LUIS OLIVEROS B.
En Venezuela la locura económica ha llegado a niveles nunca antes vistos. Pareciera que hemos tocado el techo de las cosas absurdas. Estamos tan mal, que hoy es complicado para un venezolano explicarle al mundo por ejemplo algo tan básico e importante como: cuál es la tasa de cambio del país.
La manera tan “eficiente” de llevar al política cambiaria por parte del madurismo ha engendrado un mercado de divisas con hasta 7 diferentes tasas de cambio (seguramente un record mundial) en nuestra economía: 1 la tasa de cambio oficial, 2 la tasa de cambio ponderada de nuestras importaciones, 3 la tasa Sicad (que hasta podrían ser 2 o 3 tasas de cambio porque los cortes de personas naturales y jurídicas no han sido iguales en las supuestas subastas realizadas), 4 la tasa de cambio Big Mac, 5 la tasa de cambio de “equilibrio” con nuestros socios comerciales, 6 la tasa de cambio que no se puede nombrar y 7 la tasa que resulta de la relación M2/Reservas Internacionales (que tanto gusta a algunos colegas, a pesar de todas las criticas que tiene). Al menos 7 tasas de cambio, todas con algún tipo de argumentación que ayude a explicar las razones por las cuales deba ser considerada como la tasa de cambio de Venezuela (estuve indagando sobre otros países, y solo Argentina y algún país africano podrían competir en número de tasas de cambio, sin embargo ninguno de esos llega ni a 3). ¿Esta situación demuestra nuestra salud económica? La obra de Giordani será un caso de estudio en las mejores universidades del mundo, de cómo se puede destruir una economía en medio de un largo shock favorable de su único producto de exportación.
La tasa de cambio resulta una variable clave para cualquier economía, más si ese país tiene una dependencia elevada de la venta de un producto en los mercados internacionales y su aparato industrial y oferta en general depende tanto de las importaciones. Con tantas distorsiones, ¿Cómo puede un empresario valorar su inventario?, ¿Cómo puede fijar precios?, ¿Cómo puede planificarse para el mediano y largo plazos?
El gobierno anterior se devoró las divisas, su gula insaciable de divisas se las llevó y hoy estamos viviendo las consecuencias, algo que el madurismo no ha sabido afrontar ni resolver. Una nueva devaluación está cantada, no será antes del plebiscito (municipales) del 8D, pero con mucha seguridad vendrá luego. El Bingo-Sicad no ha cumplido son sus objetivos. Mientras tanto la sobrevaluación del bolívar no para de crecer conforme la inflación galopa libremente y los venezolanos siguen mostrando su desprecio en poseer moneda local, mientras se vuelcan por conseguir divisas o activos en los cuales protegerse. Esa es la supuesta patria que hoy tenemos: un “pobre país rico”
Luis_cesar_13@yahoo.com
El Universal
12-08-2013
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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