El próximo martes se reunirán los vecinos, la Alcaldía de Sucre y Odebrecht
La planta funciona desde el 2009 VENANCIO ALCÁZARES
BEATRIZ CRUZ SALAZAR
Que hayan estado en silencio no quiere decir que no estén activos. Los vecinos de Santa Eduvigis no desmayarán hasta conseguir que la planta de concreto que amenaza su salud salga de la urbanización.
El próximo martes, a las 5:00 pm, en el Hotel Pestana, miembros de la comunidad se reunirán con representantes de la empresa Odebrecht, encargada de la planta de concreto, y representantes de la Alcaldía de Sucre.
Mariela Álvarez, representante vecinal, detalla que en esta oportunidad solicitarán a los encargados el cronograma del plan de mudanza de la planta, así como informes de las medidas tomadas hasta el momento para mitigar los ruidos y la contaminación asociados a la concretera.
Álvarez recuerda que en julio del año pasado, la Alcaldía de Sucre firmó un convenio con Odebrecht en el que se establecía que en un plazo máximo de dos años la planta sería ubicada en otro sector de la ciudad.
En la próxima reunión los vecinos también esperan obtener los informes de las inspecciones que la Alcaldía de Sucre se comprometió a realizar sobre la planta. "Sentimos que muchas veces la alcaldía se entera de las irregularidades de la planta porque nosotros le avisamos, las cosas deberían ser al revés", sostiene Álvarez.
Lo cierto es que desde el 2009 los vecinos del parque Miranda han estado expuestos a la contaminación ambiental y sónica. Vilma Garbán denuncia que desde que se iniciaron las obras de la concretera y la estación del Metro se han eliminado cerca de cien árboles, dejándolos así más expuestos a la contaminación.
Garbán, junto a otros vecinos, lleva un registro de las irregularidades que han detectado en la planta. Cuenta que en ocasiones se producen fugas de cemento. Las pruebas de las nubes de partículas las han colocado en YouTube.
Para disminuir el impacto de la contaminación en su apartamento, Garbán compró dos purificadores de aire. Aún así, hace unos meses sufrió una neumonía que la mantuvo una semana hospitalizada.
"Desde que empezaron las obras todos los vecinos sufren de problemas respiratorios. Hay gente que sufre de asma y a una vecina le diagnosticaron silicosis, una enfermedad asociada a las concreteras", señala por su parte Alba Marina de Valdés, vecina.
Tal como sucede en La Carlota, las personas que residen frente a la planta de concreto deben soportar los ruidos y los reflectores que están encendidos toda la noche. "Uno pasa todo el día y la noche aquí encerrado. Si no es por el polvo, es por el ruido o por la luz. Lo que allí sucede es un delito ambiental", agrega Valdés.
El Universal
18-04-2012
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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