PEDRO CONDE
(I) 26-07-2013
La seguridad del Estado es la ley más elevada. Justiniano
Informaciones reportan que el presidente de Petróleos de Venezuela auspicia un debate nacional acerca del precio de la gasolina, que muchos desean aumentar insensatamente a los niveles internacionales, esto es, al precio que pagan los consumidores que no son productores de hidrocarburos. Este es un asunto fundamental, estratégico, donde se juegan intereses económicos y geopolíticos contrapuestos de nuestro país y de las naciones avanzadas, puesto que se trata de eliminar ciertas ventajas comparativas que nuestro país pueda tener al estipular un precio igual o superior al internacional.
De acuerdo con la teoría aceptada, sólo puede llegarse a etapas superiores de desarrollo económico y social mediante la instrumentación permanente de políticas fomentadoras de las actividades agropecuarias, agroindustriales y manufactureras propiamente dichas, casi siempre vinculadas a la sustitución racional de importaciones y al estímulo de las exportaciones no tradicionales, las cuales, al cabo de cierto tiempo, arrojan sus frutos que se manifiestan, en parte, mediante la conquista de una parcela del comercio mundial, al desplazar parcialmente en muchos casos ciertos centros de antigua tradición en la producción y exportación de manufacturas y productos agrícolas, lo que origina en aquellos déficits crónicos en la cuenta comercial.
Para mejorar el saldo de aquella cuenta se ha recurrido a colocar barreras arancelarias y de todo tipo, a la creación de organismos internacionales con la misión de ejecutar un código de conducta que proteja sus intereses comerciales, a mejorar la productividad del trabajo, estimular las maquilas para reducir costos (caso Bangladesh y otros con salarios míseros), a valerse de la ocasión cuando por nuestros errores, como los injustificados endeudamientos sin que redunden en crecimiento económico, tenemos que sentarnos en circunstancias desfavorables a la mesa de negociaciones, donde se ejercen todo tipo de presiones, se dan “consejos” y se persuade apelando a pedestres comisiones u ofreciendo cargos en las instituciones internacionales. Se impone una política económica para igualar precios locales a los internacionales y desregulación económica.
No existen argumentos teóricos ni empíricos que justifiquen la exigencia de igualar el precio interno de la gasolina al promedio de los precios en el exterior. El comercio internacional tiene lugar cuando un país carece de los bienes y servicios que demanda su mercado interno y al existir precios diferentes que señalan costos de producción distintos originados por muchas causas, como escasez o inexistencia de materias primas, los costos de mano de obra, la tecnología utilizada, etc. Todo lo cual lleva a decidir si una nación produce o no un determinado bien para comercializarlo. Si lo produce, en condiciones de libre comercio, es porque su función de producción, esto es, la combinación de todos los factores del proceso productivo, le permite hacerlo a bajo costo y generalmente lo es respecto de otra nación o región.
Por ello, es contradictorio que se pretenda imponer aquí el precio de la gasolina que se registra en los países que importan hidrocarburos. Es como si se pretendiera vender en Francia una botella de vino al precio de venta aquí, o vender en Venezuela un cambur al precio que tiene allá. En ambos casos, nadie los compraría, pues aquí los cambures abundan por tener características climáticas diferentes a las de Francia, donde sí hay condiciones para producir vinos eficazmente: se produce el comercio entre ambas.
Con argumentos de competición desleal se busca igualar aquí los precios de todas las materias primas a niveles internacionales, como gasolina, diesel, para que la ventaja comparativa se fundamente en las que surgen de procesos tecnológicos que ellos monopolizan, lo cual dificultaría la industrialización nacional a costos competitivos.
(II) 30-07-2013
El que sabe y sabe que él sabe es prudente. ¡Síguelo! El que no sabe y no sabe que no sabe es un tonto. ¡Evítalo!
(Proverbio árabe)
Imposible es una palabra que solo figura en el diccionario de los tontos. Napoleón
E l cambio internacional de bienes y servicios es el resultado de la especialización de los países que comercian. Igualmente, la capacidad de intercambiar los productos de esa especialización por los bienes y servicios especializados de otros países hace posible y estimula la especialización nacional, la cual es imputable a factores históricos o accidentales, pero en lo esencial ésta no es una explicación satisfactoria, la cual sí lo es cuando la razón fundamental radica en la existencia desigual relativa de recursos productivos entre las diferentes naciones o regiones de un país.
En otras palabras, cada nación tiene su provisión abundante, en comparación con otros, de ciertos recursos productivos que lo hacen particularmente especial para la producción de ciertas mercancías. Esto da a cada país o región una ventaja comparativa para la producción de algunos bienes y servicios y la coloca en una desventaja comparativa para la obtención de otros.
Ahora bien, es preciso diferenciar las ventajas del costo comparativo y las ventajas del costo absoluto. Estos se miden en función de alguna unidad común, que es usualmente la unidad monetaria del país, Supongamos que cuesta 20 bolívares producir un kilo de naranjas en Carabobo y 60 bolívares en Margarita (ejemplo por razones pedagógicas, es lo mismo si se tratase de dos naciones); los costos absolutos (en dinero) de las naranjas son tres veces mayores en Margarita que en Carabobo. Los costos comparativos tienen que ver, por otra parte, con magnitudes relativas, y el concepto de lo relativo involucra una comparación entre dos o más variables, cada una de las cuales se mide en función de una de las otras. Para medir los costos comparativos de las naranjas en Carabobo y en Margarita se necesita tener alguna otra mercancía cuyos costos servirían como base de referencia de la medición.
Supongamos nuevamente que producir un kilo de maíz en Carabobo cuesta 10 bolívares y 15 en Margarita. De nuevo, los costos absolutos del maíz son más bajos en aquel estado que en la isla, pero relativamente el maíz es una mercancía de costo más bajo en Margarita, esto es, en relación con el costo de las naranjas. Un kilo de maíz cuesta en Carabobo 5 décimos de un kilo de naranjas (10/20=0,5), mientras que en Margarita es de 2 décimos y medio de un kilo de naranjas (15/60=0,25), es decir, Margarita tiene una ventaja comparativa (de costos) en maíz; aunque Carabobo tiene una ventaja de costos absolutos en ambos productos solamente la tiene de costos comparativos en naranjas. Se hacen las compras donde los costos y los precios son más bajos y las ventas donde éstos son más altos.
Cuando se trata de países y diferentes monedas, como es lo corriente, no hay una manera satisfactoria de determinar si el costo absoluto de un bien es más alto o más bajo en un país que en otro, a menos que se tenga un tipo de cambio que relacione las susodichas. Pero, los tipos de cambio son ellos mismos resultados, en parte, del intercambio. Este problema se soslaya con el concepto de los costos comparativos. No debería decirse que por la nueva tasa de cambio un litro de gasolina está entre 1 y 4 centavos de dólar. Hay que calcular los costos comparativos aquí y en el Norte. Una manera práctica sería determinar el costo de producción y sumarle un margen para financiar nuevas inversiones, pero, Pdvsa jamás ha sabido cuál es el costo a causa de la contabilidad que utiliza. Cuando yo era presidente de la comisión de economía de la cámara de diputados jamás pudieron informar.
¿Y si aquí es más costoso producirla que allá? Podría ser por operaciones ajenas a la industria. En todo caso, el precio interno nunca debería ser el que pagan los que no tienen hidrocarburos.
(III) 06-08-2013
"
y si el ciego guiare al ciego, ambos caerían en el hoyo".
Mateo 15, versículo 14
Según la teoría del comercio internacional, los costos y los precios comparativos son más relevantes para determinar las relaciones de intercambio que los costos y los precios absolutos (en dinero), pues éstos son un reflejo de aquellos. La única manera de saber si un bien es más costoso en un país que en otro es utilizando el concepto de los costos comparativos, que pueden medirse sin referencia a las unidades monetarias, indispensables cuando se trata del cálculo de los costos absolutos.
Pero la noción de costos comparativos se deriva de la idea de costo en economía. Desde el punto de vista social, el costo económico real de una mercancía es solo mesurable en función de las alternativas sacrificadas por su producción. El valor de los otros bienes sacrificados para poder producir una unidad de un bien determinado, se llama costo de oportunidad social de ese bien.
Volviendo a nuestro ejemplo anterior de las naranjas y el maíz, el costo de oportunidad social de un kilo de naranjas es el valor de la cantidad de maíz que se deja de producir para dedicarse a obtener un kilo de naranjas. Por ello, conocer solamente el costo absoluto de las naranjas no comunica un indicio sobre su costo real o de oportunidad.
En el caso de la gasolina nuestra, su costo real no es, como piensan algunos, lo que se deja de ganar por venderla internamente a un precio inferior al internacional, que está determinado por escasez, políticas de impuestos, que oscilan entre 32,7% (Estados Unidos) y 76,7% (Alemania), del precio final de la gasolina, políticas de ingresos y gastos públicos, de distribución y justicia social. El costo real o de oportunidad es el valor de la producción de un bien sacrificada por Pdvsa para decidirse a destilar únicamente gasolina. Es igual a que Pdvsa desperdiciase los otros productos que emanan de la refinación del crudo y se quedase solamente con la gasolina. El valor de ese desperdicio es el costo de oportunidad de ésta (gasolina).
Ahora bien, según el teorema de la igualación de los precios de los factores, al iniciarse el intercambio entre dos países, los precios diferentes tienden a igualarse, siendo imprescindible que se cumplan una serie de condiciones, entre otras, a saber, competencia perfecta (sin aranceles ni trabas al comercio); funciones de producción idénticas (la combinación de factores productivos) en ambos países; una función de producción lineal y homogénea (id est: que al incrementar los factores en una cantidad el resultado producido aumenta en ese mismo monto ); ausencia de especialización; las curvas de oferta de los factores de producción son inelásticas, es decir, la oferta no varía con la modificación de los precios. Pues bien, a nadie escapa que estas condiciones definen un mundo irreal, por lo cual los profesores Kenneth Arrow y Robert Solow (Premio Nobel) concluyen: "En que la igualación de los precios es improbable, y, además, no vivimos en un mundo estático donde las variables no cambian: Otros elementos entran en juego que incrementan la diferencia entre los precios en lugar de reducirla" (International Trade: Theory and Empirical Evidence).
De modo que no se trata solo de eliminar una pérdida. El problema es complejo y se agudiza al considerar otros aspectos de la acción del Estado en el marco general de las políticas públicas que busquen crear justicia social.
Mejor dicho: ¿Qué es más conveniente? ¿Que el estado presuntamente elimine una pérdida que no se sabe cuánto es, dada la ineficacia y las actividades ajenas a la industria? ¿Que esos nuevos ingresos que saldrán del bolsillo de los venezolanos vayan a propulsar la corrupción? ¿O que el dinero se quede en esos bolsillos donde cumplirían un fin público distributivo y se emplearían de una manera más eficaz, según los intereses y preferencias de los consumidores? Así es como debería analizarse.
El Nacional
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Administrador del Grupo Yahoo Corredor_Inmobiliario
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
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