lunes, 22 de agosto de 2016

Cinco mentiras sobre la construcción sustentable


El Campus de Apple, en Silicon Valley, California. Cuesta cinco mil millones de dólares y está rodeado de autopistas y autos.

Ahora está de moda hablar de eco construcción, como si eso por sí solo resolviera los problemas de una sociedad que vive de destruir la naturaleza y transferir costos al futuro. Y es carísima.

La palabra sustentabilidad está de moda. Se usa para todo, desde los planes económicos hasta las recetas de cocina. Por supuesto, llegó a la arquitectura y el diseño urbano. Los idealistas más radicales ya imaginan aldeas ecológicas, granjas verticales en medio de las mega ciudades y torres cubiertas por plantas. En pocos años pasamos de la ciencia ficción a la eco imaginación y todos quieren ahorrar energía, construir con materiales reciclables, disminuir la huella de carbono de los edificios y recobrar el equilibrio perdido entre el hombre y la naturaleza. En medio de este furor políticamente correcto, como es habitual, aparecen los vendedores de ilusiones que proponen alcanzar el paraíso sin esfuerzo alguno.

Para definir todo ese verso relacionado con la sustentabilidad, los yankis (que saben de eso mucho) inventaron una palabra que lo describe perfectamente: greenwashing (o lavado verde, en español). Con este neologismo podemos señalar todo lo que hacen las empresas para parecer eco amigables sin serlo porque saben que lo verde vende cada vez más. Aunque es muy difícil no caer en la trampa, nunca viene mal un breve repaso por las principales mentiras (equivocaciones, ponele) sobre la construcción sustentable.

Nada más verde que las plantas. El esfuerzo por convertir a los edificios en usinas eco ambientales está llenando de pasto las terrazas y de plantas las paredes de cuanto shopping, hotel, banco y museo ande por ahí. Para el paisajista Wade Graham, autor del libro Ciudades de ensueño: siete ideas urbanas que modelaron el mundo, la ciudad verde que soñamos hoy está demasiado relacionada con controlar la naturaleza. “Con eso se da por resuelto el problema en vez de hurgar en las causas más profundas de nuestro descontento ambiental y urbano”, dice.

La eco construcción es para todos. El edificio insignia que Apple construye en Silicon Valley es un ejemplo del sueño verde. El diseño del arquitecto británico Norman Foster (que construyó la Jefatura de Gobierno en Parque de los Patricios) logrará un edificio sostenible y eficiente que deja libre el 80% de las 71 ha de su terreno, pero costará 5 mil millones de dólares, algo sólo posible para las más ricas corporaciones del mundo. Graham, que además de paisajista es historiador y profesor de la Universidad de Pepperdine, afirma que a pesar de todos los intentos bien intencionados de Apple y Foster, el campus será otro desarrollo que amplía la urbanización dispersa en la periferia urbana. “Será un gran edificio de oficinas junto a una autopista, que dependerá de enormes estacionamientos para sus 13 mil empleados, la mayoría enterrados para disminuir el impacto ambiental”, afirma.

La certificación internacional garantiza sustentabilidad. Una de las normas más difundidas en el mundo es la LEED, que otorga puntos a los edificios por sus cualidades eco ambientales de diseño y por el uso de materiales y sistemas eco responsables. Si un edificio anota 40 puntos, obtiene certificación LEED. Con 50, LEED Plata. Con 60, Oro. Y con más de 80 puntos, LEED Platinum. Hoy, estas categorías garantizan más empresas dispuestas a pagar más por espacio para sus oficinas. Pero, muchos de los puntos son fáciles de conseguir sin aportar verdadera sustentabilidad. Por ejemplo, las normas premian el uso de determinado tipo de acondicionadores de aire, pero no la existencia de ventanas que se puedan abrir. Lugar para estacionar bicicletas y hasta autos híbridos dan puntos, aunque aquí casi no existan.

Un edifico certificado gasta menos. Christopher W. Cheatham, socio de la consultora Cheatham Consulting L.L.C. de Washington DC asegura que la certificación de edificios verdes se ha convertido en un problema mundial. “No está funcionando como se esperaba”, afirma. Un testeado del gasto de energía de algunos edificios certificados demostró que el ahorro energético planteado en un 40% resultó del 20% o menos al funcionar. Rod Taylor, de la firma de servicios ambientales Aon P.L.C. agrega: “Falta mucha verificación en las declaraciones sobre el rendimiento de los productos verdes“.

La construcción sustentable salvará a la Tierra. Para Graham, manejar un auto eléctrico, construir edificios verdes y vivir en una eco aldea no alcanzará para salvar al mundo. “A pesar de que edificios y autos son completamente lesivos con el ambiente, no hay que esperar que lo resuelva por sí sola”, explica. Para él, el verdadero problema es el sistema económico nos rige, basado en destruir la naturaleza y transferir los costos al futuro y a los más pobres.

Apple Campus 2 - Official Video: http://ow.ly/fKUK303nhts

Clarín
17-08-2016
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Administrador del Grupo Yahoo corredor_inmobiliario
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
twitter: @Henry_Medina
hmedina30@yahoo.es



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