miércoles, 1 de mayo de 2013
ENTORNO URBANO:La Planificación Urbana
La planificación urbana debería ser una actividad continua, diaria y permanente.
Día a día
"Los planes están para hacerlos y luego olvidarlos", según Friend y Heinemer, citado por Eli Bravo en artículo donde expone que un plan, para ser más que una idea y procurar resultados esperados, debe incluir mecanismos para asimilar variaciones e incertidumbres del entorno, pues "la realidad es terca y cambiante".
Estos planteamientos, aunque se refieren a ideas y planes en general, son con exactitud, el enfoque apropiado para la planificación urbana y contrastan con el modo de proceder adoptado para elaborar planes, tanto desde el inicio de esta actividad en la década de los cuarenta como hoy día. En aquellos años, ya lejanos, los avances en medicina, producción e información estimularon la concentración en ciudades y nació la preocupación por orientar su crecimiento. Así ocurrió en Valencia, primera ciudad que tuvo una Comisión Municipal de Urbanismo. Tanto los primeros "planes" elaborados en la Dirección de Urbanismo del MOP, como los actuales, fueron y son visiones (ideas) del futuro que prevén actualización cada 10 años para incorporar lo sucedido y orientar el porvenir. Como ocurre con proyectos arquitectónicos, son instrumentos de naturaleza estática, carentes de procedimientos (mecanismos de acción) para incorporar efectos no previstos o no previsibles, derivados, por ejemplo, de vías nuevas, iniciativas generadoras de empleo o eventos climáticos anómalos. Por omitir el diseño del proceso de crecimiento, no son "planes" sino mapas, o imágenes estáticas que no establecen prioridades ni etapas para ejecutarlos.
Para conducir el crecimiento y evolución de las ciudades, la planificación urbanística debería ser una actividad continua, diaria y permanente, capaz de identificar necesidades e incorporar "terquedad de la realidad" en los planes. Esto no se logra con programas de actuación que por su naturaleza, también estática, solo son listas de compras. El resultado de esta rigidez es el derecho de ocupar (urbanizar) cualquier sitio en el ámbito de un plan, sin considerar posibilidad de servicios ni costos como proveer acceso y seguridad o recolectar basura. Para tomar en cuenta esos aspectos, la planificación urbanística, además de evaluar el crecimiento y ajustar los planes, debería participar en la preparación de presupuestos de inversión, tareas que requieren una dedicación día a día en la gerencia municipal, como ocurría en Ciudad Guayana.
Plantear grandes líneas de la estructura urbana, identificar y adoptar el carácter de una ciudad y su rol en el país o en la región es imprescindible, pero también requiere diseñar o definir etapas y recursos. Con mapas estáticos, los cambios solo ocurren corrigiendo crisis tras crisis, lo que justifica improvisaciones y abre ventanas a la corrupción, en especial si la responsabilidad urbanística recala en una estructura administrativa fragmentada o dispersa, formada por autoridades superpuestas y donde manda más la que disponga de más fondos. Y no sorprende que las imágenes rígidas del futuro tengan poca importancia y no sean respetadas.
Victor Artis
vartis@cantv.net
El Universal
29-04-2013
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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