Solitaria y tranquila despertó Caracas ayer, luego de la divulgación de los resultados electorales. El casco histórico de Chacao lució silencioso y casi desierto. Los comercios cercanos abrieron, como cualquier lunes, pero pocas personas salieron a la calle. Sentado en la plaza Bolívar, Ángel Serrano afirmó con orgullo que tiene más de 40 años viviendo en el municipio. El cambio de autoridad en la zona no le quita el sueño. “Que lo haga mejor que el anterior, eso pedimos”, dice con seguridad, y agrega: “Las calles están muy sucias, necesitamos que recojan la basura”.
Ivana Cardinale, de 49 años de edad, nació y se crió en el municipio. “No conozco otro lugar como Chacao”, aseguró con una sonrisa. Sin embargo, espera que Ramón Muchacho trabaje pensando en los vecinos “y no solo en las torres de oficina”.
“Los alcaldes deben pensar en los habitantes. Aquí cualquiera estaciona en nuestras aceras; tenemos problemas de tránsito, de inseguridad. Se produce mucha basura porque no hay conciencia ciudadana”, explicó Cardinale.
Ayer, vendedores ambulantes se apretujaban en La Hoyada para exponer su mercancía. Antonio Roa, junto a su nieto, tomaba un “raspaíto” mientras hacía algunas compras. Enumeró algunos de los problemas que deberá atender Jorge Rodríguez en Libertador: buhonería, inseguridad y semáforos dañados. “Aunque las autoridades recojan la basura, se tiene que educar al ciudadano. Tiene que haber más comunicación entre organismos. El alcalde necesita quien lo ayude”, señaló.
“Que le siga echando pierna como lo ha venido haciendo”, pidió José Díaz, mototaxista en La Hoyada, quien considera que Rodríguez ha mejorado la seguridad y recuperado espacios.
Adrián Méndez, comerciante informal de los terminales de Nuevo Circo y La Bandera, solicitó que la nueva gestión le consigan empleo formal. “Somos padres de familia, los policías no nos dejan trabajar”.
Algunos turistas aprovecharon el lunes postelectoral para dar un paseo por el pueblo de El Hatillo. Aunque la zona lucía tranquila, Carlos Baíz expresó su incertidumbre con el nuevo alcalde. “Tiene que atender la inseguridad en Corralito. Ahí reina el hampa, eso ha hecho que la gente se mude. Hace poco secuestraron a mi jefe”, contó.
Mildred Luna, dueña de un restaurante en el municipio, añadió a la lista de pendientes las zonas rurales de Los Robles y La Chivera. “En Corralito habitan hasta dos y tres familias en una vivienda, muchos se quedaron sin casa”, advirtió.
“Esperemos que sea mejor que la alcaldesa anterior. Hay mucha droga últimamente, mucha pobreza; las zonas rurales están desatendidas, falta que se ocupe más de las escuelas”, mencionó Carlos Díaz.
Diálogo y cero excusas. Frente al centro comercial Plaza Las Américas, Luis Barcia esperaba que algún autobús lo subiera hasta su casa. “Ojala que esta vez Blyde atienda a todo el municipio y no solo algunas partes. Debe haber un equilibrio. Se han hecho ambulatorios en la parte popular, pero El Cafetal no tiene ni uno”, expresó.
Cristina Valorino, del consejo comunal de Caurimare, se siente satisfecha con el triunfo de Blyde, pero considera que debe tender más puentes de diálogo con el Gobierno central para ejecutar los planes locales. “Me parece una iniciativa excelente que se cierren los accesos a Baruta cuando hay un evento de seguridad, pero debe ser algo constante y permanente”, mencionó como ejemplo.
Henry Zapata, vocero comunitario de Campo Rico, consideró que el alcalde Carlos Ocariz “ya no tiene excusas”, puesto que ahora 9 de los 13 concejales están a su favor.
“Las urbanizaciones están en desventaja, la inseguridad está afectando mucho El Marqués, La Urbina y La California. Pedimos patrullaje a pie en todas las zonas, que se incrementen los reductores de velocidad y ponga mano dura a la tomadera de cerveza en las esquinas”, denunció.
Biannes Martínez, miembro del consejo comunal de El Marqués sureste, espera que en esta segunda gestión Ocariz pueda acabar con la inseguridad y la basura. “No hay suficiente patrullaje. La policía pasa solo por las avenidas principales. Ayer atracaron a dos vecinos saliendo del centro electoral”, relató Martínez.
Mientras tanto, la propaganda electoral continúa tiñendo la ciudad del tradicional ambiente partidista. En algunas calles de El Hatillo se observaron cuadrillas de obreros que recogían los afiches del excandidato Elías Sayegh. A través de Twitter, el alcalde Gerardo Blyde anunció que su personal comenzó el retiro de sus pancartas y calcula que en cuatro días finalizará el proceso.
El Nacional
10-12-2013
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