lunes, 17 de octubre de 2016

Sentir y pensar una ciudad



ROSARIO ANZOLA

Abril, mayo, junio, septiembre, una fecha incierta, mil quinientos cincuenta y dos... Fue Dios servido de dar y descubrir muy ricas minas de oro a lo que parece y creemos serán de oro bien fino, sacaron los mineros XXIII pesos y medio que envío la mitad a Vuestra Sacra Majestad... Quedo de partida de aquí a 10 días, Dios mediante, en nombre de Vuestra Magestad, ir a aquella comarca a fundar la Nueva Segovia... Este fragmento es de una carta escrita en abril de 1552 por Juan de Villegas y da comienzo al periplo de una ciudad fundada “a distancia de un tiro de ballesta en la margen derecha del río Buría”.  

Septiembre de 2016. Un grupo de soñadores siente y piensa la ciudad de 2052, en un evento titulado: Barquisimeto: Modo Innovación, organizado por el Consejo Consultivo de la Ciudad, la Alcaldía del Municipio Iribarren y Proinlara. La convocatoria reunió a profesionales de diversas disciplinas y a emprendedores empresariales y sociales con el fin de intercambiar ideas innovadoras que impulsen el desarrollo sostenible y una consolidada conciencia ética en materia educativa, ambiental y ciudadana.

De las exposiciones surgieron muchas coincidencias aún cuando se trataba de abordajes diferentes: construir un ideario humanizado para una nueva educación, desmontar paradigmas convencionales en torno al desarrollo, aprender de experiencias exitosas, redimensionar la gestión pública y fortalecer la capacidad colaborativa entre comunidad, empresa, gobierno, academia, organizaciones de desarrollo social e instituciones científicas.

Jorge Ignacio Suárez nos habló de la Ruta N de Medellín y de como esta ciudad pasó de ser la ciudad más violenta del mundo, en los años setenta, a reconocerse como una de las ciudades más innovadoras en lo que va del siglo. Explicó cómo pasaron del miedo a la esperanza, rescatando la dignidad de la ciudad para la dignidad de los ciudadanos, con una consciente planeación y una razonable prospectiva. Destacó que el modelo tradicional enmarca las soluciones en la disponibilidad de recursos, siendo lo más importante la voluntad, la transparencia, la eficiencia y la creatividad,  aplicadas en conjunto y con compromiso de responsabilidad compartida.

En el recinto se presentó un amplio abordaje sobre la ciudad, sentida para la trascendencia, con la invitación a pensarla con sentido práctico, como lo señaló Ramón Guillermo Aveledo: Innovar no es solo tener ideas nuevas sino nuevas ideas que tengan aplicación y efectividad. Se expusieron temas como: Modo Innovación Pública; Gestión de Innovación para un Desarrollo Local y Participativo; Ciudades con futuro; Modo Innovación Empresarial y Emprendimiento; Innovación: motor del crecimiento productivo; Modo Interacción y Experiencia BQTO. Se mostraron teorías y estadísticas, pero también se insistió en el hacer y el accionar desde el corto plazo. A la par de experimentados profesionales, expusieron sus logros el Ecosistema Emprendedor de Lara y la Movida Emprendedora, verdaderos ejemplos de iniciativas para construir ciudad y ciudadanía.

Estoy segura de que Barquisimeto: Modo Innovación es el inicio de un movimiento colectivo que transformará a Barquisimeto en una ciudad que, contrastando pasado y presente, sabrá hacerse futuro en la incesante búsqueda del espacio posible. Así y sólo así, esa utopía de la ciudad anhelada mantendrá cohesionados los sueños compartidos y repartidos como materia esencial del arraigo y de la identidad.

Es precisamente el arraigo, como necesidad de vida, el sentimiento que nos vincula a lo local, haciéndonos sentir pertenecientes a algo que a la vez nos pertenece. Esta vinculación no es un espacio cercado por localismos provincianos, por el contrario, está asimilada al sentido de trascendencia universal, es decir al glocalismo. La raíz es el espejo de la copa del árbol y a más profundidad, mayor altura. La identificación plural con una cultura, con un espacio, con una comunidad, genera la apertura progresiva que transita desde el patio de la infancia hasta el patio del cosmos.

La ciudad nos increpa y nos concede licencia para sentirla y mirarla desde el corazón. Como dije en algún poema: Hay tantas maneras de mirar una ciudad y cada quien puede seguir sintiéndola como la mira, porque al final hombres, mujeres, niños, ancianos, árboles y pájaros, somos la ciudad.

Los barquisimetanos y los barquisimetidos, desde hace medio milenio,  compartimos un espacio que dejaremos como herencia a los ciudadanos de las próximas centurias. Desciframos la magia y el misterio de la convivencia y de la sobrevivencia tras reinventar, paso a paso, una ciudad a la medida y dignidad del ser humano. Como en un ciclo de eternos retornos, algunos iniciarán el viaje, otros se quedarán, pero nadie se puede desentender de la ciudad, porque la ciudad es uno mismo, estamos hechos de su temperamento, de su carne, de su alma.  La ciudad recorre el camino con sus habitantes y cada quien ejerce la libertad de sentirla y pensarla.
raconvivarte@gmail.com
@rosarioanzol

El Universal
13-10-2016
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Administrador del Grupo Yahoo corredor_inmobiliario
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
twitter: @Henry_Medina
hmedina30@yahoo.es



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