La entrada del Jardín Botánico, patrimonio de la humanidad, está a oscuras debido al robo de cableado eléctrico que ocurrió hace poco más de un mes. Equipos inoperativos impiden recoger los desechos vegetales y dificultan el trabajo de los jardineros de este espacio que se ha vuelto poco atractivo para los usuarios.
DELIA MENESES
El Jardín Botánico todavía no se recupera de los dos robos de cableado eléctrico que ocurrieron hace poco más de un mes. La entrada de este patrimonio de la humanidad está sin luz, así como los baños públicos y la casita Braun, que suele alquilarse a investigadores. La falta de electricidad impide usar la máquina de tickets por lo que se está cobrando la entrada manualmente.
El presupuesto para recuperar el cableado es de Bs 621.000, monto que la UCV, quien tiene la tutela del espacio, no está en capacidad de costear. Hasta el 2014 el presupuesto del Jardín Botánico provenía de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU), pero desde hace dos años este reservorio natural vive de la caridad del Vicerrectorado Administrativo de la UCV, explica su directora Ana Herrera. "Alguien tiene que asumirnos pues no estamos adscritos a ningún organismo formalmente y así no podemos seguir. El mandato del Consejo Universitario es que nos asuma alguna facultad, pero están reacias, pues no se quieren llenar de una nueva carga administrativa".
La nómina de los trabajadores del jardín la asume la UCV pero el mantenimiento está amenazado pues el instituto no tiene recursos ni para comprar dos cuñetes de pintura. No son buenos tiempos para este refugio vegetal que alberga una colección de palmas que llegó a ser la más importante de Latinoamérica pero que no reciben tratamiento fitosanitario hace mucho tiempo, explica Denise Le Chapois, de Servicios Generales del Jardín.
La crisis se refleja en el monte crecido, en el deterioro de los espacios acuáticos y en las ramas y desechos vegetales que se cortan pero que se dejan al borde de las caminerías porque no hay equipos para trasladarlos. "Hay cuatro tractores cortagramas que no están en funcionamiento", precisa Le Chapois.
Los camiones para recoger la hojarasca tienen fallas de cauchos, batería o algún repuesto "y aunque sean insumos sencillos el jardín no tiene recursos para adquirirlos", asegura Herrera y agrega que empresas privadas, dependencias de la UCV o algunas alcaldías a veces les prestan camiones para recoger las ramas.
Las áreas verdes que han perdido su encanto unido a los constantes robos que ocurren en el lugar han acabado por ahuyentar a los visitantes. A los usuarios se les advierte que no deben llegar hasta el área donde está la Laguna Venezuela, un espacio solitario donde suelen ocurrir asaltos. "La reja que colinda con la Charneca se repone y la vuelven a tumbar, por allí se meten. Nos cuidan cuatro hombres pero el jardín tiene 70 hectáreas", dice Herrera.
El alquiler del auditorio del Jardín Botánico y de otros dos salones es lo que permite llenar los huecos en el presupuesto. Pero estos ingresos propios se han reducido casi por completo pues los espacios están afectados por filtraciones y la falta de aire acondicionado. Urge la impermeabilización del techo del instituto, una edificación de Villanueva, cuyos mosaiquillos se están deteriorando por el agua que se filtra.
El Universal
30-11-2016
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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