Se encadenó frente a su casa para que el inquilino se vaya

En 2011 venció el plazo de un año que tenía el ocupante para salir de la casa.

Anabella Jiménez seguirá en protesta hasta que le sea devuelta su vivienda OSWER DÍAZ MIRELES
ANYIMAR COVA LUGO
Que firme el finiquito del contrato y proceda al consecuente desalojo es lo que exige Anabella Jiménez al inquilino de su casa, la quinta Araya ubicada en la avenida principal de Chulavista con calle Rosaleda.

Fue en las puertas de esta residencia donde ayer Jiménez se instaló con cadenas durante 12 horas para que el arrendatario le devuelva su hogar. Sin embargo, al cierre de esta edición, se pudo conocer que desistió de la protesta pues fue amenazada con ser sacada del sitio por la Guardia Nacional y privada de libertad por decir el nombre del inquilino "sometiéndolo al escarnio público".

Fue en 2008 cuando esta madre decidió alquilar la vivienda que le quedó tras su divorcio para mudarse temporalmente con su hija a un espacio más pequeño, pues esto le permitiría generar ingresos extra y cubrir la renta del apartamento donde actualmente reside.

Pero en 2010 le cambió el panorama. Los dueños de la casa que ocupa le informaron de su intención de vender y le solicitaron desocupar. Ella atendió el llamado y en diciembre de ese año le notificó a su inquilino que no prolongaría el contrato y que le daba un año para devolverle su propiedad. Fueron tres avisos notariados los que se enviaron con este mensaje, pero el arrendatario solo contestó uno a través de un correo electrónico en el que informaba que acataría la prórroga.

Según relató Jiménez, el plazo venció en diciembre de 2011 sin que se produjese el desalojo del inquilino quien además le debe tres meses de renta. "Sin querer le estoy haciendo lo mismo a los dueños del sitio donde vivo porque ellos quieren vender y yo quiero regresar a mi casa, pero el señor se niega a salir", dijo Jiménez, quien lamenta que instrumentos como la Ley contra el Desalojo y Desocupación Arbitraria de Viviendas (Decreto N° 8.190) solo favorezcan a los inquilinos. No obstante, ha recibido respaldo de la Red de Propietarios de Viviendas en Alquiler que hoy día lleva cuenta de 300 personas que están en similar situación.

La acción de protesta también fue apoyada por sus vecinos. De hecho, fueron ellos quienes informaron que hace cuatro meses fue vendida la quinta Luchi 28, ubicada a unas cuatro casas de la Araya, y que es el inquilino de esta última quien acude todos los días a recorrer sus espacios y regar los jardines, por lo que presumen que es el nuevo propietario. "El abogado del señor dijo que me harían una inspección judicial porque lo que estoy haciendo es ilegal. Pero esa es mi casa, la única que tengo", declaró ayer a mediodía. Mientras, en la casa estaba la esposa del inquilino y, aunque El Universal solicitó conversar para conocer su versión, no hubo respuestas.

El Universal
18-04-2012

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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