viernes, 31 de mayo de 2013

Bajo la ley de los colectivos

En Catia grupos de civiles armados comienzan a imponer sus reglas

En Los Frailes de Catia están las tres carnicerías que el sábado pasado, durante todo el día, se vieron obligadas por colectivos a vender toda su mercancía a precios regulados
JAVIER BRASSESCO
El sábado pasado el sector de Los Frailes de Catia se convirtió en el viejo Oeste norteamericano: un grupo de cuarenta civiles vestidos de negro y con capuchas obligó a tres carnicerías de la zona a vender carne a precio regulado durante todo el día hasta que se agotó la mercancía, provocando pérdidas en cada local de hasta 60 mil bolívares.

Luego del "saqueo legal" del que, afirman, fueron objeto, unos diez comerciantes se reunieron el lunes con integrantes de estos llamados "colectivos" y se acordó una tregua. Pero la tregua también tuvo un precio: cada carnicero debió "donar" 20 kilos de carne a los sujetos, quienes aseguraban que era para los trabajadores del parque del Oeste (en donde se llevó a cabo la reunión).

Los comerciantes dejaron claro que si vuelve a suceder algo semejante, todas las carnicerías del sector bajarán sus santamarías, pues es imposible vender la carne a 27 bolívares el kilo cuando a ellos se las venden a 55. Además que a una res de 320 kilos le pierden al menos 60 kilos de hueso, sin contar con el hecho de que solo en aseo cada local paga seis mil bolívares trimestrales, por no hablar del sueldo de 1.800 bolívares semanales a cada empleado, o gastos de luz y alquiler.

Un testigo cuenta que estas personas vestidas de negro (la mitad de ellas en motos, la otra mitad a pie) se presentaron en el sitio hacia las diez de la mañana y tenían parlantes desde los que amenazaban a los comerciantes y les advertían que no llamaran a la policía: "Estaban armados, pero no sacaron sus armas. En una de las carnicerías hasta entraron en la cava y en las oficinas. Eso duró todo el día y la policía jamás intervino". Tal vez los policías recordaban el incidente del 11 de abril pasado, cuando diez PNB fueron detenidos y procesados luego de apresar a un miembro de un colectivo.

Los carniceros debieron vender a precios bajísimos incluso productos que no están regulados, como las chuletas ahumadas o el jamón de pavo. Y debieron permanecer abiertos hasta que se acabó todo: la carne, los pollos (más de 150 en cada caso), el jamón, el queso.

Como comenta otro testigo, tal vez estos colectivos no hacían más que seguir el ejemplo que el gobierno les había dado cuando el viernes 17 de este mismo mes, en un operativo entre 8 am y 4 pm en el que participaron entre otros organismos el Seniat e Indepabis, obligó al La Semilla (gran comercio en la avenida Sucre que entre otras cosas vende carne y productos de charcutería, además de víveres en general) a vender a precios regulados, ocasionando pérdidas millonarias. "¿Cómo van a exigir que vendamos a precios regulados cuando nadie nos proporciona a nosotros productos a esos precios?", se pregunta un comerciante.

El ejemplo del 23

Aunque no recuerdan episodios tan graves como los ocurridos el sábado, muchos vecinos sienten que los colectivos están agarrando fuerza en Catia, tal vez siguiendo el ejemplo de la parroquia vecina del 23 de Enero, en donde los grupos de civiles armados sustituyeron a la policía hace muchos años.

Hasta ahora han actuado sobre todo en materia de seguridad, explica una vecina de la urbanización Simón Bolívar (antigua Ciudad Tablita), pues impiden que en la zona se metan bandas de otros sectores. Como en tantas otras cosas, la opinión sobre este fenómeno dependerá de la posición política de cada quien: mientras los oficialistas resaltan la seguridad que brindan los colectivos, quienes adversan al gobierno hablan de ejecuciones extrajudiciales y se hacen una pregunta clave: "¿Quién nos protege de estos protectores'".

Y piden la actuación de los órganos de seguridad del gobierno antes de que la situación, también en Catia, se les termine saliendo de las manos.

PODER PARAPOLICIAL

• La noche del 11 de abril una comisión de la Policía Nacional detuvo a un sujeto armado en Boquerón (Catia), que resultó ser miembro de un colectivo. Sus compañeros intentaron rescatarlo y destrozaron dos patrullas y una moto e hirieron en el rostro a un funcionario. Curiosamente, el hecho dejó como saldo diez policías nacionales detenidos "por exceso policial, abuso de autoridad y lesiones".

• En noviembre del año pasado el colectivo Waraira Repano tomaron varios negocios en la calle Colombia. A pesar de las múltiples denuncias, los invasores todavía permanecen en estos

• El colectivo Movimiento de Pobladores, formado ha coordinado la toma y custodia de diversos terrenos a lo largo y ancho de toda Caracas, incluyendo pensiones y edificios ocupados, como sucedió con la Fuller de Plaza Venezuela.

El Universal
30-05-2013

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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