Mendoza y Delgado dirigen equipo de 24 personas en la FVP. NICOLA ROCCO
En cinco décadas de operación construyó o mejoró 350 mil viviendas en el país
PEDRO GARCÍA OTERO
Isidro era un trabajador de Nirgua, Yaracuy, que llevaba 40 años trabajando para la misma empresa, pero que no residía en un hogar estable; su casa estaba en condiciones precarias, y el sitio en el que trabajaba quería mejorarla. Fue así como esta empresa contactó a la Fundación de la Vivienda Popular (FVP) que a través de un estudio de esta, convirtió la casa de Isidro en una vivienda consolidada, con tres habitaciones, baño y una hermosa cocina.
Como la casa de Isidro, la FVP, en asociación con empresas de todo el país y a través del programa Promeviv (Programa de Asistencia Técnica para el Mejoramiento, Refacción y/o Construcción de Viviendas de Trabajadores) mejora unos 5 mil hogares al año, en todo el país, ofreciendo asesoría técnica y acompañando estas reformas desde una primera consulta, que hacen arquitectos, y que se acompaña a través de créditos que otorga la misma Fundación y las compañías que quieren mejorar la situación de sus empleados.
Es la más reciente iniciativa de la FVP, que a lo largo de su más de medio siglo de existencia (fue creada en 1959, poco después de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez por el empresario Eugenio Mendoza Goiticoa), ha sabido "en cada etapa de la vida del país hacer algo que ha tenido verdadero impacto en la gente", señala su hijo y actual presidente de la fundación, Eugenio Mendoza Rodríguez.
Ese impacto, como el que se causó en la vida de Isidro, ha alcanzado a unas 350 mil familias venezolanas, desde los grandes proyectos de vivienda social de los años 60 y 70 hasta programas que tienen unos cinco años, como Promeviv, o Asoviv (programa de autogestión de vivienda), que actúa en las zonas más pobres de Caracas, también a través de microcréditos de hasta Bs 150 mil, y que todos los años alcanza a entre 200 y 300 familias que ven mejorado su hábitat con el respaldo técnico y financiero de la FVP. Estos programas se complementan con otros, como el de Organización Vecinal (Prohaviv) y el de asesoría a organismos públicos y privados en materia de vivienda.
Alexis Delgado, gerente general de la Fundación, señala que, en oportunidades, las empresas ni siquiera conocen cómo viven algunos de sus trabajadores; "son las primeras sorprendidas", afirma. El programa, que logra resultados entre aproximadamente cuatro y seis meses, arranca con una visita de los arquitectos de la FVP a la vivienda del trabajador, a lo que puede seguir una solicitud de una inspección de Bomberos o Defensa Civil.
Normalmente, los trabajadores que hacen las refacciones son contratados en la misma comunidad, si no es la misma persona que hace autoconstrucción, porque hay un enorme conocimiento en nuestros barrios de temas de construcción, señala Delgado.
Promeviv permite, a su vez, financiar a Asoviv, un programa que es completamente adelantado por la Fundación, y el cual, pese a su modesto impacto, logra considerables cambios en la vida de la gente. "Nos reinventamos en momentos de crisis gracias a nuestra gente, que tiene mística. Nos preguntábamos 'cómo hacemos algo' y surgió este camino, que ha tenido un gran impacto de la vida de la gente. Y vendrán otras cosas de enorme impacto", concluye Mendoza.
CASAS NO TAN PRECARIAS
Los programas de la Fundación de la Vivienda Popular se centran en la consolidación de la vivienda precaria, por lo que la ampliación de viviendas solo se autoriza luego de que se ha revisado si la misma es estable. "En general", señala Delgado, "es muy difícil, en Venezuela, encontrar viviendas auto construidas que no sean, al menos, de bloques. Sin embargo, también se encuentra muy regularmente que estas viviendas no son estables. Esa es nuestra primera preocupación cuando evaluamos un inmueble", indica.
Otra característica es que en general la vivienda "es percibida como privada", aunque no tenga papeles. La FVP no trabaja en invasiones de terrenos privados, solo en tierras sin titularidad y ejidos.
Sobre las mejoras, el gerente de la Fundación señala que se tiene muy bien estudiado cuáles son las necesidades que se presentan en las viviendas autoconstruidas del país, y así, 46% de las mejoras corresponden a salubridad (baños, cocinas, tratamiento de aguas); 24% a seguridad (platabandas, cerramientos perimetrales y estabilización de las viviendas); 13% a confort (cambio de pisos, cerámica, etc.) y 12% a ampliación.
El desafío de la FVP en este momento es trabajar en un entorno de alta inflación y de materiales de construcción escasos, pero "la gente se las ingenia para conseguir las cosas", señala Delgado, mientras Mendoza agrega que, como en todos los programas de microcrédito, la morosidad en Promeviv y Asoviv es baja.
@pedrogarciao
El Universal
06-09-2015
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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