Hay aceras rotas, basura, indigentes y árboles que amenazan las casas
Vecinos denuncian que alcaldía Libertador abandonó el mantenimiento de la plaza de
DELIA MENESES
No corren buenos tiempos para Propatria. La urbanización pensada para albergar a la clase trabajadora no ha recibido la atención que debería dispensarle un gobierno socialista.
La deuda de espacios públicos se hace evidente en la plaza Lisandro Alvarado, por la que los vecinos evitan pasar. En los bancos de concreto (sucios y llenos de graffitis) prácticamente solo se sientan los indigentes, quienes hace días arrancaron la puerta de una caseta ubicada en la plaza (donde antes se guardaban implementos de limpieza del lugar) para convertirla en su dormitorio.
Los miembros del consejo comunal Urbanización Propatria Obrera han querido utilizar esta caseta para que se instalen allí un par de funcionarios policiales, pero les han puesto todas las trabas. Vecinos denuncian que consumidores de droga se esconden detrás de los arbustos y asaltan.
Un costado de la plaza devino en basurero. Algunos comerciantes de la zona depositan allí los desechos que generan sus negocios, lo que se agrava por las fallas en la recolección, pues el camión no pasa todos los días. "No provoca pasar por aquí", dice una vecina quien recuerda los trabajos de paisajismo, reacondicionamiento físico y renovación de mobiliario que ejecutó Pdvsa La Estancia desde octubre de 2010 a junio de 2011 en el lugar.
Antes de eso, fue la empresa privada Micro, que tiene su sede frente a la plaza, quien costeó la instalación de los postes de alumbrado y de los bancos del espacio público. A comienzos de 2012, los vecinos pidieron apoyo a la Corporación de Servicios Municipales para el mantenimiento de la plaza, pero cuando finalmente les respondieron, alegaron que no había presupuesto.
Otra deuda que las autoridades tienen con Propatria es la poda y el tratamiento fitosanitario de los árboles. Las raíces de las ceibas y los jabillos han destruido aceras, como ocurre en la tercera avenida y en la calle 9, donde no hay por dónde pasar. Las raíces también han roto las tuberías de agua y ponen en peligro los tubos de gas. Han estropeado puertas y pocetas y amenazan con caerle encima a varias casas. La respuesta de Control Urbano es que carece de equipos para los trabajos que solventen el problema.
La iluminación es deficiente en toda la urbanización, al punto que los vecinos sienten temor de circular por determinadas calles al caer la noche; el comercio informal, que antes se limitada a las salidas del Metro, se está apoderando de la tercera avenida, así como las líneas de mototaxis, los talleres mecánicos ambulantes y la venta de licor no permisada. La vialidad de las veredas está deteriorada.
dmeneses@eluniversal.com
El Universal
25-10-2013
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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