Lo cierto es, que falta cemento
Innumerables dudas y preguntas surgen en relación a la producción y venta de uno de los principales rubros para la construcción de obras; diversas opiniones se oyen, muchas señalan las deficiencias del Gobierno Nacional en el manejo de las empresas expropiadas por un lado, y por otro, los excesivos controles que se establecen para la venta y distribución de productos subsidiados que los convierte en el negocio perfecto
Rosalinda Hernández C..-
El 3 de abril de 2008, el entonces presidente de la republica, Hugo Chávez anunció la estatización de las principales industrias cementeras del país, alegando que el 75 por ciento de este sector estaba siendo controlado por tres empresas multinacionales que utilizaban esta posición monopolista para fijar de manera artificial precios altos, aprovechando los bajos costos de la materia prima usada en el procesamiento del referido insumo.
Hasta el año 2009, la industria cementera venezolana mostraba una capacidad de producción en ascenso, cercana a los 9,1 millones de toneladas por año, llegando a aumentar la producción de este rubro en el primer trimestre de ese año, con respecto al mismo lapso del año anterior, unas 20 mil toneladas en cifras nominales, lo que equivale a un 7 por ciento de incremento.
A pesar de estas alentadoras cifras que mostraban no sólo crecimiento, sino desarrollo en la industria, en el sector de la construcción algo andaba mal, pues en los años venideros lo que parecía un ascenso en la productividad se convirtió, luego de un quinquenio, en una de las empresas más improductivas de la nación.
En el caso de la cementera Tachirense la suerte no ha sido distinta; hasta el año 2008 esta industria que fuera de referencia y orgullo para el estado, alcanzaba un tope en su producción de más de 226 mil toneladas anuales (datos de la fábrica nacional de Cementos Táchira), actualmente produce unas 136 mil toneladas, (cifra del año 2.013), reduciendo considerablemente su productividad.
La Unidad de Investigación trató de indagar con la empresa cementera regional las causas por las cuales la producción no satisface las necesidades del mercado local, teniendo en cuenta que el sector construcción del estado se encuentra paralizado en un 90%; pero no fue posible acceder a la información. La encargada de prensa informó que, “la nueva gerencia de la planta no tenía autorización de dar declaraciones, y esto se debía gestionar a nivel central”.
Mucho se habla de la crisis y en el fondo poco se conoce de ella, en las ferreterías y empresas distribuidoras dicen que “cemento no hay”, y cuando se consigue el precio sobrepasa los 600 bolívares por saco. Entre los empresarios y plantas de premezclados existe cierto temor a revelar el tiempo que tienen sin el despacho del insumo, debido a represalia que pudieran adoptarse por parte del organismo que en adelante se encargará de su venta a nivel local.
Se conoció de fuentes que pidieron reserva de identidad, que algunas empresas de premezclados tienen previsto cerrar sus puertas, debido a que “no hacen nada sin despacho de cemento, otras han sido visitadas por representantes de las fuerzas armadas para fiscalizaciones”, que según la fuente, podría conducir a una futura expropiación.
Lo cierto es, que falta cemento, pero sobra miedo en el sector construcción y algunos empresarios optan por poner sus esperanzas en la medida adoptada por el mandatario regional de apoyar al sector con el suministro, no sólo de cemento, también de cabilla y lubricantes, disposición con la que se propone reactivar la construcción de obras en el estado, situación que mantiene desempleados a más de 5 mil tachirenses, según revela el sindicato de la construcción.
Diario de Los Andes
14-07-2014
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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