miércoles, 25 de abril de 2012

Nueve familias que viven en la playa esperan por techo propio

El ama de casa Amarilis Josefina Rivero, de 53 años, reside desde que nació a orillas del mar Caribe en Lechería. Ella y su esposo, el obrero de la construcción Pedro Díaz, terminaron de criar a sus cuatro hijos en el sector que antes era llamado Barlovento, y que hace unos 20 años es conocido como Virgen del Valle.

Rivero recordó que el cambio de denominación del lugar se hizo después de que el Concejo Municipal de Urbaneja, en la gestión del entonces presidente Gilberto Ron, colocara allí una escultura de barro de la patrona de Oriente.

“Nosotros los miembros y colaboradores de la Asociación Hijos de la Virgen del Valle, poquito a poco hemos hecho mejoras en el altar de Vallita”.

Desde hace una década, Amarilis y Pedro viven alquilados en la antigua Casa Blanca, frente a la vieja sede de la alcaldía, que comparte con otras siete familias conformadas por una docena de adultos y siete niños.

“Con el mar de fondo que hubo dos años atrás, se cayó el baño y una pared de la cerca perimetral que está a orillas de la playa. Entre Jueves y Viernes Santo pasados, se cuarteó el paredón del lado derecho de la Casa Blanca. Existe el riesgo de que se caiga”.

Rivero dijo que cada vez que hay Mar de Fondo el agua se mete en su cuarto, al igual que en las viviendas de sus vecinas María Villarroel y Losbia Franco.

Proyecto habitacional

Amarilis y su hija Enmary Quijada mencionaron que en 2010, representantes del consejo comunal dijeron que iban a hacerles un estudio socio-económico para incluirlos en una Organización Comunal de Vivienda (OCV), pero no se ha hecho realidad.

Las mujeres refirieron que el vocero comunal, Pancho Velásquez, indicó que iban a asignarles casas propias.

Enmary Quijada quiere que el Campamento de Pioneros Alberto Lovera ejecute pronto un plan habitacional en Lechería, mediante la Gran Misión Vivienda Venezuela.

Otros que quieren tener su techo propio son el vendedor de perros calientes, Luis Cabrera, su esposa Grasmary Mota (ambos de 30 años) y sus hijos de cinco años y de 12 meses.

La familia habita desde hace dos años en el área de los viejos baños de playa Cangrejo, en el bulevar Silvio Rodríguez.

Cabrera contó que fue a la Secretaría de Gobierno del estado Anzoátegui para que lo ayuden a conseguir una casa. Está a la espera de una respuesta positiva.

El Tiempo
23-04-2012

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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