miércoles, 9 de agosto de 2017

Hoteles alojan una época de oro

Hotel Avila

Hotel Avila

Hotel Tamanaco

Hotel Avila

Hotel Waldorf

Hotel Avila

Hotel Avila

La industria tiene en contra la crisis económica que envuelve al país

JULIO MATERANO

Caracas.- En Caracas los hoteles no solo hospedan viajeros desenfrenados, de última hora, que cruzan la ciudad para salir del país. También albergan la historia y el acervo arquitectónico de una época dorada, que resume la suntuosidad de la entonces bonanza petrolera. 

Hoy son la sombra de aquella urbe sobredimensionada que empezó a fabricarse en la primera mitad del siglo XX y que continuó erigiéndose en los 70 para recibir a una muchedumbre de turistas nacionales y extranjeros que no llegó y que se resiste a visitar la capital como en sus buenos  tiempos.

Como cuando los más parranderos se desgañitaban en las calles de Caracas y vociferaban con furor aquella famosa frase: En el Ávila es la cosa; un adagio que la población popularizó para convocar a sus compañeros de baile y que anunciaba, por adelantado, el gozo y la algarabía de las fiestas de Carnavales, Semana Santa y Año Nuevo que se hacían con demasía y fastuosidad en ese hotel. 

Aquellas veladas se remontan a los tiempos de la dictadura de Pérez Jiménez, cuando se hizo costumbre el festejo en clubes y hoteles y el primer centenar de mujeres disfrazadas de negritas entraba gratis a la fiestas del rey momo que se hacían en San Bernardino.

La historia de la hotelería en la ciudad, una industria millonaria adormecida, que aun en medio de la crisis pretende capitalizar ingresos, abarca recintos históricos como los hoteles Waldorf, Ávila, El Conde y Tamanaco, que han escrito sus propios capítulos en la historia del país y han albergado destacados líderes mundiales.

Un hecho memorable, que todavía evocan quienes forman parte de la industria, es la visita del jazzista estadounidense Louis Armstrong, quien vino  en noviembre de 1957 e intentó hospedarse en el Tamanaco, pero fue rechazado por su negritud y terminó con honores en el centro de Caracas, en la suite presidencial de El Conde. 

El arquitecto de la UCV Nikolajs Sidorkovs,  especialista en hotelería y museística, explica que eran los tiempos en los cuales no se admitían personas de raza negra en los cines  Lido de El Rosal ni el Broadway de Chacaíto. "Ante este bochornoso racismo, impuesto por los estadounidenses en un país en el que predominaban los mestizos y los mulatos, alguien tuvo la idea de trasladar a Satchmo al El Conde", afirma. Se trata del mismo hotel, inaugurado en 1948, que albergaba a los senadores y diputados que sesionaban los martes, miércoles y jueves en el Congreso.

Sidorkovs, quien es profesor de Diseño de Hoteles en la Universidad Santa María, cuenta que la industria despegó con el primer gran hotel de Caracas: el Majestic, que fue inaugurado en diciembre de 1930. Ubicado frente al Teatro Municipal, fue construido  a propósito del primer centenario de la muerte del Libertador. Una fecha para la cual se tenía previsto recibir una nutrida delegación de diplomáticos.
Entre los huéspedes de ese recinto, diseñado por el arquitecto catalán Marcelino Mari, figuran los toreros Belmonte y Manolete y tal vez, el más célebre de todos, Carlos Gardel. 

El artículo Los tiempos hoteleros de Caracas, publicado  en 2016 por la revista de Arquitectura EntreRaya, va mucho más atrás y recoge el relato de dos militares estadounidenses que estuvieron en la ciudad en 1857: "…frente a nuestra posada están las altas paredes de un convento, que la Revolución y el terremoto parecen que han respetado; hay aquí unas 60 monjas venerables que ocupan esta manzana principal de la ciudad". Así se referían al terreno en el cual Guzmán Blanco erigió el Congreso entre 1870 y 1877. Fue quizá la posada más digna para entonces, según el profesor Sidorkovs, autor de la nota.

A Majestic, una joya devorada por la modernidad, le sigue el Hotel Ávila, que data de 1942 y se mantiene en pie; una propuesta country, que fusiona el carácter turístico, urbano y de campo, todo ello en un mismo lugar: San Bernardino. La edificación de tres pisos fue financiada por el empresario Nelson Rockefeller y proyectada por el arquitecto estadounidense Wallace K. Harrison.

Entre sus huéspedes más destacados figuran el general Juan Domingo Perón, la cantante Celia Cruz, el "Rey del Mambo,  Dámaso Pérez Prado y el político Diógenes Escalante quien murió en la suite presidencial, según cuentan algunos. 

Luego destaca el Waldorf, que data de 1944 y emula el Waldorf Astoria, un rascacielos de 47 pisos, de estilo Art Déco,  que se concluyó en 1931 en Manhattan. Carolina Armas, gerente de Mercadeo y Ventas del Waldorf, cuenta que allí se hospedaron Fidel Castro y en alguna ocasión Pérez Jiménez. "Hasta hace unos años tenía tres pisos", dice. Pero a partir de 2013 es sometido a un proceso de remodelación, cuya primera etapa fue inaugurada en marzo, con 60 habitaciones, de 118.

Otra estructura importante es el Tamanaco, inaugurado en diciembre de 1953. Fue diseñado por el venezolano Gustavo Guinand Van der Valls. El edificio se proyectó originalmente con 400 habitaciones y 42 suites, cuyas dimensiones sufrieron cambios. Por allí desfilaron Nat King Cole con su piano; el grupo The Platers y su éxito Only You y Josephine Baker.

 En el año 1996, el personal del  Tamanaco fue el encargado de atender al Papa Juan Pablo II en la sede de la Nunciatura, durante su visita a Venezuela. 

Hoy la ocupación hotelera tiene en contra la crisis que enflaquece la economía. La página Trivago.com, un servicio que oferta cuartos en 1,3 millones de hoteles del mundo, registra 115 edificaciones en Caracas; muchas de las cuales  han tenido que elaborar planes  especiales en un intento por rescatar el ramo que navega aguas abajo entre bodas y eventos.

Radiografía de la crisis

Gustavo Izaguirre, decano de la Facultad de Arquitectura de la UCV, explica que los hoteles son una muestra del movimiento urbano y arquitectónico de una ciudad pensada en función al futuro, como lo evidencian el Four Seasons, ahora Hotel Caracas Palace de Altamira, el Gran Melia y el Eurobuilding. "El problema es que el desarrollo económico no ha sido como se pensó que sería los primeros años del siglo XXI", dice.

Quienes apuestan por la industria sostienen que las políticas del gobierno van en dirección opuesta al turismo. En Caracas  registran una ocupación de entre 30% y 40%. Y en condiciones extraordinarias la demanda ronda el 60%.

Carolina Armas, Gerente de Mercadeo y Ventas del Waldorf, aseguran que han aprovechado el turismo político y de funcionarios que se movilizan en el centro de la ciudad para capitalizar ingresos. "Hemos alcanzado niveles de ocupación de 70, 80 y 100% por el tema político". Se trata de un logro en una ciudad que baja su ritmo en período de vacaciones.

En Libertador los hoteles han optado por establecer alianzas con instituciones financieras, ministerios y empresas, que hacen reservaciones en caso de contingencia.

Estiman que solo 1% de las reservaciones corresponde a turistas. El mercado ha mermado drásticamente en los últimos 20 años. Inversionistas proponen rescatar los servicios básicos y garantizar seguridad para reanimar la industria.

Aunque no se han aplicado una política para el recorte de personal, en el Ávila decidieron no reponer los cargos abandonados. De 113 habitaciones, registran una ocupación que oscila entre 30 y 50 habitaciones.

Por el desabastecimiento algunos han tenido que excluir los servicios de buffet y han tenido que revisar sus precios mensualmente.

El universal
06-08-2017
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Administrador del Grupo Yahoo corredor_inmobiliario
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
twitter: @Henry_Medina
hmedina30@yahoo.es



SUSCRIBETE 100% AL EXCLUSIVO GRUPO YAHOO CORREDOR_INMOBILIARIO HENRY MEDINA

Subscribir:
corredor_inmobiliario-subscribe@yahoogroups.com

MAS INFORMACION: http://ow.ly/r9QoW

No hay comentarios:

Publicar un comentario