jueves, 26 de julio de 2012

Edificaciones que dibujan el perfil de la ciudad

La ciudad celebra un nuevo aniversario

En ocasión del 445 aniversario de la ciudad, El Universal hace un balance de los edificios que definen su patrimonio arquitectónico y que cambiaron el carácter de la urbe durante los últimos 60 años.

Aula Magna: "Es el corazón de Caracas, lo más admirado por el mundo que nosotros tenemos, lo más alucinante…" Hannía Gómez, presidenta de Fundamemoria, no se ahorra superlativos para referirse al principal auditorio (2.700 asientos) de la Ciudad Universitaria, que fue inaugurado en diciembre de 1953 tras 15 meses de construcción. Rodeada de murales de Mateo Manaure, Víctor Vasarely y Pascual Navarro, antecedida por el Pastor de Nubes de Jean Arp y con las nubes de Calder flotando dentro, este espacio tiene no solo un valor artístico incalculable, sino que además en la década del 80 fue catalogado entre las cinco salas con mejor acústica del mundo.

La capital venezolana, que cumple hoy 445 años, se reconoce sobre todo a partir de ciertas construcciones que a través del tiempo y la costumbre han terminado definiendo su identidad.

Lo poco que dejó la arquitectura colonial fue demolido sin muchos miramientos con la súbita entrada del dinero del petróleo y tras la muerte de Gómez.

Pero a partir de entonces comenzó un acelerado boom de la construcción que convirtió a la ciudad en un baúl de tesoros arquitectónicos de esa época que a falta de mejor nombre se conoce como "la modernidad" y cuyo impulso llegó hasta principios de los 80.
Joyas arquitectónicas que pasan desapercibidas
La ciudad está llena de residencias hermosas, muchas de ellas con influencia italiana, que son patrimonio cultural de la nación.

Edificio Canaima, en la Francisco de Miranda

Hay caraqueños que viven en edificios hermosos, joyas arquitectónicas que por ser parte de lo cotidiano pasan desapercibidas para muchos. Para los que residen en ellos, el reto es tratar de mantener la autenticidad de la edificación lidiando con los costos que esto implica.

Hay quienes lo han logrado bien como los vecinos del edificio Univers (1954), en la avenida Luis Roche, frente a la plaza Francia. Obra del arquitecto de origen español Narciso Bárcenas, mejor conocido como El Especialista, la edificación está llena de detalles. Desde las barandas de bronce pulido, pasando por sus mosaicos, cornisas, sus formas sinuosas y el tratamiento de rejas y pisos.

Es una arquitectura grandilocuente, explica Orlando Marín, profesor de Historia de la Arquitectura en la Universidad Simón Bolívar. Las ventanas de los apartamentos dan al patio central que alberga una fuente, en el hall de entrada.

Menos conservado que el Univers está el edificio Humboldt (1955), otra obra de Bárcenas donde se observa la integración de arte y arquitectura. La edificación situada en la acera sureste de la plaza Altamira, en plena avenida Francisco de Miranda, destaca, según Marín, por su fachada rica en volados y balcones y por el mural del artista italiano Ennio Tamiazzo.

Para la arquitecta Mitchele Vidal, el Canaima está entre los edificios más hermosos de Caracas. También del español Bárcenas, la edificación, ubicada en la avenida Francisco de Miranda, muy cerca de Chacaíto, ofrece un interesante juego de volúmenes, materiales y colores.

A juicio de Hannia Gómez, presidenta de la Fundación de la Memoria Urbana, la ciudad tiene sus escenas y una de ellas la integran el trío armónico de la plaza Francia, el obelisco y el edificio Altamira, de Arthur Kahn. De influencia barroca, la estructura está amarrada al espacio urbano y su planta se abre hacia la plaza.

El Conjunto Residencial Los Granados, en la avenida San Felipe con calle Los Granados, La Castellana, obra del arquitecto Dirk Borhornst, está catalogado como patrimonio cultural venezolano. Son cuatro edificios de concreto armado cubierto por piedras pequeñas ubicados en forma diagonal a lo largo del terreno que están rodeados por una exuberante vegetación. Es una obra arquitectónica moderna donde se cuidaron todos los detalles.

El edificio de viviendas multifamiliar Altolar (1965), en Colinas de Bello Monte, de Walter J. Alcock, es un testimonio de la mejor arquitectura moderna caraqueña de los años 60. Premio Nacional de Arquitectura, esta curva amurallada simula una extraña fortificación en perfecta armonía con la ciudad y la naturaleza.

Frente a La Carlota, paralela a la curva de la avenida Araure, en Chuao, está la residencia Machango, de la década de los sesenta, ideado por el arquitecto italiano Juan Trivella, resalta por el uso ornamental del mármol en las áreas públicas y la limpia ejecución arquitectónica.

Para Gómez, la plaza Las Tres Gracias está rodeada de edificios muy bellos, entre ellos el Cars, de una firma americana. "También está el edificio Las Cumbres en la avenida Ciudad Universitaria, de Antonio Montini, uno de los más bellos de Caracas que data de los años 50".

En la avenida Victoria se nota la influencia de la arquitectura italiana en los hermosos balcones de muchos edificios. En San Bernardino, en Los Chaguaramos y Valle Abajo hay maravillas modernas.

Para el arquitecto español, Pedro García del Barrio, el único método para preservar la memoria urbana de la ciudad es proteger legalmente las edificaciones. "Hacer una norma de obligado cumplimiento de protección urbanística. Pero además de protegerlos legamente hay que ayudar a las personas que viven en edificios de alto valor arquitectónico con los gastos añadidos que tienen esas edificaciones".

Por su parte, Gómez señala que son los propietarios del edificio los que deben hacerse cargo de su mantenimiento, pero el Gobierno debe crear incentivos fiscales que beneficien a los residentes.

Caracas no es Caracas, a juicio de Gómez, sin el Hotel Ávila, la casa de Los Borges en Petare, la casa club del Caracas Country Club, la Hacienda La Vega, la Hacienda Caraballeda, la Quinta Anauco, el Club Táchira, la Casa de Italia. Pide protección especial para la Quinta Yolanda, en la avenida principal de Las Palmas, la casa Art Deco más bella de Caracas, que está amenazada.



El petróleo enterró todo vestigio colonial

Muchísimas edificaciones que fueron un símbolo de la ciudad fueron demolidas sin mucho remordimiento

El estadio de San Agustín dio paso a un conjunto residencial

El boom petrolero se convirtió en Caracas en un boom de la construcción. Pero para construir fue necesario destruir, demoler, y ese proceso se llevó por delante prácticamente todo vestigio de la época colonial.

Algo que ayudó al arrase fue el hecho de que Caracas jamás fue una urbe de la importancia de Lima, Ciudad de México o Bogotá, y por lo tanto no se hicieron grandes construcciones cuya necesidad de preservación fuera evidente.

Fue así que muy pocos caraqueños dejaron sentada su protesta cuando en la década del 50 la construcción de la avenida Urdaneta se llevó por el medio dos de las casas coloniales más notables de las que por entonces aún seguían todavía de pie: el colegio Chaves y la casa Llaguno. Graziano Gasparini logró al menos reproducir sus fachadas a ambos lados de la casa natal del Libertador, donde hoy están la Sociedad Bolivariana y el Museo Bolivariano.

Y a pesar de que todo el casco histórico de La Pastora (el mayor de la ciudad, con unas 900 viviendas con valor patrimonial) fue declarado espacio patriomonial en 1978, ningún gobierno ha intentado poner freno al acelerado proceso de ranchificación que vive la zona, pues casi todas las casas han sido intervenidas en el interior para hacerles anexos o para ponerlas a funcionar como pensiones.

Pero el dinero abundante y la sed de modernidad no solo acabó con una época colonial cuya arquitectura muy pocos apreciaron, sino que incluso un hotel de la belleza del Majestic (al lado del teatro Municipal, en terrenos donde hoy está la torre sur del Centro Simón Bolívar) fue demolido en medio de gritos y aplausos en 1949, cuando ni siquiera tenía veinte años allí y todavía era la edificación más alta de Caracas.

Y el Nuevo Circo que hoy conocemos debe su nombre a que cuando fue construido ya Caracas tenía uno: el Circo Metropolitano, que estuvo en la esquina de Puerto Escondido desde 1896 hasta que en 1945 se construye el teatro Metropolitano, que eventualmente también desaparecería. Donde hoy está el conjunto residencial La Yerbera, en San Agustín del Norte, fue por años el estadio sede del equipo Cervecería Caracas y del antiguo hipódromo de El Paraíso (donde se realizaron los desfiles del primero centenario del 5 de julio de 1811) apenas queda la forma de sus taquillas clausuradas en un muro en la avenida Páez, justo al frente de la sede de Radio Caracas Radio.

En muchos casos apenas quedan los nombres: la calle La Laguna, de Catia, recuerda la laguna artificial que allí existía y que se mandó a secar en la década del 30, y la esquina Las Monjas, en el casco histórico, recuerda al recinto de las monjas de La concepción que alguna vez existió allí.
A todos y a todo somete el tiempo a duras pruebas, pero en pocas ciudades del mundo éstas han sido tan duras como en Caracas, siempre destruida para construirse de nuevo.


Íconos de la ciudad desfigurados por su mal uso

Cuatro edificaciones clave en la ciudad están abandonadas e invadidas: La quinta Las Guaycas de Campo Alegre, el edificio Los Andes de Sabana Grande, El Helicoide de Roca Tarpeya y la Torre Confinanzas de la parroquia Candelaria.

La torre David está convertida en un gigantesco rancho

Caracas.- Entre 1932 y 1985 en Caracas, ciudad que hoy cumple 445 años, se construyeron cuatro edificaciones que dejaron de adornarla. La quinta Las Guaycas de Campo Alegre, el edificio Los Andes de Sabana Grande, El Helicoide de Roca Tarpeya y la Torre Confinanzas de Candelaria forman parte de una capital con joyas arquitectónicas invadidas, abandonadas o subutilizadas.

La primera quinta moderna
El arquitecto Omar Seijas, vicepresidente del Colegio de Arquitectos de Venezuela, recuerda que en los años 30, cuando la clase media de Caracas migra a Campo Alegre porque el centro estaba colapsado, el arquitecto español Manuel Mujica Millán hace la iglesia de la urbanización y su residencia, la quinta Las Guaycas, en 1932.

"Mujica Millán es quien remodela el Panteón Nacional en los años 30. Luego en Campo Alegre intervienen poderes económicos y se logra cambiar su zonificación de construcción de vivienda unifamiliar a residencias multifamiliares. Esa fue la razón de la muerte de Campo Alegre como zona patrimonial. Esa es la única casa que allí queda. Llevamos largo tiempo tratando de conseguirla para instalar allí la sede del Colegio de Arquitectos de Venezuela. Aún hacemos gestiones con la Alcaldía de Chacao, pero no hemos recibido respuesta. Nos comprometemos a cuidarla y a preservarla", indica Seijas.

El vicepresidente del Colegio de Arquitectos de Venezuela cuenta que Campo Alegre fue creado con una visión europea, con calles e iglesias, un obelisco que ya no existe y una parcela que se desarrolló con viviendas y muchos árboles. "Una visión de casa de campo, promovida por Carlos Heny, empresario", afirma.

Una joya despreciada
Años más tarde se levanta en la capital el edificio Los Andes de Sabana Grande. Una joya arquitectónica en 1945 con concepto de "esquina como hito urbano". "Fue planteado con un nivel comercial y de viviendas en pisos superiores. Es un espacio de comercio comunal que hoy sigue siendo muy poderoso. Ha sido tan noble que ha sobrevivido a varias invasiones (en 2003 y 2009), pero mantiene su proyección arquitectónica más allá de los embates de nuestra mente pobre", resalta Seijas.

En 2005 el edificio Los Andes fue desalojado gracias a una medida judicial. En marzo de ese año fue expropiado por la Alcaldía Mayor, a cargo del exalcalde Juan Barreto. Cuatro años después pasó a manos del Ministerio de Interior y Justicia, donde funcionaría la sede la Policía Nacional y centro de operaciones del sistema de Emergencia 171. A finales de noviembre de 2011 la Asamblea Nacional aprobó Bs 27.965.432 para el Ministerio de Interior y Justicia (MIJ), institución que se encargaría de transferir esos recursos a la Alcaldía de Libertador, al mando del alcalde Jorge Rodríguez, para reconstruir el edificio Los Andes de Sabana Grande y convertirlo en residencia estudiantil. Un año antes Rodríguez ya había anunciado el destino de esa edificación histórica tras "nacionalizarla".

En febrero 2012 el alcalde Rodríguez afirmó que será en agosto de este año cuando el edificio Los Andes albergue a 750 estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV). "Con la cercanía a esa casa de estudios superiores puede funcionar como residencia estudiantil o vivienda transitoria. En el peor de los casos eso sería los mejor a mantenerlo abandonado", asegura Seijas.

Un recinto sin finalidad cierta
Seijas trabajó junto a Dirk Bornhorst, arquitecto que diseñó El Helicoide de Roca Tarpeya. "El Estado permitió su mal uso", indica. Cuenta que en 1956 El Helicoide se culmina para ser un gran centro comercial. Tres años antes fue presentado en el Museo de Arte de Nueva York como una de las calles comerciales más largas del mundo. "No llegó a funcionar como centro comercial. Allí los primeros comerciantes que compraron un local fueron Ferretería Rex y el compositor venezolano Aldemaro Romero. A raíz de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez lo tomaron como bandera política. En pleno auge de la arquitectura en Venezuela (años 50) se abandonó. Otro de sus arquitectos se arruinó y la obra quedó en el aire", resalta.

El arquitecto explica que años más tarde el Estado quiso instalar en El Helicoide la sede del Ministerio del Ambiente, luego un centro educativo y terminó siendo la sede de la Disip. "Hoy funciona como sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, SEBIN. El arquitecto que diseñó los paisajes colgantes de El Helicoide fue Roberto Burle Marx, el mismo proyectó el Parque del Este y los bulevares de las playas de Copacabana y Ipanema en Brasil", afirma.

Hoy Seijas observa el abandono de El Helicoide y recuerda que ante las tragedias nacionales sus instalaciones se usaron muchas veces como albergue de damnificados que vivían dentro de containers. "La Disip y el Sebin le cambiaron el fin a El Helicoide. El edificio es tan poderoso que no ha perdido su fuerza. Parece una colina todavía, que respetó la topografía del lugar y la tomó para sí", explica.

La Torre de David
A mediados de los 80 se levantaba en la parroquia Candelaria uno de los edificios más relevantes de la ciudad, la Torre Confinanzas. Las firmas Enrique Gómez Arquitectos Asociados y Brewer Ingenieros S.C. ejecutaban el centro financiero más moderno de Caracas: el Confinanzas, afirma Jorge Landi, uno de los arquitectos involucrados en la obra, hoy casa de 800 familias que la invadieron en octubre de 2007.

Ese "desarrollo extraordinario", como lo calificó Landi en una entrevista otorgada al diario en abril, fue estructurado para integrar un edificio de 45 pisos con un helipuerto, un área comercial, un aparthotel y un estacionamiento para 1.500 vehículos que tendría en su terraza áreas turísticas. Con eso Caracas pudo tener un centro financiero y recreativo muy importante, también llamado "torre de David" en honor a su fundador, Jorge David Brillembourg Ortega.

"La Confinanzas fue invadida por la miopía del Gobierno actual. En vez de salvarla la dejaron abandonada. La quiebra del banco llevó a la quiebra de su arquitectura. Es un rancho vertical", destaca Seijas.

Landi por su parte señala que el proyecto no se culminó. "Con la quiebra de Confinanzas y del Banco Metropolitano en 1994 el tercer edificio más alto del país paso a manos del Fondo de Garantías de Depósitos (Fogade), institución del Estado que lo subastaba en 2001 por 80 millones de dólares".

El arquitecto Landi asegura que la torre se transformó en un desastre arquitectónico. "Es un rancho vertical que afecta el tránsito, los servicios y vecinos. Hay tuberías fuera del concreto y aguas negras conectadas sin ningún tipo de acabado. Aunque los invasores están organizados, su calidad de vida no es aceptable. Suben hasta 30 pisos a pie, sin pasamanos ni ascensores. El aspecto visual de Caracas se perturba con esa ocupación".

Mientras que Seijas agrega que la preocupación actual es todo el deterioro de las obras patrimoniales. "Con las obras del Mausoleo del Libertador Simón Bolívar en la parroquia Altagracia afectaron la vista del Panteón Nacional. Debieron ubicarlo en otro sitio. Allí a ese monumento nacional hay que dejarle espacio para observarlo. Esa misma situación se repite con el Museo de la Arquitectura que hoy atenta contra la vista del Nuevo Circo de Caracas.

Seijas cree que una vergüenza que no apreciamos lo que tenemos. "Despreciamos nuestra propia historia porque no hemos aprendido a valorarla", culmina.


DÉCADA DEL 50

Aula Magna: "Es el corazón de Caracas, lo más admirado por el mundo que nosotros tenemos, lo más alucinante... " Hannía Gómez, presidenta de Fundamemoria, no se ahorra superlativos para referirse al principal auditorio (2.700 asientos) de la Ciudad Universitaria, que fue inaugurado en diciembre de 1953 tras 15 meses de construcción. Rodeada de murales de Mateo Manaure, Víctor Vasarely y Pascual Navarro, antecedida por el Pastor de Nubes de Jean Arp y con las nubes de Calder flotando dentro, este espacio tiene no solo un valor artístico incalculable, sino que además en la década del 80 fue catalogado entre las cinco salas con mejor acústica del mundo.

Hotel Humboldt: Esta torre circular de sesenta metros (14 pisos) y edificada en la fila de una montaña que está a 2.100 metros sobre el nivel del mar, fue levantada en apenas siete meses e inaugurada en noviembre de 1956. Su diseño se debe al arquitecto Tomás José Sanabria. Las estaciones de Maripérez (Caracas) y El Cojo (Macuto), unidos por un teleférico, fueron diseñadas por Alejandro Pietri. La cadena Sheraton recibió el hotel a mediados de los 60, pero el negocio fracasó y el conjunto fue abandonado hasta que se empezó a rescatar a mediados de los 80, y el teleférico reabrió en 1986. En 1998 se entregó a la empresa privada en concesión por 30 años, pero la misma fue revocada en 2007 y el Estado volvió a asumir su control.




DÉCADA DEL 60

Torre El Universal: Fue proyectada y levantada a finales de los 60 para convertirse en la sede de El Universal por Francisco Pimentel y Bernardo Borges y George W. Wilkie, quienes en 1971 recibieron el premio nacional de arquitectura porque se consideró a esta torre como la obra más importante levantada en esos años. Tiene 16.800 metros cuadrados distribuidos en 15 pisos. Se hicieron muchas oficinas por la alta demanda que había en esa época. La decoración interna estuvo a cargo del artista plástico Carlos González Bogen. Pimentel relata que en algún momento se pensó en hacer una segunda torre donde hoy está ubicado el estacionamiento, pero la iniciativa nunca se concretó.

Torre Easo: Uno de los íconos de la avenida Francisco de Miranda fue también una de las obras más queridas del egregio arquitecto Gustavo Guinand. Fue construida en 1951. Junto con la torre Europa y el edificio Atlantic, también en la misma zona, son un buen ejemplo de la arquitectura refinada que se impuso en la época.

Las torres de El Silencio: Las dos edificaciones que le dan forma al Centro Simón Bolívar fueron la conclusión de todo el conjunto residencial que ideó Villanueva para El Silencio y que se levantó entre 1942 y 1945. Las torres fueron inauguradas en 1954. Son un ejemplo de arquitectura urbana funcional y monumental, pues para la época fueron todo un acontecimiento estas torres de 32 pisos y ese sistema subterráneo para vehículos, áreas comerciales (aquí estuvo el primer centro comercial de Caracas) y plazas cubiertas. Hoy es sede de ministerios y organismos oficiales.



El Helicoide: Aunque su construcción comenzó en 1956, las obras se paralizaron por la caída de Pérez Jiménez y finalmente fue inaugurado, en su primera etapa, en 1961. Nunca se finalizó, y la idea inicial de los arquitectos constructores (Jorge Romero, Pedro Neuberger y Dirk Bornhorst) era que albergara un centro comercial para vehículos, una sala de exposiciones, un hotel cinco estrellas y un espacio para presentar grandes espectáculos. Jamás tuvo ninguno de estos usos, sino que funcionó como sede de la policía política. La cúpula de aluminio se le construyó en 1982.

Centro comercial Chacaíto: Aunque ya en el Centro Simón Bolívar existía un conjunto de tiendas comerciales, el primer centro comercial propiamente dicho de la ciudad fue el Centro comercial Chacaíto, un espacio integrado a la ciudad. Su lema era "Una puerta abierta", pues fue concebido sin ningún tipo de reja ni barrera (éstas se le pondrían en los últimos años debido a la inseguridad). Antonio Pizani lo concibió y se levantó entre 1965 y 1968. En 1970 ganó el premio municipal de arquitectura del distrito Sucre.




DÉCADA DEL 70

El Poliedro: Fue construido con la idea de que sustituyera al Nuevo Circo como sede para la realización de grandes evento, y de hecho es inaugurado con una pelea por el título mundial de boxeo entre George Foreman y Ken Norton el 26 de marzo de 1974. En principio se le llamó "Domo geodésico de La Rinconada", y su cúpula mide 145 metros de diámetro con 38 metros por encima del nivel del suelo. Fue usado como refugio en 2010 y remodelado este año para albergar el torneo preolímpico de basket.




DÉCADA DEL 80

Teatro Teresa Carreño: Este complejo cultural está ubicado en Los Caobos, al lado del antiguo Ateneo de Caracas, y tiene más de 80 mil metros cuadrados de construcción. Esta edificación integra el concreto y la naturaleza con las artes plásticas, logrando que la majestuosidad sea única en su estilo. Fue ejecutada por el Centro Simón Bolívar, ente que abrió un concurso para su diseño en septiembre de 1970, siendo seleccionados los arquitectos Tomás Lugo Marcano, Jesús Sandoval y Dietrich Kunckel. La construcción se inició en 1973 durante la presidencia de Rafael Caldera; y culminó en 1983, durante el gobierno de Luis Herrera Campíns. El costo fue de 540 millones de bolívares (unos 125 millones de dólares de esa época).



DÉCADA DEL 90

Sambil: En 1992 la Constructora Sambil, de la familia Cohen, empezó a levantar lo que para su inauguración fue el mall más grande de Latinoamérica. El centro comercial abrió sus puertas el 28 de mayo de 1998 y por primera vez los caraqueños veían reunidas gran cantidad de tiendas de mucha categoría. Eso y su estructura, nunca antes vista, fueron cruciales en el éxito de este centro. "Un tubazo del comercio", así lo describió María Isabel Peña, directora del Instituto de Urbanismo de la facultad de arquitectura UCV.


DÉCADA DEL 00

Teatro de Chacao Este anfiteatro, inaugurado en 2011, fue diseñado por la Oficina de Arquitectura (ODA), y está conformado por tres mil metros cuadrados, con capacidad para albergar a 600 espectadores aproximadamente. Los colores predominantes de la obra son el naranja, los tonos verdes y madera, para así mantener una sincronización entre lo actual y lo futuro. Esta construcción le regaló a Caracas un nuevo espacio cultural.

El Cubo Negro: El destacado arquitecto norteamericano Philip Johnson realizó el anteproyecto de esta obra, construida entre 1976 y 1978. Sin embargo, fueron los arquitectos venezolanos Enrique Gómez, Carlos Eduardo Gómez y Jorge Landis quienes desarrollaron el proyecto. La estructura de vidrio y aluminio y con una plaza interna de más de 600 metros cuadrados le dio un aire de modernidad a la ciudad.



Torre Británica: Es una edificación ubicada entre la Avenida Luis Roche de Altamira y la avenida Sur Altamira en el cruce con la José Félix Sosa, y es visible desde la autopista Francisco Fajardo. Es difícil transitar por la autopista y no percatarse de la existencia de este "monolito". La estructura es básicamente la de una mesa. Cuatro columnas gigantescas de concreto que coronan en una platabanda igualmente de concreto con los pisos en forma de "X" con vidrios de cristales negros que dan hacia las cuatro fachadas del edificio. Se trata de una obra del arquitecto Francisco Pimentel.

Centro Comercial Millenium Mall Una obra arquitectónica basada en una nueva concepción del espacio comercial es el Millenium Mall, ejecutada con el objetivo de contribuir con el rescate de la plaza Miranda, en Los Dos Caminos. La infraestructura se encuentra en pleno diálogo con la comunidad, con la extensión del área pública a la techada. De los arquitectos Francisco Pimentel y Oscar Capiello, los trabajos se iniciaron en 2004 y fueron culminados en el año 2009. Posee un desarrollo de unos 70 mil metros cuadrados de construcción, divididos en niveles de comercios, espacios abiertos y un estacionamiento. Hoy en día, este centro comercial constituye una de las principales opciones recreativas que los caraqueños escogen en su tiempo libre.

Parque Central: El proyecto es de 1969, las dos torres se empiezan a edificar a mediados de los setenta y la Torre Oeste se inaugura en 1979. Desde ese momento y hasta 2003 (cuando se inauguró la Torre Mayor en México DF) Venezuela tuvo el rascacielos más alto de América Latina. Aunque los edificios fueron concluidos en 1972, el complejo habitacional que acogía a cinco mil vecinos se inaugura en 1983. El proyecto es del arquitecto Daniel Fernández Shaw.



Centro Comercial San Ignacio: Sus pasillos abiertos y espacios de relación directa con la calle rompieron con el esquema tradicional de centro comercial. "El Centro San Ignacio recuperó ese contacto con la calle, la integración con la ciudad que otros lugares no tenían, más bien te aislaban", comentó Negrón, y recuerda que lo único parecido que por entonces existía en la ciudad era el Centro Comercial Chacaíto. La obra fue construida por Carlos Gómez Llarena y Moisés Benacerraf, y fue inspirada en una inmensa gradería. "Los pisos están en forma de escalinata", explicó Gómez. Es operado por el Fondo de Valores Inmobiliarios.

Torre La Previsora: Ramón Eduardo Tello fue el encargado de hacer un edificio que se convirtiera en el emblema de Seguros La Previsora. Fue más allá y logró en dos años y medio (fue inaugurada en 1973) y 34 millones de bolívares de entonces construir un edificio que a la postre se convertiría en un emblema de toda la ciudad. La torre de 24 pisos está coronada por un reloj Patek Phillip de tres pisos, el cual fue traído de Suiza.

La Electricidad de Caracas: Esta edificación es una obra del arquitecto Tomás José Sanabria en 1983, quien además es conocido por haber hecho también el hotel Humboldt, el edificio Ince de la Nueva Granada y la sede del Banco Central de Venezuela en Altagracia. Lo más característico de este arquitecto es el uso de quiebrasoles en las fachadas. Con ello buscaba adecuar al clima tropical la propuesta arquitectónica, matizando la agresividad de una luz natural a veces insoportable.

Conjunto Residencial Solano: Con espacio para 750 familias, el complejo residencial construido en 1998 se llevó el Premio Bienal a la Arquitectura en ese año. La obra levantada por el consorcio PC Arquitectos, de Francisco Pimentel y Oscar Capiello, impulsó el desarrollo de la zona de Sabana Grande y fue un ejemplo de cómo se puede concretar planificadamente un proyecto de alta densidad en un sector. La obra fue comparada con desarrollos urbanísticos internacionales de ciudades como Bogotá, Panamá y Barcelona.

Edificio Cincuentenario de la UCAB Su construcción inició en el año 2002 y culminó en 2004, como parte del plan maestro para reorganizar el campus de la universidad, según lo explicado por el arquitecto Francisco Pimentel, quien dirigió su diseño. Sus principales características son su funcionalidad, flexibilidad y contemporaneidad. Está previsto que en esta obra se construya un gimnasio para esta alma mater ubicada en Montalbán.

El Universal
25-07-2012

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
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