"Haces una encuesta en la ciudad y el 99,99% está feliz con el desalojo de la torre Confinanzas" "Invito a los pequeños propietarios del Sambil a tener una reunión con nosotros donde dispongan"
El comisionado para la Gran Caracas señala que "uno no nace ministro, los cargos son pasajeros"
PEDRO GARCÍA OTERO , ERNESTO VILLEGAS , COMISIONADO TRANSFORMACIÓN CARACAS
Pasó de ministro a comisionado para la Transformación Revolucionaria de la Gran Caracas. Periodista, Ernesto Villegas afirma que quiere trabajar con todas las instancias de Gobierno de la ciudad, esgrimiendo como bandera el desalojo de la Torre Confinanzas, y analiza el momento político del país, en una entrevista editada por razones de espacio, pero que puede leerse completa en www.eluniversal.com.
-¿Que implica el cambio de su despacho de Ministerio a Comisión? ¿No es de estilo?
-Yo quisiera dejar en claro que los ministros de Estado son ministros sin cartera. No tienen competencias, sino atribuciones. Ese pequeño matiz legal es importante, porque estos cargos están circunscritos a la persona que los ejerce. El presidente Maduro decidió suprimir los ministros de Estado. Se reduce el Consejo de Ministros y todo tiene como propósito mejorar el funcionamiento del Estado. Mis atribuciones son las mismas. Pero uno no nace ministro, los cargos son pasajeros.
-Esta superposición de cargos que hay en Caracas, donde está usted, la Jefatura del Distrito Capital, el alcalde metropolitano, los alcaldes municipales, ¿no atenta contra el funcionamiento de la ciudad, en vez de ayudar?
-Al contrario. En el caso de la torre Confinanzas a mí me correspondió actuar en conjunto con instituciones diversas sin menoscabo de sus competencias. En ese caso ya podemos decir que llevamos el 50% del problema resuelto, desde el 22 de julio hemos logrado la desocupación del 50% de las familias que allí había: 4.138 personas, 1.156 familias. Y lo hemos logrado gracias a la articulación con la Alcaldía de Libertador, el Gobierno del Distrito Capital, Corpomiranda, la Alcaldía de Urdaneta (Cúa), Hidrocapital, el Ministerio de la Vivienda, el del Interior y Justicia, el Saime, la Guardia Nacional Bolivariana, la Empresa Militar de Transporte...
-Siempre son organismos del Gobierno central, u organismos de afiliación del PSUV. ¿Por qué no trabaja con Antonio Ledezma, por ejemplo?
-Bueno, yo estoy esperando verlo por allá. Yo hice un llamado público para que todas las entidades públicas y privadas se sumaran a la operación Zamora, y lamentablemente no he visto a nadie de la Alcaldía Metropolitana o de la Gobernación de Miranda por allá. Hay un lloriqueo permanente que tapa la indolencia y la ineficiencia. Incluso sin recursos, porque yo no tengo un ministerio, tu puedes armonizar y conseguir recursos donde otros no consiguen. El señor Ledezma pudo haber tocado la puerta de los bancos aledaños a la torre Confinanzas; ya nosotros nos hemos reunido con la gente del Banco Mercantil, pero él no lo hizo. ¿Hacerlo es algo que me tienen que reprochar, o reprocharle a él que no lo hizo?
-La Torre de David era algo que se mostraba desde el Gobierno con cierto orgullo, como un ejemplo de Caracas "revolucionaria".
-El señor que llevó eso a la Bienal de Venecia era familiar de los Brillembourg, dueños del banco que quebró y del que quedó la torre. Argumentó a favor de la gente que allí se instaló y cómo lo adaptó a un edificio residencial, criterio con el que no estamos de acuerdo.
-La pregunta es qué hace que el Gobierno asuma el tema siete años después de la invasión del edificio...
-El presidente Maduro ha sido claro en su autocrítica de admitir que pasó mucho tiempo ocupado. Pero fue en este momento en que el Gobierno pudo disponer de viviendas para afrontar esa realidad con un método distinto al del desalojo violento. Ahora, hay una lectura que dice "critico al Gobierno porque no afronta un problema, y lo critico cuando decide afrontarlo porque lo hizo muy tarde". Esa visión no nos conduce a nada. Haces una encuesta en la ciudad y 99,99% está feliz con lo que estamos haciendo. Siempre hay gente que trata de buscar problemas en las redes sociales, o los políticos que hemos mencionado, de la vieja guardia. Pero nosotros estamos orgullosos de poder contribuir a la solución de los problemas de la ciudad.
-A hoy, ¿cuál es el estado de la torre? Se decía que ya podía ser irrecuperable, ¿tienen ya un diagnóstico?
-Nosotros estamos en el proceso de desocupación y reubicación voluntaria de las familias. Al día de hoy hemos podido clausurar y demoler las estructuras internas de los pisos del 28 al 18. Una vez que la torre esté definitivamente desocupada se harán los estudios técnicos necesarios, ahora, hay una premisa que nosotros tenemos que respetar: Que la torre debe adaptarse a la ciudad, y no al revés. Igual criterio rige para el Sambil Candelaria. Uno no puede alegremente darle un uso a esa torre sin estudiar su impacto en el conjunto al que ella pertenece.
-¿Qué va a pasar con el Sambil Candelaria?
-El presidente también nos encomendó la tarea de acompañar la solución definitiva del uso del Sambil. Y ya ha venido siendo desocupado, llegó a tener una cantidad de familias en situación de refugio, poco a poco la Gran Misión Vivienda Venezuela ha venido entregando viviendas a estas familias y ya queda como una ínfima parte de las que llegó a haber en total.
-Devolverlo a sus dueños, que sea un centro comercial, no es una opción.
-Hay un proceso expropiatorio que está en curso, y nosotros hemos iniciado conversaciones con Roberto Cohén.
-Ahí había también pequeños propietarios...
-Esa es una negociación que hizo Cohén con terceros, pero ese edificio no tiene la habitabilidad y por tanto no hubo protocolización de esas operaciones, de modo que fueron operaciones de orden privado. Pero nosotros tenemos disposición de conversación también con esos otros interesados, y estamos dispuestos a reunirnos con ellos. Yo aprovecho esta entrevista para hacerles una invitación pública para hacer una reunión en el sitio que dispongan.
-¿No debería haber un mea culpa del Gobierno? Decir, "sí, nosotros permitimos que invadieran la torre Confinanzas y estamos corrigiendo"...
-El primer mea culpa debería ser de los defensores del modelo capitalista neoliberal que están ahí retratados en esa torre. Fue utilizada 29 veces en prenda para dar créditos del banco a empresas del mismo banco. Fue utilizada dos veces para pagar con la misma torre los auxilios financieros que el Gobierno de Caldera le dio a los banqueros que se los llevaron. Pero eso no es excusa ni pretexto para que el Gobierno no haga también reconocimiento de la cuota de responsabilidad que tiene en la situación reflejada en esa torre. En efecto, el presidente Maduro ha hecho una autocrítica en nombre de la revolución porque pasó mucho tiempo en una situación que no era sostenible, y yo me hago eco de esa autocrítica.
-Hablando de la Misión Vivienda, comienzan a hacerse importante las protestas relativas a servicios en edificios de la Misión, o con fallas de construcción. ¿No hay que revisar la Misión a la luz de cómo se construyeron edificios como los de El Morro de Petare, por ejemplo?
-Toda política pública tiene que ser evaluada; ahora, no hay duda de que en Venezuela ha ocurrido un milagro, el de haber podido resolver la situación humanitaria de esas miles de familias que perdieron sus viviendas con motivo de las lluvias. Ahora, que haya cuestionamientos, en algún lugar, bienvenidos sean; nosotros somos un ente ejecutor y tenemos que atender los problemas, las deficiencias que de pronto genera un contratista o la propia comunidad. Porque se produce un fenómeno, que personas que no están habituadas a vivir en apartamentos proceden a hacer remodelaciones que dañan la estructura, o que generan filtraciones.
-¿Eso no era parte de lo que debió haber sido la Misión, enseñar a mucha de esa gente a vivir en condominios?
-Así es, y aún es una tarea que debe hacerse. Por eso el Gobierno bolivariano no abandona a esas familias allí; nosotros venimos desarrollando actividades con las familias, una vez instaladas, se promueve la constitución de Consejos Comunales, hay una orden del presidente de darle un acompañamiento cultural, deportivo, a esas comunidades, porque la idea es que ellas se emancipen también de alguna manera del Estado, porque el Estado no puede ser eterno conserje de un edificio.
-Se habla de la "transformación revolucionaria de la Gran Caracas". ¿Cómo se imagina una Caracas "revolucionariamente transformada"?
-Primero, no una ciudad aislada del resto del territorio nacional. Yo sueño con una Caracas que tenga plenitud de servicios públicos, pero que también los haya en Guarenas-Guatire, Valles del Tuy, Caucagua, Vargas, en Aragua, en todos los estados del país. Mientras eso no ocurra tendremos una demanda de servicios no sostenible.
El Universal
21-09-2014
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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