La torre de la tolerancia y de la concordia social encontrada”, ha sido premiada como el símbolo de ¿una nueva proyección que nace de los bajos estratos sociales? O ¿un símbolo urbano de miseria, deterioro y marginalidad social, “reciclado” con una hábil y desaprensiva operación mediática de marketing arquitectónico capaz de merecer un León de Oro en la Bienal de Arquitectura?
La Torre de David ha generado una explosión de opinión internacional - con vibrantes polémicas y posturas en Venezuela incluso de parte de algunos de los mejores arquitectos del país Suramericano – porque el jurado de la XIII Edición de la Muestra Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia, bajo la curaduría del arquitecto Británico David Chipperfield, otorgó el “León de Oro” al grupo Urban-Think Thank, integrado por los arquitectos Venezolanos Alfredo Brillembourg y Hubert Klumpner y el Inglés Justin McGuirk. «El León de Oro para el mejor proyecto representante del tema de Common Ground se le otorga a la Torre de David / Gran Horizonte de Urban-Think Thank y Justin McGuirk - decretó el jurado de la Bienal - y a los habitantes Caraqueños que han creado una nueva comunidad y una casa a partir de un edificio abandonado e inconcluso. El jurado elogia a los arquitectos por haber reconocido la potencia de este proyecto de transformación: una comunidad espontánea que crea su hogar y una nueva identidad al ocupar la Torre David, y lo hizo con talento y determinación. Esta iniciativa se puede entender como un modelo inspirador que reconoce la fuerza de las asociaciones informales».
¿Pero es cierto? No, al escuchar a la comunidad arquitectónica Venezolana, porque la Torre Confinanzas de Caracas - llamada también Torre de David, por el nombre del constructor David Brillembourg (además, primo, del arquitecto, con oficina en Nueva York y Zurich, ahora premiado en la Bienal…) que comenzó a realizarla a principios de la década de los Noventa, destinada a un banco, para después dejarla inconclusa por falta de fondos económicos para culminarla - es para muchos en Venezuela también un lugar de deterioro, desesperación y delincuencia, incluso allanada por la policía hace pocos meses, en busca de un diplomático costarricense secuestrado, con detenciones y decomisos de armas.
Rechazo de arquitectos, proyectistas y periódicos Suramericanos: operación cínica y no original
En plena exposición, en torno a las imágenes de la torre y sus habitantes, el grupo Think Thank creó en el Corderie dell’Arsenale de Venecia, lugar donde se desarrolla la Bienal, una especie de restaurante Venezolano con grandes avisos luminosos y con música del género salsa. Una operación cínica, según señaló en los periódicos Venezolanos y en su propio blog, Oscar Tenreiro, un conocido arquitecto de Venezuela, varias veces galardonado, en la cual los ocupantes ilegales que viven en la pobreza extrema en la Torre de David, son presentados «como una vibrante comunidad que ocupó un símbolo del capitalismo venezolano» usándolo «como trampolín» para una muestra internacional de arquitectura. Comparten las mismas ideas, el famoso arquitecto Venezolano Jimmy Alcock y el decano de la Facultad de Arquitectura, quienes también se lo han expresado a Brillembourg.
Pero hay más, el grupo Think Thank Brillembourg-Klumpner y Justin McGuirk además están siendo acusados en Venezuela de haber utilizado, para su presentación del proyecto sobre la Torre de David en la Bienal, el trabajo de documentación desarrollado anteriormente por otros. Específicamente, a saber, el de Ángela Bonadies y Juan José Olavarría, que durante varios años recopilaron en su blog material fotográfico para documentar sistemáticamente el caso de la Torre de David, presentándolo en Nueva York en el año 2010 y en Madrid, Caracas y Dubai en el año 2011, como lo documenta también una larga entrevista que les realizaran y que fue publicada el pasado mes de abril en el diario Venezolano “El Nacional”.
«Pero no existe ni siquiera un proyecto – comentan también el arquitecto Graziano Gasparini, quien fue el comisario que confió a Carlo Scarpa el diseño del pabellón de Venezuela en la Bienal, y su hija Marina, que vive en Venecia - porque el grupo Think Thank no propone soluciones de mejora o proyectos de remodelación para la Torre de David, sino que combinan las imágenes de las personas que viven en ella, en el restaurante venezolano reconstruido en el Corderie dell’Arsenale, con un sentido de redención social que no existe en la realidad
¿Y la Bienal? Por ahora en silencio y un poco avergonzada, de ver el giro que está tomando el caso y que amenaza con empañar la imagen de la exposición curada por Chipperfield que cuenta con gran prestigio.
Pero es necesaria una aclaratoria, porque surge la fuerte sospecha que el concepto de la Torre de David - «“favela vertical” poblada por una comunidad llena de vida y de negocios improvisados», «símbolo del fracaso del neoliberalismo y del enriquecimiento de los pobres», como se ha indicado en el catálogo de la Bienal – sea “falsa”.
Artículo cortesía de Di Enrico Tantucci, Venezia
Publicado en Di Venezia e Mestre La Nuova,
viernes 31 de Agosto 2012,
Traducción libre por Arq. Adriana Flórez,
Sept. 2012
Colegio de Arquitectos de Venezuela
04-09-2012
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