miércoles, 19 de agosto de 2015

El gas, el agua y los ascensores, los dolores de cabeza de los habitantes de Misión Vivienda (IV)

El gas, el agua y los ascensores, los dolores de cabeza de los habitantes de Misión Vivienda (IV)
Beneficiarios de Misión Vivienda se organizan para reparar las fallas de infraestructura Foto: Rafael Briceño - Rafael Briceño

Se repiten desperfectos en los acabados de casas y apartamentos

Por:
YORMAN GUERRERO / LORENA MELÉNDEZ G.
En esta cuarta entrega, vecinos de estos urbanismos cuentan a Contrapunto cómo intentan acabar ellos mismos las obras cuando el Estado no lo hace

El 26 de diciembre de 2013, Manuela Giménez (nombre ficticio para proteger su identidad) se mudó a uno de los 96 apartamentos que conforman la torre B del complejo Libertador II de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) en Caracas. Madre de una niña de 6 años de edad, vivió durante los tres años previos en dos refugios: el primero estaba ubicado en el barrio El Limón y el segundo en la antigua sede de la Cantv en El Cafetal. Su familia fue una de las 127 que resultaron damnificadas por las lluvias torrenciales de noviembre de 2010 en la carretera vieja Caracas-La Guaira.

Tres días antes de ocupar el edificio, Giménez y los demás adjudicados firmaron un documento en el que acordaban con la contratista Ducolsa, encargada de la edificación, que recibirían los apartamentos sin que se concluyera la instalación del gas directo y el acabado en las paredes. El ingeniero que representó a la empresa en esta reunión aseguró que el complejo estaba habitable, les prometió que concluirían la obra, y les advirtió que no debían vender sus viviendas. Ha pasado año y medio desde entonces. Vecinos de este urbanismo dijeron a Contrapunto que la compañía nunca culminó los arreglos.

Giménez explicó que uno de los problemas que afectan a la mayoría de las unidades habitacionales son las filtraciones, que han traído consigo otros daños a la estructura. “Cuando nos entregaron los apartamentos todo estaba bien, pero apenas se mudaron todos los vecinos comenzaron a mojarse las paredes. Tanto así que la fuga de agua empieza en el piso más alto y llega hasta la entrada del edificio”, comentó.

El agua que corre por las paredes se filtró hasta el único ascensor que tiene la torre de 13 pisos y sulfató una de las tarjetas electrónicas necesarias para su funcionamiento. Desde enero de este año el aparato está dañado. Los vecinos deben organizarse para repararlo, pues sólo tenía 6 meses de garantía una vez que el complejo les fue entregado.

Ninguna de las cuatro “unidades socioproductivas” (tiendas) que tiene este edificio está en funcionamiento. Las filtraciones desprendieron parte del cielorraso, y dejaron al descubierto el cableado eléctrico, por lo que el espacio fue inhabilitado.


Filtración en la entrada del complejo Libertador II en Caracas

Sin embargo, la mayor preocupación que tienen los habitantes de este complejo es el uso de bombonas de gas dentro de los apartamentos, ya que si bien tienen la conexión de gas directo, nunca la habilitaron. “Ahora tenemos que subir con las bombonas de gas por las escaleras, como cuando vivíamos en el barrio”, señaló a Contrapunto una de las vecinas al comparar la situación en su vivienda anterior.

Giménez precisó que una deficiencia eléctrica provoca que los bombillos colocados en los pasillos y áreas comunes se quemen en menos de tres días. “Estamos cansados de promesas, el año pasado trancamos la avenida (Libertador) para exigir que por lo menos solucionen el problema de la filtración, pero como eso no está bien visto por el Gobierno, terminó con una pelea entre los propietarios que tenían opiniones encontradas”, agregó.

Alfredo Cilento, fundador del Instituto de Desarrollo Experimental para la Construcción (IDEC), adscrito a la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, explicó a Contrapunto que las filtraciones se deben a malas inspecciones de los urbanismos. “Antes de poner en servicio el edificio hay que hacer una prueba a las tuberías de aguas blancas y cloacas. Se les inyecta agua a presión para constatar que no existan problemas en las conexiones. En este caso eso no se hizo”, detalló.

El especialista lamentó que no haya una manera de auditar los trabajos realizados por la GMVV. “Ni el IDEC ni el Colegio de Ingenieros de Venezuela tienen acceso a planos o información técnica de los complejos de Misión Vivienda. Esto es muy grave porque no se puede comprobar que se esté cumpliendo con la normativa venezolana para construir”, puntualizó Cilento.

Pequeños detalles

La manifestación de los habitantes de este complejo ocurrida en julio del año pasado coincidió con unas declaraciones que dio el ministro de Vivienda y Hábitat, Ricardo Molina, en una entrevista televisiva, cuando negó que existieran fallas graves en las estructuras de los urbanismos. “Hemos recibido denuncias y todas las hemos atendido (...) Cuando nuestros ingenieros e inspectores van a revisar, resulta que tienen algunos pequeños detalles. Grietas en las paredes, por ejemplo, que no tiene nada que ver con lo estructural”, comentó. Contrapunto solicitó conversar con Molina y hasta la fecha de publicación de este reportaje no hubo respuesta.

Contrapunto hizo un recorrido por varios complejos de la GMVV para constatar el estado de su infraestructura. En el urbanismo del Puente de Los Leones, ubicado en La Paz, vecinos comentaron que en un principio tuvieron filtraciones en el techo de los apartamentos, pero el problema fue solventado. Sin embargo, afirmaron que a veces los desagües de los pisos inferiores se desbordan.

Habitantes del Desarrollo Roosevelt, ubicado en la parroquia San Pedro en Caracas, contaron que tienen una fuga de gas de la conexión principal desde hace un año y que en tres oportunidades han llevado cartas a Pdvsa Gas para solicitar la reparación pero no han recibido respuestas.

“Además del gas, cuando comenzaron a entregar los apartamentos en diciembre de 2012, muchos tenían grietas grandes en las paredes y fueron selladas por los propios vecinos, porque nadie nos respondió por eso”, comentó una de las propietarias, que prefirió mantenerse en el anonimato.

Falta de planificación y materiales

Las terrazas 10, 11 y 12 del complejo de la GMVV El Morro, en Petare, fueron desalojadas en octubre del año pasado. El urbanismo, que fue inaugurado en diciembre de 2010, comenzó a ser habitado el año siguiente como parte de la Misión Vivienda lanzada por el fallecido presidente Hugo Chávez. Los vecinos reportaron grandes grietas en los apartamentos, rompimiento de las ventanas y el hundimiento de los edificios. En octubre del año pasado, el Ministerio de Vivienda y Hábitat ordenó el desalojo definitivo a causa de “una falla geológica y problemas en el drenaje de agua” que comprometían la estabilidad de la estructura.

Según el Registro Nacional de Contratistas, la constructora Stock Ingeniería, que posee 9 contratos con Misión Vivienda, realizó “obras complementarias” en este conjunto residencial, específicamente en la terraza 12. Otra de las empresas con más contratos con el programa social, cinco en total, es West Construcciones C.A, que construyó la terraza 11 del mismo complejo.

La memoria y cuenta del Ministerio de Vivienda y Hábitat de 2014 reconoció como uno de sus obstáculos “la modificación de algunos proyectos originales debido a las condiciones del terreno y propiedades del subsuelo”. De igual forma apunta que “la escasez de algunos rubros en materiales para la construcción en algunas zonas del país, tales como cemento, cabilla, cerámica, piezas sanitarias, techo, malla truckson y tubos estructurales entre otros, ocasionan retrasos considerables en la ejecución de las obras”.

Transparencia Venezuela presentó un informe en noviembre del año pasado, como parte de su programa Misiones Transparentes, en el que resaltó las consecuencias de no hacer un estudio previo a los suelos donde se construyen las edificaciones del programa social. “Por ejemplo, en Antímano y Caricuao se decidió hacer edificios que por su altura y localización en terrenos no apropiados, resultaron demasiado costosos. El problema es que se improvisó una decisión de construir un tipo de edificio y apartamento, pero sin siquiera tener estudios de suelo”, refiere el informe.

Consulta en la siguiente infografía interactiva las empresas venezolanas que construyen con Misión Vivienda:
http://162.243.44.42/static/muse/INFOVIVIENDA/index.html
Misión Vivienda en cifras

Misión Vivienda en cifras

En julio de 2014, familias del complejo OPP 27, entregado por la Oficina Presidencial de Proyectos Especiales en el estado Vargas, reportaron fallas eléctricas, filtraciones de aguas blancas y grietas en las paredes por obras inconclusas.

La protesta más reciente de beneficiarios de Misión Vivienda se registró el 5 de junio en el complejo Guanaguanay III en Maturín, estado Monagas. Según el reporte del portal El Periódico de Monagas, los vecinos del urbanismo reclamaban las malas condiciones en las que fueron adjudicadas las casas y que en algunos casos los “obligaban a habitarlas sin tener instaladas las pocetas, ventanas, puertas y pisos de cerámicas”.

Los beneficios de la autogestión

En el urbanismo Samán de Güere, ubicado en Boleíta Sur en Caracas, el “comité multifamiliar de gestión” se ha convertido en inspector de la obras. Las voceras, quienes tienen trato directo con el ingeniero encargado y los obreros que construyen la mitad del conjunto de torres que completan el urbanismo, informan ante cualquier desperfecto que ven en los edificios una vez que son ocupados.

“Yo trabajo con un concejal de Petare, pero la verdad es que ahorita estoy a tiempo completo aquí en la obra porque me toca supervisar para que todo quede bien: la plomería, la caminería, la jardinería, la electricidad, el desagüe. La verdad es que es una experiencia que nos ha enseñado mucho. Es un trabajón, pero es una gratificación”, afirmó Yaisy Grimán, una de las voceras del grupo que incluso pudo elegir cuál era el modelo de edificación en el que querían vivir.

A esta labor se suman las guardias nocturnas y diurnas que hacen para evitar que se roben los materiales de la construcción. Las 290 familias que esperan asignación deben acudir al terreno para vigilar que no haya hurtos. Grimán admitió que, aunque no todos se activan en estos operativos diarios, sirven para medir la participación y aclaró que los más intervienen son los primeros en ser adjudicados.

“Es una garantía luchar lo tuyo, valorarlo, porque cuando las cosas se dan fácilmente, como en los urbanismos donde la gente entró porque era damnificada, no les da tiempo de organizarse ni de agradecer y, lamentablemente, son los primeros que dañan no sólo el urbanismo, sino hasta sus propias casas por dentro”, concluyó Grimán.

Contrapunto
11-08-2015
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Administrador del Grupo Yahoo corredor_inmobiliario
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
twitter: @Henry_Medina
hmedina30@yahoo.es



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