viernes, 27 de julio de 2012

En Anzoátegui oferta de inmuebles usados sube, pero hay que negociar

Propietarios temen que si rentan una vivienda, el futuro inquilino se quede con el inmueble
Los últimos dos años han sido duros para el sector vivienda en general, pero cada día, el mercado secundario se afianza como la única alternativa accesible para el deteriorado poder adquisitivo del anzoatiguense.

El crecimiento de esta rama tiene varias aristas: la caída de la construcción de viviendas, la urgencia del inversionista en vender propiedades ante el miedo de una posible pérdida, y la persona que aspira a tener su primera vivienda o a salir de una para adquirir otra mejor.

Como explicó José Ramón de los Ríos, vicepresidente de la Cámara Inmobiliaria Capítulo Anzoátegui, actualmente la construcción privada es casi nula y están en marcha aquellas que llevan tiempo en ejecución, y que “sólo buscan terminarlas”. Recordó que la eliminación del IPC ocasionó que muchos constructores se retiraran del negocio, pues sienten que no hay ganancia.

Del otro lado de la moneda está el pequeño inversionista, aquel que se jubiló, cobró una herencia o con los ahorros de su vida logró comprar un apartamento para tenerlo como activo. Generalmente alquilaban el inmueble para tener una “entrada extra”.

Según Ríos, estos propietarios temen que si lo rentan, el futuro inquilino se quede con el inmueble, debido a las “ventajas” que recibió a través de la nueva Ley de Arrendamiento (2011). También tienen miedo de dejarlo desocupado, ante una posible invasión o expropiación. “Entonces se pregunta: ¿para qué compraré un inmueble como inversión?”.

Esta pregunta que hace de Los Ríos se la hizo a él Marcela (seudónimo): “No doy mi nombre verdadero, porque no quiero que se metan con mi propiedad. Tuve un inquilino en mi apartamento por tres años y casi no pagaba. Después de mucho, logré que desocupara”.

Ya colocó un aviso en el periódico para vender su apartamento en Lechería, “para intentar recuperar algo”.

De Los Ríos sostiene que -contrario a lo que ocurría antes- el propietario está más flexible, porque está claro que la oferta de los inmuebles usados ha aumentado y debe ser competitivo, “si quiere vender, debe negociar”.

Ahora -continuó- es más común ver que aceptan un vehículo como parte de pago o cambiar viviendas. “Mi recomendación es que si no tiene necesidad de vender, deje el inmueble como activo. Pero si va a vender debe negociar”. En los periódicos se ven avisos de personas que aceptan un porcentaje (30 o 40) de financiamiento por Ley de Política Habitacional, pero piden un monto en efectivo. Otros dirigen su oferta directamente a los trabajadores petroleros.

Hay que hablar...

En la sección de clasificados de este rotativo (10/07/12) se contabilizaron 180 avisos de venta de apartamentos y casas en Barcelona, Lechería y Puerto La Cruz, así como en el sector Nueva Barcelona y El Morro. Algunos no mencionaron costos, mientras que otros hablaron de “negociable”.

Según el balance del sector inmobiliario, Urbaneja es la zona de alta demanda tanto de viviendas nuevas como usadas. “Quien no tiene para vivir allí va a una Nueva Barcelona, una zona interesante y de impulso. Puerto La Cruz ha estado recuperándose, con ventas cerca del Paseo Colón y hacia la zona rural. En el pasado la zona de Latinia era exclusiva, pero las barriadas ubicadas alrededor han hecho que pierda valor. Además, el municipio Sotillo presenta problemas de servicios públicos”, comentó de Los Ríos. Los precios varían entre municipios e incluso, entre sitios de una misma ciudad.

Más allá del costo del metro cuadrado -como explicaron el vicepresidente regional de la Cámara Inmobiliaria y algunos vendedores- destacan otros factores como: tiempo de uso del inmueble, condiciones y si tiene remodelaciones. Si está en un conjunto residencial, si cuenta con piscina, áreas verdes y cómo es la seguridad.

Se puede conseguir un apartamento de tres habitaciones sencillo en Barcelona desde Bs 300 hasta una propiedad en un sitio exclusivo de Lechería por más de Bs 1.500.000.

Pero como insistió el obrero Noel Guerrero se hace “casi imposible” comprar una vivienda por los ingresos limitados y la inflación. “Traté de comprar una casita en Barcelona y el banco no me aprobó el crédito. Están difíciles y eso tampoco ayuda a cumplir esa meta. Y terminé rompiendo hasta el cochinito, pero por lo menos tengo una casita por Pica del Neverí”.

Eltiempo.com.ve
22-07-2012

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
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