lunes, 20 de mayo de 2013

La tragedia de la Comuna


PEDRO BERNARDO CELIS
En el marco del pensamiento sistémico, la tragedia de la Comuna conforma un arquetipo que encontramos frecuentemente en sistemas sociales. Un recurso, compartido por igual y sin restricciones entre elementos de un sistema, genera este arquetipo. Cada usuario se beneficia directamente por su uso, pero comparte los costos de su abuso con los demás. Como en todo sistema, se produce un ciclo de retroalimentación que balancea el uso responsable del recurso. Sin embargo, en este ciclo, la relación-causa efecto, entre la decisión de usar el recurso, y la condición del recurso es débil. Más fuerte es el deseo egoísta del individuo para aprovechar un recurso que sabe que a medida que pase el tiempo va a estar más deteriorado. Mejor usarlo antes que después. La consecuencia es la sobreutilización del recurso, deteriorándolo hasta que deja de estar disponible para todos. La tragedia de la Comuna, atrapa al individuo bajo un esquema perverso de usufructo de los bienes comunales en detrimento de la propia Comuna. Un comportamiento egoísta por parte del individuo es más conveniente y provechoso para él, que un comportamiento responsable ante la Comuna y hacia el futuro. La tragedia de la Comuna representa a la viveza criolla en su máxima expresión.

Hay tres formas de contrarrestar la trampa de este arquetipo sistémico. Educar y exhortar a los usuarios sobre las consecuencias del abuso del recurso es una forma válida cuando se trata de comunidades pequeñas y manejables. Privatizar el recurso, esto es, dividirlo en partes iguales entre la comunidad a fin de que cada quien sea responsable del uso y del abuso de su propia parte, es otra forma válida de reforzar el ciclo de retroalimentación, cuando es factible la privatización. La regulación de la Comuna, es la manera más frecuente de contrarrestar este arquetipo. Esta regulación toma muchas formas, y su éxito radica en la obligatoriedad de las regulaciones y la aplicación de penalidades cuando no es cumplida. Cuotas, permisos, impuestos, e incentivos son algunas de las muchas formas de regulación que podemos establecer.

La sociedad venezolana tiene en la industria petrolera su propia tragedia de la Comuna. Arturo Uslar Pietri nos hablaba de la necesidad de sembrar el petróleo. Él delineó el camino del comportamiento responsable y con visión de futuro. Con muchos traspiés, avances y retrocesos, avanzamos en el usufructo responsable del recurso. En 1998, el país contaba con planes extraordinarios de desarrollo de la industria petrolera, que nos hubieran convertido en potencia. La Orimulsión, producto 100% venezolano, hubiera hecho para la industria carbonífera, lo que el iPod hizo para la industria disquera. Estamos hablando de una transformación total de una de las principales Industrias generadoras de energía eléctrica en el mundo. A través de Pdvsa no solo exportaríamos el derivado del petróleo, Orimulsión, sino que participaríamos en los proyectos que generan electricidad para un sin fin de países. Venezuela no tendría los problemas eléctricos que tiene hoy, si la industria de la Orimulsión se hubiera desarrollado como estaba planificado. No solamente contaríamos con electricidad barata para el desarrollo social de la nación, sino que tendríamos más que suficiente para exportar al resto del mundo, ya sea por líneas de alta tensión a nuestros vecinos o mediante plantas termoeléctricas basadas en la tecnología de la Orimulsión. La triste realidad, la tragedia de la Comuna venezolana, es que hoy importamos diesel para que las desvencijadas plantas termoeléctricas produzcan insuficientes cantidades de electricidad. El gas y el petróleo siguen en el subsuelo, sin que los aprovechemos, y hasta que pierdan su valor potencial actual con el advenimiento de nuevas tecnologías de generación de energía.

Los comunistas que se hicieron con el poder en Venezuela, autoproclamados antiimperialistas, resultaron ser los principales defensores de la industria carbonífera mundial, en detrimento de nuestra propia industria de la Orimulsión. El uso responsable del recurso petrolero se detuvo en seco. El gobierno chavista abolió importantes regulaciones que mantenían a Pdvsa como la empresa petrolera estatal más importante y más avanzada del mundo en términos de exploración, producción y refinación. En el altar del bien común, el chavismo destruyó en 14 años a nuestra gallinita de los huevos de oro. Convirtió al petróleo en la fuente del dinero fácil, en un espejismo de la riqueza que no es. Prefirió cosechar lo que nunca sembró, y vivir de las rentas petroleras que nunca sudó. En una búsqueda permanente de piso político a nivel mundial, el chavismo también convirtió a nuestra industria petrolera en piñata de todos, para usufructo de quienes no son sus dueños. Revertir la situación todavía es posible, aplicando las leyes y las regulaciones que hagan viable una industria petrolera que perdure en el tiempo.

@ProfesorPBCelis

pbcelis@usb.ve

El Universal
17-05-2013

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Administrador del Grupo Yahoo Corredor_Inmobiliario
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
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