Reconstruir las ciudades

Marco Negrón
En nuestro artículo anterior analizamos las causas de la decadencia urbana de Caracas iniciada en 1990, la cual se ha agravado pese a la aparente desaparición de las causas principales que la originaron. Concluíamos señalando que la razón de ello reside en la emergencia del desaforado centralismo que caracteriza al llamado Socialismo del Siglo XXI, que no puede conducir a otra cosa, como está ocurriendo, que a la asfixia de la ciudadanía: las iniciativas más inteligentes, las propuestas más originales y los esfuerzos más tenaces terminan inevitablemente estrellándose contra el muro ciego de un régimen cuyos referentes son los despotismos primitivos de la Venezuela del siglo XIX pero que, a diferencia de aquellos, cuenta con una reserva inagotable de petrodólares que le ha permitido todas las licencias y abusos imaginables.

Ahora se abre una ocasión excepcional para superar la situación con la previsible victoria de las fuerzas de la modernidad, el progreso y la descentralización el próximo domingo, pero la tarea no pinta fácil: en estos catorce años toda la infraestructura territorial del país, no sólo la de las ciudades, ha sido prácticamente desmantelada; además de tiempo y dinero, su reconstrucción requerirá de un bien aún más raro: capacidad de gestión. Se trata de una tarea vasta, compleja y diferenciada territorialmente, imposible de adelantar de manera eficiente por instituciones centralizadas, que son precisamente las que han causado la crisis. Pero las líneas para esa acción ya han sido diseñadas en dos documentos básicos formulados desde octubre pasado por la Mesa de la Unidad Democrática: los Lineamientos Programáticos en Desarrollo Urbano y Vivienda y en Transporte y Vialidad. Para que sea efectiva, su puesta en ejecución debe colocarse en manos de gobiernos locales y regionales políticamente modernos y con alta solvencia profesional.

Hoy Venezuela es uno de los países más urbanizados de América Latina y dos de cada tres venezolanos residimos en áreas metropolitanas mayores de 100 mil habitantes, pero en éstas poco más de la mitad de la población vive en asentamientos precarios informales, un porcentaje que en el resto de la región no supera el 30%. La reconstrucción de las ciudades será la palanca fundamental para lograr la reconstrucción de nuestra vapuleada nación.

El Universal
03-10-2012

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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