Platts envía todos los días despachos por Internet donde se realizan transacciones petroleras, registrando los nombres de los buques que salen y entran a los puertos con petróleo y gas, volúmenes y calidad de los cargamentos y los precios consignados en el board of loading. Esto se ha convertido en un instrumento de confiabilidad para la firma de los contratos y la fijación de los precios entre compradores y vendedores alrededor del mundo.
Los números de Platss y de otras compañías que siguen el movimiento de los negocios petroleros incorporan a los informes las reservas de las empresas, producción, refinación, ventas, ganancias netas y número de empleados. El objetivo final es el beneficio final de las compañías, y no uno solo de los indicadores.
Los técnicos consultados dijeron que se trata de analizar los beneficios finales del negocio, ya que no es un club de amigos, o una asociación benéfica.
Dijeron, por ejemplo, que Venezuela tiene 147 TCF de gas y tiene que importar gas de Colombia, posee las mayores reservas de petróleo del mundo y dos refinerías de conversión profunda y debe que importar gasolina de Estados Unidos, lo cual significa que hay una debilidad de alguno de los parámetros.
NO DICE LA VERDAD
Pdvsa se retiró voluntariamente de la bolsa de valores de Estados Unidos (Securities Exchange Comisión) en el 2003, cortando el suministro transparente de sus operaciones, alegando “soberanía”, aunque las empresas petroleras chinas y rusas y todas las occidentales permanecen para demostrar la transparencia de sus negocios. Eso explica que los bancos de EEUU no le otorgan préstamos a Pdvsa.
Esa pieza fundamental ausente permite que Pdvsa diga lo que quiera y anuncie lo que le convenga desde su punto de vista político, pero también los inversionistas pueden hacer otras conjeturas y hacer lo contrario.
La opinión pública no se imaginaba qué sucedía con Petrobras, que hizo los grandes descubrimientos petroleros costa afuera, y los compradores de acciones seguían vacilantes y el precio de las acciones no subían.
El motivo se supo cuando el gobierno de Lula abandonó el poder, y la nueva administración de Petrobras anunció que durante 9 años seguidos Petrobras no había cumplido las metas de producción. Ahora Petrobras está vendiendo sus activos en todas partes del mundo para sincerar sus operaciones y recuperar su ganado prestigio.
Usando las cifras más recientes de este año, la producción ha bajado más de 400.000 barriles diarios, exporta de 300.000 a 500.000 barriles diarios menos, y su aporte al fisco ha bajado significativamente. Pdvsa se ha visto envuelta en sucesos que debilitaron su transparencia, como la famosa valija que fue decomisada en Buenos Aires, con casi un millón de dólares, que es un negocio no petrolero.
Es muy significativo el éxodo de Petronas de Malasia, la rusa privada Lukoil, PetroVietman y la firma de Bielorrusia preparan las maletas, al igual que Petrobras. No es un buen récord que cinco empresas petroleras se distancien de los proyectos de la Faja del Orinoco.
Las irregularidades descubiertas por tribunales estadounidense, con la utilización de fondos de los trabajadores de Pdvsa, o los recientes del Bandes cometidas en territorio estadounidense, originan advertencias adversas. En el aspecto comercial internacional la percepción es negativa cuando se habla de que el flujo de caja de Pdvsa está exhausto, porque la petrolera estatal incursiona en una gran variedad de negocios no productivos.
Todas estas acciones desacertadas tienen la respuesta de que la inversión extranjera en Venezuela ha caído continuamente en los últimos 14 años, y sería ocioso repetir según los analistas, que les deben a las empresas mixtas, a los proveedores nacionales y extranjeros, y las compras de equipos son bajo el esquema de prepago.
La producción sigue retrocediendo, la Faja del Orinoco registra una producción muy frágil en contraste con las exposiciones grandilocuentes y la extracción en las áreas de reservas desarrolladas están paralizadas. Las nuevas emisiones de bonos de Petróleos de Venezuela son consideradas como “bonos chatarra” en el mercado bursátil.
La Nacion
02-12-2013
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