lunes, 5 de noviembre de 2012
"Tacupay" vive su propia novela ante desalojo
El actor José Torres aspira que Gobierno le reubique su restaurante
"Hemos dedicado 15 años en este negocio que es mi sustento y ahora tengo miedo de quedar en la calle", indicó el actor de cine, teatro y televisión José Torres CRUZ SOJO
NADESKA NORIEGA ÁVILA
La Guaira.- Cuando culmina una telenovela, muchos suponen que los personajes morirán con ella, tras el olvido del colectivo. Pero en el caso de "Tacupay", el mítico indígena de habla particular y corte totuma que acompañaba a Maniña Yerichana (Hilda Abrahamz) en la producción de Venevisión de 1995, Kaína, no ha sido así.
Para el colectivo Tacupay vive y tiene un negocio en Playa Grande. Allí la gente va a comer, pero también a escuchar las anécdotas del actor José Torres, quien no duda en compartir y posar para una foto.
Sin embargo, hoy el artista vive lo que él llama su "propia novela", la lucha por mantener a flote lo que se ha constituido en su único sustento, un local de 80 m2 en donde levantó el pequeño restaurante bautizado como "La Chocita de Tacupay".
El establecimiento fue construido en una fracción de terreno en la llamada Meseta de Machado en Playa Grande, parroquia Urimare, una extensión de 26 hectáreas propiedad del Aeropuerto de Maiquetía que desde hace año y medio ha sido desalojada lentamente para la construcción del Complejo Urbanístico Playa Grande, donde se levantan 2.368 soluciones habitacionales. El único local en pie en la zona es el de "Tacupay" y existe el riesgo latente de desalojo, a pesar de contar con un comodato por 20 años suscrito en 2005 con el IAIM.
"Hemos trabajado 15 años para hacer esto y ahora tengo miedo de quedar en la calle. Eso es triste después de dedicar todo es tiempo para tener con qué vivir. Yo lo que quiero es que se defina mi situación. Ciertamente seguimos aquí y no me han sacado, ni tumbado nada arbitrariamente, pero he tenido que soportar amenazas y pesadeces de algunos funcionarios, lo que no comulga con los principios humanistas de este proceso. Vivo con un temor, con una presión, por poder perder lo que tanto nos costó levantar. Y vivir así no es vida", dice con pesar este hombre que ronda los 75 años y que se confiesa simpatizante del oficialismo y del presidente Chávez.
"Estoy de acuerdo con que el derecho a la vivienda debe garantizarse para todos, pero no puede ser que tú hagas el bien y le afectes la vida a otro. Quisiera que las cosas se aclaren. Que si me voy a quedar que quede establecido de forma legal; que si me tengo que ir, pues se cancele la indemnización justa por las bienhechurías. Todo esto nos ha cambiado la vida".
De hecho, el local antes funcionaba seis días a la semana ahora lo hace sólo dos, para reducir los gastos operativos. Debieron salir de personal y solo se quedaron con dos cantantes amigos y un sobrino. De lo demás se encargan Torres y su esposa. "En medio de la incertidumbre se amalgama una serie de sentimientos, hay preocupación y desesperanza. No pareciera haber humanidad. Y eso me consta que no es lo que pregona Chávez. Si necesitan el espacio, pues bien, pero necesito trabajar y a esta edad cómo empezar otra vez. No estoy negado a irme, pero quiero saber a dónde, necesito ayuda. Voceros del propio Gobierno me sugirieron que buscara espacios en el Círculo Militar de Mamo o en otros locales turísticos, que pudiesen ser entregados en concesión y yo estoy dispuesto a trabajar por ello".
Cuenta que el gobernador de la entidad, Jorge García Carneiro, le dijo hace casi un año que "se quedara tranquilo y que vendrían buenas sorpresas", pero nada se ha cristalizado.
"Tacupay" dice esperar tan solo por un final feliz.
PROYECTOS TRUNCADOS
Aproximadamente 89 terrenos han sido expropiados en Vargas en los últimos 4 años. Por cuenta de la Gran Misión Vivienda Venezuela se tomaron 55 parcelas (41 en Caraballeda, 1 en Macuto, 13 en Urimare), mientras que la Gobernación ha expropiado 26, no solo para viviendas sino para el desarrollo de mercados de economía informal, plazas públicas y centros de comida rápida en el Oeste de la entidad. También se vieron afectadas 54 medianas empresas, cuyas bienhechurías fueron demolidas.
Los afectados señalan que ninguno ha sido indemnizado por el Gobierno o la Procuraduría General. Tampoco se han concretado pagos con la Gobernación o la Procuraduría de Vargas.
Han perdido lugares dónde trabajar y se han truncado proyectos de vida. "La vocación de Playa Grande era turística y residencial, lo que nosotros buscábamos era crear fuentes de empleo y prosperidad. Pero además está la violación de nuestros derechos como propietarios. Se me fue parte de la vida soñando con una estructura fabulosa orientada al turismo y ahora se levantan cajas de concreto sin estética", advierte Orlando Mantovani, quien planificaba el desarrollo del Gran Hotel Playa Grande, en la calle de Los Hoteles, en una parcela que le arrebataron y que servía de respaldo para búsqueda de créditos e inversionistas.
Maruja López era propietaria de un terreno en Tanaguarena. Lo tenia arrendada a un taller. Ese y la pensión de vejez eran su único ingreso y no era carga para sus hijos. Hoy se levanta un edificio. "La impotencia es terrible. Desde hace 14 meses no tengo ingreso más allá de la pensión y el Estado dice que me va a pagar el terreno a precio del año 1962 cuando lo compramos mi difunto esposo y yo. Ahora entre remedios y médico me convertí en una carga".
"Yo espero que la justicia divina honre esta deuda, porque la justicia venezolana no lo hará. A mí me tumbaron el negocio y simplemente te dicen que uno debe esperar para ver si te reconocen algo de lo invertido", agrega Rafael Hernández. NNA
El Universal
02-11-2012
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
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