, las cuales consistían en atacar el problema con químicos financiados por la CVG. Los organismos que estudiaron el caso apoyaron al productor agropecuario y la Corporación retiró su apoyo a la gestión de Figarella. Ahí es donde el también docente situaba el origen de los atropellos en su contra. En 2001 lo despidieron del instituto agrícola municipal y en 2003 encontró que el paso a su fundo estaba cerrado: el Instituto Nacional de Tierras había conferido cartas agrarias a trabajadores locales sobre sus propiedades, según las cuales las familias campesinas eran autorizadas para ocupar y cultivar terrenos que ahora pertenecían al estado y eran administrados por el INTI. A partir de este momento comenzó la lucha de Brito para defender sus derechos.
3.- La primera huelga. Tanto Brito como su esposa fueron despedidos injustificadamente de sus cargos como docentes en varios institutos educativos de Guantazo (Bolívar). A raíz de esto, y de la expropiación sufrida, Franklin Brito inició su primera huelga de hambre a finales de 2004 en la plaza frente al Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, como único recurso del que disponía para ser resarcido. Semejante decisión nació en su conciencia de la necesidad de ejercer presión para recuperar las tierras ocupadas arbitrariamente en el asentamiento campesino La Tigrera. Además, reclamaba el pago de un año de salarios represados injustamente. Seis días después de comenzar la huelga decide suspenderla luego de que la Unidad de Evaluaciones Estratégicas lo llamara para atender su caso.
4.- Más dolor por sus derechos. El 7 de julio de 2005, decepcionado por el incumplimiento de las promesas hechas por el Ejecutivo, volvió a la Plaza Miranda, con un semblante mucho más radical que el anterior: se cosió la boca en un gesto que reveló las magnitudes de su determinación. Semejante acto no generó ninguna atención sobre el caso del productor agrícola por parte de los entes competentes. Ante tal panorama, el 10 de noviembre decidió amputarse el dedo meñique de la mano izquierda frente a los ojos del país entero. Ese mismo día amenazó con cortarse un dedo cada semana hasta que el presidente Chávez se avocara a la investigación de sus reclamos.
5.- Cómo comprarle su dignidad. El 15 de noviembre de 2005 el entonces ministro del Interior, Jesse Chacón, comunicó que el Ministerio de Educación reconocía la deuda laboral con Brito y su esposa: les pagaron poco más de 13 millones de bolívares el 1 de diciembre. Chacón dijo además que el INTI reconocía la auténtica propiedad de La Iguaraya y que expedía una constancia de registro agrario; a la vez se comprometían a pagarle los daños a sus cultivos: Brito recibió 70 millones en efectivo sin constancia. Finalmente, los ocupantes debían desalojar sus tierras. Esto nunca se cumplió. Una nueva huelga se dio desde el 24 de noviembre de 2006 hasta 13 de diciembre, cuando formalizó un acuerdo con el INTI en el que le ofrecían reparar todos los daños a cambio de que firmara un documento en el que declaraba que las cartas agrarias no habían afectado sus propiedades.
6.- El engaño oficial. Después de que el presidente del INTI, Juan Carlos Loyo, le ofreció firmar un texto en el que afirmaba que las cartas agrarias no habían afectado sus tierras, Franklin Brito se sintió engañado porque, si bien le devolvieron su terreno, no revocaron las cartas agrarias mediante las cuales su fundo La Iguaraya fue invadido. Además, en diciembre de 2006 intentaron comprar su conciencia entregándole una indemnización (dinero y enseres) que también rechazó por considerar que así se convertiría en “cómplice de algún hecho de corrupción”. Después de esto y de calificar la decisión del TSJ como “arbitraria e inconstitucional”, Franklin Brito empezó su quinta huelga frente al máximo tribunal en marzo de 2007. En esa oportunidad declaró: “Aquí se cometió una de las mayores aberraciones con mi caso”. También denunció que el acceso a su fundo sigue cerrado y el usufructuario de las cartas agrarias continúa sigue metiendo su ganado en los terrenos de Brito.
7.- Clama por ayuda internacional. Como las autoridades venezolanas no resolvieron su caso, trataron de callar su huelga con dinero y se rehusaron entregarle documentos que explicasen las donaciones como indemnización por los daños causados, Franklin Brito, en julio de 2009, decidió realizar otra huelga de hambre frente a la sede de la OEA en Caracas. Su objetivo era que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se pronunciara ante su caso. Después de 154 días de huelga de hambre, el 4 de diciembre el INTI anuló las cartas agrarias sobre los terrenos de Brito. Pero el productor afirmó que dicha revocación no es legal y volvió a negarse a recibir la indemnización. Días después, inició una nueva huelga frente al organismo. El 13 de diciembre de 2009 funcionarios de la PM se lo llevaron contra su voluntad al Hospital Militar, ya que un tribunal acogió la petición de la Fiscalía General que consideró a Brito “inhabilitado desde el punto de vista médico”, con una “disminución de su capacidad”, y ordenó llevarlo al Hospital Militar.
8.- Secuestrado en el Hospital Militar. Luego que la PM lo llevara contra su voluntad a este centro asistencial, Franklin Brito se negó a recibir asistencia de los médicos militares. El 27 de diciembre envió una carta a la CIDH para que dictara una medida cautelar que le permitiera salir del recinto y en enero de 2010 el organismo internacional recomendó al gobierno que permitiera que Brito fuese atendido por un médico de su confianza o por personal de la Cruz Roja. En marzo, el productor agropecuario retomó su huelga de hambre argumentando que el INTI no ha cumplido con lo que le prometió en diciembre, también rechazó su permanencia en el Hospital Militar. A partir de mayo, radicalizó su protesta al someterse a una huelga de sed y volvió a pedir que se legalice la carta agraria que recibió sobre la titularidad de sus tierras y la consecuente indemnización. Aseguró que el dinero que le ofrecieron no tiene soporte legal y que por eso no lo recibe. En junio, su hija Angela Brito informó que el estado de salud de su padre es delicado porque tiene varios órganos afectados, particularmente los riñones producto de la huelga de sed.
9.- Por favor, escúchenme. Durante los 252 días que Franklin Brito estuvo recluido en el Hospital Militar su familia denunció que era torturado. Angela Brito declaró que lo tenían en una temperatura inferior a 8ºC, que no lo dejaban dormir porque estaba en un cubículo cercano al motor del aire acondicionado y las enfermeras entraban constantemente a buscar suero y jeringas. Además de esto y harto del silencio del presidente Chávez, la joven anunció que su padre dejaría de tomar suero durante diez días hasta que el primer mandatario se pronunciara sobre su caso, porque la solución sólo está en manos del Ejecutivo. A raíz de esta drástica decisión, la salud de Franklin Brito empeoró.
10.- Muerte en el olvido. El 17 de agosto de 2010 su hija Ángela informó que el estado de salud de su padre era sumamente delicado y se agravaba cada día. Para la fecha, el peso de Brito, de 1, 90 metros, era de 35 kilos y su masa corporal no alcanzaba 10%. La salud del productor agropecuario empeoraba diariamente: tenía deficiencia respiratoria, pulmonía, hipotermia y daños en órganos como hígado y riñón. Pero, increíblemente, se mantenía lúcido. El 20 de agosto, Franklin Brito estuvo inconsciente y respiraba gracias a un tubo en sus pulmones. Durante unos días estuvo así hasta que el lunes 30 de agosto en horas de la noche murió, presuntamente por un infarto. Franklin Brito entregó su vida esperando que el presidente Chávez reparara las ofensas de las que fue víctima e hiciera valer sus derechos.
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La Muerte de Franklin Brito, video cortesía de NTN24
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=I4giwnHpVXU
Tal Cual
30-08-2013
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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