En la esquina de Glorieta, refugiados y residentes buscan mejorar convivencia
DELIA MENESES
Tras el suceso de hace dos semanas, cuando cayó un feto en la acera proveniente del refugio Manfredir, los ánimos se han calmado en las esquinas de Hospital a Glorieta, en La Concordia.
Vecinos de las torres residenciales, que pidieron no ser identificados, coinciden en que el ambiente ha mejorado. "Después del hecho la policía vino y se llevó a varios hombres. El problema del ruido ha mejorado, a excepción del día en que lanzaron el feto cuando la música se escuchó hasta las 6 a.m.", dijo una vecina.
Otro propietario de la torre residencial explicó que integrantes de la junta de condominio se han reunido con voceros del refugio para mejorar la convivencia. Lo que más incomoda a los vecinos es la basura que muchas veces arrojan desde el edificio de oficinas.
Vigilantes, transeúntes y los estudiantes y trabajadores del Colegio Monseñor Castro han sido víctimas de los objetos y desperdicios lanzados desde el refugio. Varios damnificados consultados por El Universal admitieron la problemática y ayer hablaban de realizar una jornada de limpieza. Sin embargo rechazaron las acusaciones recientes de algunos vecinos y comerciantes, publicadas por un medio impreso, en las que los responsabilizan de todos los males de la zona, incluyendo robos y tiroteos. "Hay inseguridad en la zona, como en toda Caracas, pero no somos nosotros los causantes", dijeron.
Repudiaron la intervención de funcionarios del Cicpc y de la DIM, que el pasado martes 24 entraron al refugio, "reventando puertas. Llegaron sin fiscal, sin orden de allanamiento, agredieron a varias mujeres, se llevaron algunos objetos personales y metieron presos a 4 muchachos, de los cuales uno solo tenía antecedentes", dijo Vanessa Gómez, quien perdió su vivienda ubicada en la carretera vieja Caracas-La Guaira con las lluvias de 2010 y vive hace tres años en el refugio Manfredir con su cuatro hijos.
Censadas como damnificadas quedan en la torre 39 familias. El resto, unas 150 familias, han ido llegando en busca de vivienda, ocupando los espacios de las personas que ya fueron reubicadas en edificios de la Misión Vivienda. "Es verdad que no estamos censados, pero si llegamos aquí es porque necesitamos una vivienda digna", dijo Alexandra Reyes.
Tanto vecinos como damnificados pidieron más vigilancia para la zona. "Estamos a media cuadra de la sede de la alcaldía Libertador y del Registro Civil, deberíamos tener más presencia policial. Antes se podía caminar hasta las 9:00 p.m. por la avenida Sur 4. Ahora a las 7:00 p.m. ya es un riesgo, hay motorizados que te atracan, comentó un vecino.
El Universal
03-10-2013
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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